𝘢𝘥𝘢𝘱𝘵𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯
Cuando tus ojos se conectan con los de tu alma gemela se tornan de un color rosado.
Volkov quiere encontrar a aquel chico que con una simple sonrisa logró teñir sus cafés ojos de un rosa brillante
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El chico le sonrió con un poco de vergüenza al pelinegro antes de salir corriendo tras su novio. Horacio se quedó ahi, estático, intentando comprender aquel reciente encuentro.
Diariamente convivia con un montón de personas, a quienes tenia con sonreir y tratar con amabilidad, jamás pensó que una de esas personas lograria que sus ojos brillasen en rosa, que le haria sentir una descarga eléctrica. Y mucho menos pensó que tal persona seria alguien con pareja. Entro de nuevo a los vestidores.
- Emilio... - El mencionado ni siquiera se esperó a que terminarse de hablar, pues le interrumpió de golpe.
- Sus ojos brillaron - Horacio asintió. - Encontraste a tu alma gemela! ¡Es increíble! - Se le notaba eufórico. El pelinegro sentía su cara arder de la vergüenza. - ¿Cómo se siente?...-
- En cuanto me acerque a ellos el ambiente se aligero. - Cuando nuestros ojos se conectaron senti un hormigueo por todo mi cuerpo, el tiempo se detuvo y me costó demasiado trabajo lograr quitar mis ojos de los suyos. - Emilio lo observó con una hermosa sonrisa, mientras sus ojos brillaban. - Me han gustado varias personas a lo largo de mi vida, pero jamás había sentido algo así... -
- Ojalá yo encontrase a mi alma gemela. - Horacio le sonrió con cariño - ¿Vas a ir a buscarle?- Negó con la cabeza.
- Salió corriendo. - Emilio analizó la situación mientras rascaba su mentón en busca de concentración.
- Hombre, imaginate encontrar a tu alma gemela, sin previo aviso en una heladería. - Horacio rodó lo ojos.
- ¡Encontré a mi alma gemela, sin previo aviso en una heladeria! -
- Podria estar en el parque, hay uno no muy lejos de aqui. Tómate el dia, yo te cubro. - el pelinegro trastabilló un poco.
- Quizás no esté. Además, venía con su novio. - Emilio le dio un leve golpe en el hombro.
- No sabes si es su novio, y su alma gemela eres tú. Deja de negar las cosas y entrégate a lo que la vida te está ofreciendo.
Horacio pareció analizarlo por unos segundos y sonrió en grande. Se desató el delantal y lo dejó en las manos de su amigo para después salir corriendo. Emilio lo observo con una sonrisa mientras se dirigia al mostrador, su turno había terminado, pero le haria el favor a su amigo... No todos los dias encuentras a tu alma gemela.
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