Capítulo 7

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Llegamos hasta su habitación, el abrió la puerta, yo entré por mera curiosidad.

Me sorprendió que no tiene compañero de cuarto aún.

Su cama estaba destendida, con la mayoría de los cojines en el suelo.

Creo que le dio algo de vergüenza su desorden, porque empezó a levantar y medio hacer su cama en cuanto me acerqué a unas cosas sobre un escritorio, cosas que de seguro había robado.

"Oye esta cadena es mía, creí que lo había perdido."

"Lo supuse por el adorno, la tenía un tipo pelirrojo."

¿Riven me la había robado? Bueno en su defensa dijo que la encontró en el piso, pero eso es otra historia.

Guardé mi collar en mi bolsillo y me acerqué a la ventana. Tiene una gran vista, se puede ver casi toda la villa que está en las faldas de la colina, incluso hasta el muelle.

"Entonces...¿Por qué alguien como tu vino a este lugar?¿Planeas ser una persona de bien?."

Él se apoyó en el marco de la ventana también, tomando licor desde su cantinplora, como si se tratase de agua.

"Tal vez...el destino me necesitaba aquí."

Se rió de su propio comentario, me ofreció poco de Ron y me lo fui tomando de poco en poco. Nos quedamos mirando hacia afuera desde la ventana un rato.

En el cielo se comenzaban a ver las estrellas, los últimos rayos del sol se escondían entre las montañas.
Era algo muy bonito que no se podía ver así desde mi ventana.
Adler volteó a verme, agregando una leve sonrisa cuando me di la vuelta.

"Me gusta tu cabello así, se ve bonito y... vaya cambiaste un montón, te ves bastante guapa ahora. Eso quería decirte el primer día cuando te vi en el pasillo."

Estoy acostumbrada a los cumplidos tontos, pero creo que sentí tierno su comentario, él me llegó a conocer mi cabello largo, llena de hojas tierra y un vestuario algo maltratado.
 
"También cambiaste mucho, la cicatriz de la cara, ¿Qué te pasó?."

"Fue de la última vez que me topé con Darke, hice que él perdiera su ojo, ¿Si recuerdas que te conté de él?"

Respondí su pregunta negando con la cabeza y me acerqué para ver más de cerca su cicatriz.

El paso de los años era tan notorio, su cararita de niño había desaparecidon en su totalidad.

Moví su flequillo, ahí seguía el corte de su ceja. Deslicé mi mano hasta su mentón, ya no era suave, ahora se sentían algunos pequeños vellos que picaban.

Toqué sus labios, estaban algo maltratados, pero a la vez sentí que los quería volver a probar.

Volví a tener una leve aceleración en mi pecho en cuanto él miró mis labios, era algo que no me había pasado hace mucho.

¿Estaba lista para eso?¿Iba a besarlo?¿No era demasiado pronto?

Su respiración estaba tan cerca de mí podía sentir la calidez de su aliento, no me dijo nada, pero con lentitud nos acercamos al mismo tiempo a los milímetros que nos separaban.

Cerré mis ojos, no sé en qué estaba pensando, pero volvía a sentir sus labios como ningunos otros. Eran suaves, dulces y me devoraban con gentileza en cada movimiento.

Sus manos comenzaron a rodear mi cintura acercándome mas a él para acariciarme muy despacio, como si me estuviera pidiendo permiso para hacerlo.

Me dio gracia su gesto tan "¿Cuidadoso?", ¿Acaso estaba nervioso? Quise molestarlo por eso.

Estiré mi brazo, tomé su sombrero y volé hasta el otro lado del cuarto.
Me alcanzó contra la pared, con otro beso me lo quitó para ponérselo unos segundos hasta que se lo volví a quitar.

Volvíamos a jugar como alguna vez lo hicimos de niños, sólo que diferente.

Pensaba que tal vez era muy pronto para ambos intentar algo más, pues él no parecía tener interés en avanzar más allá de besos y risas.

Me lancé sobre su cama con su sombrero puesto en mi cabeza, suponiendo que me lo quitaría para continuar el juego, pero él se subió sobre mi.

 Se me trabó el aire de un suspiro, besó mi cuello, me quitó el sombrero y me susurró al oído "Es todo, perdiste."

Luego de esto se levantó de mí, ¿Perdí?¿En serio? ¿¿ENSERIO?? ¿¿eso iba a ser todo? No lo entendía, en ese punto los demás chicos hubieran intentado hacer algo más, ¿¡PERO ÉL SE LEVANTÓ!?

"¿Qué pasa bombón?"

¿Qué le pasaba a él? Esa era la verdadera pregunta. Se apoyó en la ventana, dejando su sombrero en el escritorio y me dio la espalda.

"¿Es eso va a ser todo?."

Volteó a verme, sonrió limpiándose un poco de mi labial que le había quedado en sus labios. Se quitó sus cinturones donde guarda su espada, además de su cantinplora y los dejó sobre la silla.

"Oh lo siento, ¿Querías algo más?."

Se hizo el inocente, el ridículo.

¿Estaba jugando conmigo? O sea, ¿Quién pregunta eso? NADIE.
Qué irritante, creo que algo gracioso que nadie me hubiera hecho una tontería así, pero más irritante. ¡Es un tonto!

¿Qué más pasó? Creo que es bastante obvio, pero es un tonto payaso.

Diario de Twinky Bell Donde viven las historias. Descúbrelo ahora