STORGÉ ||Carlisle Cullen||

Capítulo 4

–Hola, soy Edward Cullen –una voz casi angelical la sacó de sus pensamientos. –mucho gusto.

Verdaderamente dudó por unos segundos. ¿Enserio este chico fue capaz de hacer lo que Bella le había dicho?

Rápidamente se recompuso y decidió darle el beneficio de la duda. Aunque dejaría en claro su postura.

–Gabrielle – lo observó detenidamente con una ceja alzada– supongo que, el gusto es mío.

Vio la cara asombrada del chico.

–Tranquilo, Cullen. –le dijo con una sonrisa de lado– trata bien a mi prima, y todo bien entre nosotros.

Después de un silencio incomodo, obtuvo un leve asentimiento de cabeza.

Los primeros minutos el chico se mantuvo en silencio, definitivamente lo había descolocado la manera tan directa de tratar los temas de la chica nueva. Pero estaba curioso, desde que Alice había tenido la visión sobre la compañera de Carlisle, todos habían estado impacientes por conocerla.

Esme había sido, en muchos aspectos, quien había ejercido un rol de madre para ellos pero a su vez, estaban felices de que su padre por fin tuviera a su compañera.

Por ordenes de Alice, lo habían mantenido en secreto. Según la pelinegra, si se decidían a contarle al patriarca del Clan Cullen, podían afectar el curso de las visiones.

Era como un secreto a voces, Carlisle sabía que su familia ocultaba algo pero prefería pensar que se trataba de algún suceso irrelevante.

La clase pasó con bastante calma, lo cual no era necesariamente malo pero Gabrielle no estaba en su mejor disposición de comenzar sus días con tantos números. Había conversado un poco con Edward, quien mostraba bastante interés en su vida lo cual no encajaba, para nada, con las cosas que Bella le había contado.

Sí, se notaba que el chico no tenía experiencia para sacar temas de conversación, pero fuera de eso había sido bastante amable y atento con ella.

Tampoco quería dejarse llevar por las apariencias pues conocía bastantes personas que tenían aquel encanto de hablar bonito y mostrarse interesados pero al final demostraban ser unas verdaderas serpientes.

Aunque confiaba lo suficiente en su instinto como para saber que la amabilidad de Cullen no era de aquellas.

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Antes de llegar al aula de Biología se topó con su prima, entraron juntas y rápidamente pudo notar la tensión de parte de su prima al ver que Edward se encontraba ya sentado.

Se sentó en el banco detrás de ellos, pero decidió no intervenir. Ellos debían solucionar sus propios problemas.

La clase comenzó y después de escuchar las indicaciones que dio el profesor se dispuso a intentar identificar las fases que le pedían. No fue muy difícil.

De vez en cuando escuchaba algunas de las cosas que platicaban al frente,

Rodó los ojos.

Facepalm.

¿Enserio? ¿El clima?...

¡¿Dios mío, quien rayos le enseñó a socializar a este chico?!