𝗋𝗈𝗌𝖺 𝗉𝖺𝗌𝗍𝖾𝗅 ; 𝗏𝗈𝗅𝗄𝖺𝖼𝗂𝗈

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Algunas hojas caen de los arboles, haciendo un ligero y casi imperceptible sonido, pero que Horacio lograba escuchar con facilidad, pues estaba buscando hasta la mas minima cosa para distraer la mente, Sus manos sudaban y no podia dejar de morder el Interior de su mejilla.

Dejando todo eso a segundo plano, de verdad estaba feliz de por fin tener un cita con Volkov, despues de que ambos acordaran que iban a llevar las cosas con calma. Habían estado las ultimas 3 semanas conociendose y se dieron cuenta de que se llevaban mucho mejor de lo que hubiesen esperado. Seguro que debe ser horrible no congeniar con tu alma gemela ¿Si quiera es esa posibie7 No lo sabian, pero por lo menos, ellos tenian una increible relación eso era lo que les importaba.

El telefono vibro en su bolsillo y lo saco de manera casi mecanica, su corazon se aceleró al ver que era un mensaje de Volkov, diciendo que estaba llegando y que lo alcanzaba a ver desde la lejania. Sus manos comenzaron a sudar de nuevo y estaba considerando de la manera mas seria posible el salir corriendo en ese mismo momento, pero antes de poder hacerlo, Volkov habia llegado.

- ¡Horacio! - Le saludo con euforia y se sento a su tado, envolviendo el cuerpo del mas bajo entre sus brazos. El mencionado sintio su cara arder instintivamente la escondió en el cuello de Volkov, sintiendo como su cuerpo se relajaba al instante. Podo oler el perfume que usaba y sentir unas segundos el calor que irradiaba su cuerpo antes de que se separaran.

- Volkov todo bien - El castaño asintio con la cabeza. Noto como Volkov le observaba de arriba a abajo, con los labios semiabiertos y la respiración calmada, solamente se mordio el labio, ya que estaba seguro que sus mejillas estaran rojas.

Horacio se habia hecho a la idea, habia planeado de mi maneras como iba a ser esa cita y todas acababan de la misma forma el besando al peliblanco por primera vez, pero ahi, teniéndolo frente a él, luciendo tan perfecto, lo ponia nervioso, y complicaba el plan. No estaba seguro de poder hacerlo.

No era una cita que tuviese que destacar por su elegancia, o por su localización, pues habian acordado reunirse en un parque, pero aun asi estaban entusiasmados por ella. Se miraban fijamente, sus ojos brillaban en rosa, logrando que sus sonrisas se ensancharan. Parece que tado a su alrededor hania desaparecida, ahora eran los dos, sonriendo y viéndose a los ojos, mientras ese magnetismo que habian senido la primera vez los hacia acercarse de a poco, hasta que de nuevo, estaban a centimetros de distancia.

- Quiero un algodón de azúcar. - Viktor se separó apenas escuchó esa, y enarco una ceja, vivienda como Horacio se ponia rojo hasta las orejas.

- ¿Quieres que te vaya a comprar uno? - El de cresta asintio con la cabeza, y a penas el castaño se levanto y se alejo unos pasas solto todo el aire que habia en sus pulmones.

- Soy tontisimo - Murmuraro por lo bajo. Le entro miedo al darse cuenta de la cercania. Deseaba besar a Viktor, de verdad que lo hacia, pero esperaba que fuera un poco más especial, por eso, cuando sintió el momento mas cerca, recurrio a decir lo primero que paso por su cabeza.