Capítulo 5

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Lucy POV

Una intensa luz fue lo que me despertó de mi larga siesta. Parpadeé varias veces tratando de adaptarme al rayo de luz filtrado de la ventana a mi lado.

— Levántate, es hora de irse.

Sin molestarme a ver quién era el dueño de esa voz borde, puesto que ya lo reconocía, asentí. Escuché como salía de la habitación al no recibir una contestación de mi parte y finalmente pude relajarme.

Tallé mis ojos con los puños cerrados y me levanté de la cama.

Dispuesta a cambiarme me dirigí a un armario rendido en una esquina. Según Natsu esta también es mi casa, por lo que supongo que puedo ponerme la ropa qué hay ahí.

Abrí aquel gran ropero viejo de los puertas, toda la ropa colgada sobre ganchos de madera curiosamente de los mismos colores. Rojo, negro y blanco. Solo habían vestidos y capuchas...

Bajé hasta la parte inferior descubriendo los cajones, algunos con ropa interior, medias y pijamas, pero todo de la misma gama de tonalidades ducha anteriormente.

Un brillo llamó mi atención. Un espejo. Miré atentamente mi reflejo en el, observando cuidadosamente mi vestimenta. Llevaba puesto un vestido blanco hasta la rodilla con la cintura negra y unos cordones rojos formando un moño, calcetas blancas y una capucha roja.

Esto es... ¿¡Caperucita!?

¿Qué diablos pasa aquí? Es como un mundo de cuento de hadas...

Sin embargo, afortunadamente este no es el cuento de Charls ni de los hermanos Grimm. Porque en ese caso Natsu estuviera en el más allá gracias al cazador que supuestamente asesinó al lobo.

Amor, lobo, caperucita... ¡El lobo enamorado de la chica humana! ¡Mi cuento! ¡La obra! La obra que escribí tiene que tener alguna relación con esto. Eso es seguro.

Más tarde seguiré investigando, ahora tengo que explorar este nuevo mundo.

* * *

— ¿Porqué me miras así Lucy?

Andábamos a pie por el bosque, ya a medio camino a nuestro destino.

— ¿Eh? ¿P-Por nada especial? — Che, me atrapó mirándolo de más.

— Mirándome tanto voy a pensar que te estás enamorando de mí.

— Claro que no. Te miraba porque quería preguntarte algunas cosas.

— ¿De qué se trata? — Cruzó los brazos sobre su amplio pecho.

— Lo que te voy a decir no es importante, espero que no te incomode...

Tengo que tener tacto, tengo que tener tacto. Después de todo es mitad humano y tiene sentimientos.

— ¿No te molesta que me ponga la ropa de Lucy? — Pregunté entre dientes. El solo me miró con una ceja alzada usando su usual expresión neutra y luego soltó una risa. — ¿Porqué te ríes?

— Porque tú eres Lucy.

— Y sigues con eso — No sé porque seguía con lo mismo, no soy su Lucy. — Entonces supongo que no importa, pasando a la siguiente pregunta, ¿tu novia siempre vestía así? ¿No tiene más colores en su guardarropa?

— El rojo era su color preferido.

— Si, eso se nota. ¿Pero porqué usa únicamente vestidos?

Limón y Sal | NaLuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora