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Capítulo 2: Un viejo sabio

En silencio, volvieron a la casa Kamado para poder darle un entierro adecuado aunque, no era algo que Tanjiro pudiera soportar, así que su amiga se encargó de mover los cuerpos y enterrarlos para luego colocar la nieve encima, dejando como resultado su ropa, manos y algo de su rostro cubiertas de sangre.

Como agradecimiento, los únicos sobrevivientes la abrazaron. El primero fue el hijo mayor quien le dio un fuerte abrazo mientras lloraba desconsolado, siendo la menor quien imitó la acción sin saber por qué lo hacía.

_____ bajó un poco la mirada y aceptó el abrazo, realizando una pequeña mueca ante tal acto ya que vio sus propias manos manchadas de sangre. Iniciando así su viaje para encontrar la cura a Nezuko, iniciaron yendo al pueblo para buscar algo donde pudieran esconder a la menor del sol ya que pronto amanecería.

Como si se tratara de alguien importante, en el momento que vieron a la hija única de ______, corrieron a auxiliarla preocupados ante la cantidad de sangre que tenía pero, los rechazó incómoda, recordando una y otra vez que la sangre de esas personas corrían por sus venas. Por otra parte, Tanjiro se quedó alejado, tomando la mano de su hermana mientras que miraba a su amiga con algo de dolor.

—Tanjiro... —murmuró al ver su expresión.

Apartándose de todos, lo tomó de la mano y empezó a caminar hacia unas casas más alejadas del pueblo donde lograron encontrar una pequeña cesta gastada. Siendo una buena idea, le pidieron al dueño poder quedársela a cambio de algo de dinero, cosa que se negó.

Tanjiro insistió.

—No es necesario, no por una cesta gastada.

—No, le pagaremos.

—Por favor solo tómenlo, y las otras cosas también.

—¡Pero, quiero pagarle!

—¡Pero, no queremos el dinero! ¡Que niños tan tercos! 

Sin decir nada, _____ tomó las monedas que no quería aceptar y ella misma las entregó, notando como su expresión cambió, accediendo de inmediato, considerándolo una señal de abundancia que un miembro de su familia le ofreciera cosas.

Hizo otra mueca.

Dejando eso de lado, los niños de tan solo 12 y 13 años fueron a refugiarse en una cueva para evitar sentir tanto frío mientras que Tanjiro tejía una cesta.

—Umh, _____.

Ella lo miró.

—¿Tu familia era muy querida? —agregó avergonzado— ¡Ah! Es que nunca hablas de ella y me dio curiosidad, si no deseas, no contestes.

Ante su respuesta apenada, Nezuko lo miró para luego caminar hacia la mayor y abrazarla sin motivo alguno. ______ suspiró con pesadez.

—Sabía que preguntarías por ellos algún día —a pesar de tener una expresión seria, sonrió—. Ellos murieron en un accidente y al parecer eran bendecidos por un "Dios"

Al ver como lo dijo con tanta tranquilidad, desconcertó por completo a su amigo quien detuvo su tejer.

—¿Dios?

—Solo ignóralo, eran falsas creencias para estafar —miró la cesta— ¿Terminaste? ¿Crees que Nezuko entre?

Derrotado en el suelo, se dio cuenta de que la cesta era muy pequeña, causando la risa de su amiga. En eso, la menor logró encogerse y estar dentro de la cesta, sorprendiendo a ambos.

—¡Oh, que bien! Es perfecto, muy buena chica Nezuko, estoy impresionado.

Miró a _____ quien también parecía estar sentada de rodillas esperando algo. Al notarlo, Kamado acarició su cabeza con una sonrisa, agradeciendo por su ayuda todo ese tiempo.

Corazones inocentes | Nezuko KamadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora