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Podía llover de la manera más despiadada posible, granizar incluso, pero JungKook perdió el color en su piel y con sus pupilas de un pigmento amarillento fijó ambos orbes en aquel individuo.

Para cuando él se guió por el aroma casi nulo del Omega castañito por las calles y siendo su lobo el único método de localización, había dejado pasar más tiempo del que tenía en sus manos. Por sus venas recorría el odio en dosis superiores, sus instintos lobunos dejaban al lado lo que él posiblemente haría como humano racional y algo estúpido para aquella ocasión, pintando de amarillo sus ojos y siendo visibles los caninos admirables de un Alfa como él.

Correría sangre, podía salir herido, tal vez para los próximos meses se encuentre en rehabilitación por daños exteriores preocupantes, con él podía hacer lo que se le viniera en gana, pero al lobito tembloroso detrás de su persona no podía ni pegarle el ojo a un solo cabello, primero pagaría por ello.

No fue casualidad encontrarse a aquel Alfa borracho en época de apareamiento, JungKook había enlazando parte de lo que TaeHyung por medio de cartas le había contado sobre su agresor y parte del fuerte instinto de su lobo para llegar a aquella zona tan desierta y repleta de gentuza como el que tenía delante.

Las gotas chocar contra el pavimento y los sollozos irregulares del Omega eran la melodía que por el callejón resonaba, JungKook no podía aguantar la sed de venganza y si podía tomar bajo sus propias manos la justicia, lo haría.

Su lobito a fin de cuentas estaba escondido tras unos botes de basura, entre las bolsas negras repletas de deshechos y malos olores, era mejor eso que enfrentarse a dos Alfas instintivos.

—Me falta un colmillo, ¿será que me das ventaja por ello? -TaeHyung tembló, se hizo pequeñito aún si no podía verle, en cambio Jeon gruñó en respuesta.

—Te faltarán los tres restantes en unos momentos...

Socarrón bramó en risas, sus prendas nauseabundas por los años de porte y la falta de lavado estaban empapadas, marcando los músculos bajo las prendas. El azabache pasaba por algo cualquier apariencia física en momentos tensos como aquellos, prefería pensar que tanta musculatura no sería bien empleada en un tipo de la calle.

Tal vez se habrá enfrentado a peleas y de allí la falta de uno de sus caninos, pero lejos de eso, JungKook lo descartaba como importante.

—Mmm, ¿crees que me has ganado al Omega por habérmelo quitado? No me dejaste probar un poquito de su piel siquiera, eso es de lobos malos, ¿lo sabes? -Rodó sus ojos acercándose tan siquiera unos dos o tres pasos, presentía movimientos del otro pero erró al completo.

—¿Crees tú, que vivirás después de esta noche?

El aparentemente mayor carcajeó, encogiéndose de hombros con una mueca de superioridad le vio en alto, éste ni siquiera había sacado sus colmillos al combate, tal vez por su ciclo de celo o por el hecho de ser mas tonto de lo que JungKook imaginaba, cualquier lobo en situación de ataque mantendría sus caninos fuera.

—Ese Omega pequeñito que escondes allí, ya es mío -Le dijo avanzando un poco más- Recuerdo perfectamente ese aroma tan rico, su piel sudada por las horas de trabajo. Mmm, no disfrutaba golpearle pero es un Omega muy chillón en la cama, creo que llegué a lastimarle mucho la primera vez que se lo hice...

TaeHyung enmudeció en su escondite, sus luceros repletos de lágrimas se quedaron estáticos viendo por la poca claridad el pavimento mojado y las gotas de agua chapoteando. No escuchó más esa voz que solo recordaba por sus pesadillas, el silencio y la lluvia le acompañaban ahora.

Si TaeHyung no hubiera estado escondido sin vistas a lo que los otros hablaban, JungKook no se habría atrevido a proporcionarle tal puñetazo como aquel, aún si sus nudillos escocían por la sangre que salió al rajar su propia piel, disfrutó en demasía aquel golpe.

delulu vibes [𝘐] | kooktae | omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora