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Desde ese día, ambos comenzaron a comunicarse con mayor frecuencia gracias a tener al fin el número del otro. Solían escribirse en cada rato libre que tenían, e incluso ya habían tenido una charla telefónica donde realmente la pasaron bien.

A pesar de eso no habían logrado ponerse de acuerdo para coincidir en otro lugar que no fuera el hospital, ni siquiera lograron cumplir con ir por el café de Vegetta debido a su escaso tiempo libre, sin embargo esta vez las cosas parecieron estar de su lado y el azabache terminó visitando el hospital más pronto de lo que esperaba.

Este último se preguntó entonces si el hecho de que Luzu olvidara una vez más su maletín era una especie de excusa para que él y Rubius volvieran a coincidir. Porque sin duda, el médico veía muchas películas cliché y no dudaba que estuviera actuando como una especie de cupido con ambos.

Una vez que piso la clínica y entregó el respectivo objeto a su dueño, decidió preguntarle al peliblanco si se encontraba por ahí obteniendo a los pocos minutos una respuesta afirmativa.

Acordaron entonces verse en el mismo lugar donde meses atrás habían comenzado a hablar.

Así que ahora ahí se encontraba, esperando por el chico mientras veía las hojas marrones de los árboles volar a su alrededor.

Cuando comenzó a impacientarse por no tener noticias de su acompañante, optó por mandarle un par de mensajes más, pero este no respondió.

Estaba por presionar el icono de llamada cuando el energético canturreo del peliblanco atrajo su atención.

- ¡Vegettita!

Se giró entonces para comenzar a regalarlo.

- Doblas ¿Dónde te habías metido hijo mío? Llevó casi una hora esperándote y... - Tuvo que frenar sus palabras en seco al sentir como los brazos del menor rodearon su cuerpo, acto que definitivamente no esperaba. - ¿Rubius? ¿Estás bien?

- Te eché de menos triple Duque... - Masculló en voz baja el menor.

Vegetta parpadeó confundido - Pero si nos vimos la semana pasada, príncipe - Dijo lo último con intención de molestarle con ese tipo de bobeito que se había vuelto muy común entre ellos. Sin embargo, Rubius no se inmutó, al contrario, afianzó más su agarré mientras posaba su mandíbula sobre el hombro ajeno.

- Lo sé...

- Te notó extraño, Doblas... ¿Pasa algo? - Inquirió esta vez con preocupación.

El peliblanco suspiró cerca de su oído haciéndolo estremecer.

- ¿Vege? - Llamó con voz tenue.

- ¿Sí?

- Me gustas...

Vegetta no esperaba esa repentina confesión por lo que su primera reacción fue creer haber escuchado mal - ¿Q... Qué leches dices, tontito?

Rubius se alejó un poco para observarlo mejor - Qué me gustas, De Luque... - Admitió con un pequeño sonrojo en sus mejillas.

La mente del moreno quedó en blanco, él no estaba preparado para escuchar algo así viniendo del menor, incluso si a estas alturas ya podía notar que tenían cierta conexión y que estaba desarrollando sentimientos por este, honestamente... Creyó que tomaría más tiempo que uno de los dos diera el siguiente paso.

Rubius al no obtener respuesta decidió continuar con su discurso.

– Sé que apenas nos estamos conociendo pero... Quería saber si existe la posibilidad de que no sé, tú sientas algo similar - Murmuró mientras jugaba nerviosamente con sus dedos

𝕂𝕖𝕖𝕡 𝕞𝕖 𝕚𝕟 𝕪𝕠𝕦𝕣 𝕞𝕖𝕞𝕠𝕣𝕪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora