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"¿Te imaginas poder regresar el tiempo atrás?

Vivir dos veces algo tan mágico y especial que marca tu vida y tu forma de ser para siempre, pensar que ahora mismo puedes estar entre los brazos de tu madre siendo un cachorrillo asustadizo, débil, miedoso y dependiente de dos imágenes paternas; estar en esa zona segura que proporcionan los Omegas. Esa ha sido una fantasía desde que entré a la adolescencia, una fase necesaria para muchos pero un golpe bajo para mi.

Recuerdo perfectamente esa primavera llena de luz, el rico aroma de las flores por doquier, la agradable sensación de la brisa chocar con nuestra piel nada más salir de nuestros hogares, miles de cachorros convirtiéndose en adultos en un par de noches. Alfas y Omegas experimentando cambios de aroma drásticamente, Betas haciéndose a la idea de poder gozar de una vida normal y tranquila, sin lazos y esas normas que los de las otras razas debían afrontar desde esa primavera.

Por mi mente retumba esa primera clase como un Omega recién presentado, no sé a ciencia cierta si por tu memoria aún guardas algo de aquella reluciente mañana de primavera, solía acudir muy temprano porque me demoraba mucho caminando por el parque que cruza el riachuelo, ¿le conoces? Mm, sí, ese donde diste tu primer beso... Regresando a la clase, ese bonito Omega que encontraste llorando era yo, me cautivaste tanto con unas pocas y simples palabras, me hiciste sentir tan bien con nada.

Era muy bonito antes, ¿cierto? Me lo repetías mucho, susurrabas cosas cerca de mi oído cuando mis ojos amenazaban con soltar gruesas gotitas saladas, calmando fácilmente cualquier nuevo sentimiento de tristeza.

Poder o no regresar el tiempo atrás sería jugar con mis propios sentimientos, esas estúpidas y repetitivas sensaciones que me azotan sin compasión cuando te veo llegar, te juro que más de una vez he suspirado amor puro por ti cuando nuestros ojos se saludan y sé que son pocas las veces que tengo esa dicha de apreciar tan bellos orbes pero esos fugaces segundos me son suficientes para enamorarme un poquitín más.

Desearía que volvieras a hablarme aunque sea solo para preguntarme la hora, puedes perfectamente insultarme como todo el alumnado y profesorado, soy consciente de que cualquier palabra que irradie odio, dicho desde tu boca no sería dañino para mi nunca."

—Cada día parece más estúpido... -Musitó con asco cerrando el pequeño cuaderno de pasta marrón, parando unos segundos en las bonitas pegatinas de ositos que decoraban las esquinas del objeto- Sigue siendo un Omega virgen, infantil y enamorado de alguien imposible...

—Déjale ser infeliz solito -Dijo entre bufidos un Alfa azabache con simpleza, suspiró formando una pequeña nube de vaho frente a él- ¿Sería TaeHyung el primer beso de JungKook? -Inquirió solo un par de segundos después de burlarse del castaño- Él mismo afirma que antes era "bonito" así que existe la posibilidad de que sea cierto...

El otro hizo un mohín jugando con el librito marrón entre sus manos, indagando lo dicho.

—Dudo que haya sido él, porque si no diría más cosas relacionadas con ese beso, pero aquí lo pasa muy por encima, casi asqueado por recordarlo... -Dio por hecho volviendo al rincón de la clase, donde la mochila de TaeHyung estaba totalmente vacía ya que unos minutos antes el mismo azabache que ahora reía en solitario, había tirado uno por uno los libros y cuadernos del Omega por la ventana, dándole un margen así al otro a leer su libro de estupideces.

—¡Vamos, TaeHyungnie, se mojarán los libros de texto! -Vociferó al visualizar la brillante cabellera del aludido avanzar rápidamente por el campus vacío.

—¿Crees que JungKook sepa de él? -La risa a conjunto de ambos estalló de sólo pensarlo- A veces le pongo mucha importancia al huérfano...