21 de febrero. 2276
Valle Inutilia, Nevada
EE.UUEl sólido correr del viento acechaba las congeladas ventanas del valle. Los cúmulos nubosos de color platino, avecinaban una poderosa tormenta.
Y corría, el viento corría. La nevada estaba cerca.
Residencia Lazy
9:48—Se viene una gran tormenta—dijo Josh Lazy, un hombre regordete de 42 años—. Cariño, hay que ponerle más leña a la chimenea. La temperatura está descendiendo muy rápido.
—Claro, cielo—Laia colocó unas leñas a la chimenea—. Estoy muy sorprendida. No ha habido una helada así desde 2254. Hace dos horas estábamos a doce grados celsius y ahora estamos a seis...
Hubo un pequeño silencio.
—¿Sabes cariño?—dijo Josh a modo de pregunta retórica— No me gusta este cielo. No me gusta para nada...
—A mí tampoco, Josh. A mí tampoco...—Ella se acercó a la ventana. En la soledad, solo circulaba el viento— Iré a ver como está Lyubi.
Laia dejó la sala de estar y subió a la habitación del niño. Éste estaba haciendo unos dibujos en su libreta como acostumbraba.
Como era de esperarse, su estado de ánimo rondaba por la tristeza.
Aldavinski jamás salía; ni de su casa, ni de su cuarto. Con la bruma que cargaba, su corazón palidecía al mismo tiempo que el caucásico de su piel, y sus bolsas ojerosas se extendían hacia abajo tal y como su cabello negro que le llegaba hasta la nuca.—Lyubi, amor. ¿Está todo bien? ¿No tienes frío?
—No, mamá. Gracias—Su tono ruso era muy especial.
Pese a que Aldavinski sabía que era adoptado, él le decía al señor y la señora Lazy, mamá y papá.
Laia cerró la puerta de la habitación yéndose en silencio. Bajó las escaleras de forma lenta, con la mano en su boca y aguantando las ganas de llorar.
Tenía miedo de que su pequeño caiga en depresión y ella no pudiera hacer nada al respecto. Quedó sumida en sus pensamientos, hasta que el ruido de una ventana rota y un grito grave proveniente de la sala, la hicieron volver a la realidad.Residencia Afidelé
9:50Ser hijo único tenía sus ventajas. Eres mimado por tus padres y no tienes atención dividida.
Aquella mañana Sarah, la madre de Sam, se quedaría a dormir en la casa de su ex pareja para la visita quincenal a su niña.
Marcet, el padre, dormiría en la sala y la mujer y la niña en el cuarto principal. Estaban acomodando todo temprano para que quedara listo para la noche.
—Dos terrones de azúcar para mi niña favorita, y uno dietético para Sarah—dijo Marcet de buen ánimo entregando dos tazas de café a las mujeres.
—Gracias, Marcet—agradeció la mujer con una sonrisa.
—¡Gracias, papito!—agradeció también la 'niña', cuyo aspecto ya era como el de una mujer.
Vivían una vida feliz. Con un matrimonio separado, pero feliz. Era una relación sana y con respeto por Sam. Ambos quedaron como amigos luego de la ruptura.
—¿Saben de qué tengo ganas?—dijo Sarah en buena manera y con voz animada.
—¿Escondidillas?— respondió Sam.
—¡Escondidillas!—remarcó la mujer dando un salto en su lugar y yéndose hacia una columna para contar— 1 ... 2 ... 3 ... 4 ... 5...
Padre e hija se escondieron por los cuartos de la casa riéndose por el gracioso momento.
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Azul ©| EXANIMUN #1 ✓ [#PGP2024]
FantasyCuando preguntas quién eres, ¿qué es lo que te responden? ¿Qué tanto sabe la gente sobre tu pasado? Nadie en la familia Morbus sabe cómo llegó Idaly a sus vidas. Sin embargo, Amadeo oculta un secreto; y es que esa niña inocente no es nadie más ni na...