Afortunadamente, todos estaban dormidos cuando llegamos a casa. No me sorprendió, eran casi las 2 de la madrugada. Después de prestarle a Theo un pijama, que le quedaba adorablemente grande, nos fuimos directamente a la cama. En comparación con la pequeña e individual cama de Theo, en esta teníamos mucho espacio para movernos. Era casi decepcionante - me habría gustado tener una excusa para acurrucarme con él. Pero parecía que Theo opinaba lo mismo, porque en cuanto nos deslizamos bajo las sábanas, se acurrucó a mi lado, con la cabeza apoyada en mi pecho desnudo y su pelo haciéndome cosquillas en la barbilla.
Demasiado pronto, mi despertador resonó en nuestros oídos, exigiendo que nos levantáramos. Acepté de mala gana y lo apagué de golpe antes de bostezar mientras me sentaba en la cama y me frotaba los ojos para liberarme del cansancio. Theo gruñó quejándose, jalando las sábanas para taparse los ojos mientras se hundía más en la suave almohada. Sonreí un poco ante su terquedad antes de apartar las sabanas. Él entrecerró los ojos cuando la luz le dio directo en la cara, lo que le causó hacer una mueca y decirme "Vete a a la mierda."
"Vamos, bebé." Le insté, decidiendo probar mi suerte. Hacía tiempo que sentía curiosidad, preguntándome cómo reaccionaría Theo ante un sobrenombre así.
Se frotó la cara mientras un bostezo salía de su boca, "¿B-bebé?" Preguntó con el ceño fruncido.
"Sí, bueno, ya que eres mi novio, pensé que estaría bien." Me burlé, saltando fuera de la cama. Noté que Theo me observaba, más concretamente, mis abdominales. Quizá tener a alguien que te alimente el ego con la mirada no era la mejor idea para alguien tan arrogante como yo, pero no me quejaba. Me encantaba su cuerpo, así que era bueno saber que él también amaba el mío.
"D-de acuerdo." Respondió, carraspeando su garganta apresuradamente y desviando la mirada. "Todavía tengo tu chaqueta de cuero." Añadió como una idea tardía. "¿Quieres que la lleve mañana a la escuela?"
"Está bien, la recogeré la próxima vez que vaya."
Una vez que estaba completamente vestido, me giré para mirarlo. Tenía un aspecto increíble. Estaba sentado con las piernas cruzadas en la cama, con un pantalón de pijama de cuando yo tenía trece años y una camiseta ridículamente holgada con un eslogan holandés garabateado en la esquina. Parecía nervioso por algo, mordiéndose el labio inferior con aprensión, "¿Tengo que ir al colegio?"
"Sí, más o menos." Le respondí con una sonrisa juguetona, cruzando la habitación para sentarme a su lado en el borde de la cama. "¿No quieres?"
Sacudió la cabeza frenéticamente, "N-No."
"¿Por qué? ¿Qué pasa?"
"E-es que...no siento ganas..." Enredó sus dedos en su cabello con irritación, "No quiero." Optó.
"No tienes que." Estuve de acuerdo. "Puedes tomarte un día de salud mental de vez en cuando si lo necesitas." Sonreí alentadoramente, inclinándome hacia delante para darle un beso en la frente. "¿Quieres que te lleve a tu casa?"
Él se tiró de las mangas sobre sus dedos, tratando de cubrir toda su carne expuesta. "S-Sí, por favor." Gimoteó.
"Haremos algo el viernes, ¿vale? Algo tranquilo. ¿Qué dices?"
Él asintió, lanzándome una débil sonrisa antes de salir finalmente de la cama. Una vez que se había cambiado - quedandose con mi camiseta puesta, por supuesto - fuimos escaleras abajo, donde mis padres estaban conversando en holandés, mientras mi hermana leía un libro sobre sirenas. Estaban sentados alrededor de la mesa de la cocina, untando con mantequilla los panes tostados o sirviendo tazones de cereal. Me aclaré la garganta cuando entramos en la cocina, Theo se encogió ligeramente detrás de mí.
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El Chico Holandés [BxB]
Teen FictionUn incendiario con una chaqueta de cuero y un sexy acento holandés. Y un chico timido de escuela que trabaja en la tienda local de mascotas. La idea de este par cruzándose - o incluso formando cualquier tipo de relación - era casi cómica. Y aun así;...