Capitulo uno: Primer encuentro

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- Rubén, ¿ya estas listo? - inquiere una mujer, que esta detrás de la puerta de la habitación, el adolescente cree que será imposible levantarse de su cama.

- ¿En verdad tenemos que salir? - el sabia que era verdad, pero quería hacer tiempo para escapar por la ventana y después tirarse de su techo. Realmente no iba hacer eso, perlo las ganas no le faltaban.

- Rubén, te lo dije después de la cena. No quiero excusas, eh - contraataca, el peliblanco no tuvo mas opción que salir de su habitación, con su móvil entre sus manos. - ¿Saldrás así? - cuestiona su madre, cuando lo ve salir por la puerta.

¿Qué tiene de malo su suéter de doble talla y sus tenis blancos? Rubén asiente, sin apartar la vista del aparato.

- Vale... pues venga, vamos.

El menor se remango las mangas del suéter antes de guardar su móvil en su sacó, odiaba acompañar a su madre a hacer la compra, pero es su madre después de todo, tenia control sobre el, apenas tenía catorce años.

Se monto en la parte trasera del auto y se coloco los audífonos en los oídos, no reproducía ninguna canción, quería evitar las charlas con su madre y esa era la mejor manera.

Cuando el auto se aparca, Rubén observa como su madre peina hacia atrás las hebras castañas de sus cabellos, y recrea una de sus mejores sonrisas... ¿Qué cojon-

- Buenos días. - la voz de la mujer sonaba más dulce, entrando a la tienda. Un tío, que esta detrás de un escritorio levanta la vista.

- Buenos días Sra. Doblas, un placer volver a verla - habla, se veía muy estirado, Rubén no se fio del tono igual de dulce que uso. - Supongo que este es su hijo, ¿No?.

La castaña asiente, haciendo señas, que el peliblanco entendió, y le tendió la mano al hombre, que ahora estaba frente a el. - Un placer... - el señor lo analiza, en un silencio muy incómodo para el peliblanco.

- Tu y mi Samu se llevarán muy bien, es igual de tímido. - comenta, el menor enarca una ceja. - ¡Samu! Ven aquí, por favor - iba a decir algo, como: el no era tímido, o, que rollo se traía con su madre, pero su atención se la robo un joven del mismo porte, sus ojos morados, que brillan cuando el sol los refleja desde la ventana y con una mirada perdida.

Pero... Si tuviera una novia, se la regalaría, se lo merece.

Me Gustas ᯽ - RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora