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Para el cumpleaños de Rubius, Vegetta decidió que le daría una gran sorpresa pues, incluso si llevaban apenas medio año de conocerse y sólo tres meses de relación, realmente consideraba que el chico valía la pena.
Verlo feliz siempre valía la pena.

Sin embargo sus planes se vieron algo perturbados por cuestiones de trabajo, así que terminó moviendo su sorpresa para el fin de semana siguiente al cumpleaños del menor.
Nunca imaginó que justo el viernes antes de este, a sus amigos se les ocurriría la brillante idea de salir a celebrar al peliteñido también. Y ahora tenía que hacerse cargo de todo un grupo de tontitos.
Al menos Luzu aún parecía lo suficientemente sobrio para ayudarlo con el resto.

Una vez que estuvieron en el apartamento del peliteñido y del oficial azabache, estaba por despedirse del primero cuando dos de sus amigos que debían esperar en el auto entraron corriendo al lugar.

El ceño de Rubius se frunció al verlos, al menos no parecía estar tan ebrio como para no entender lo que pasaba.
- Oh no, no... Aquí no van a hacer sus guarradas, háganlo en tu cuarto Lely - Habló trastabillando algunas palabras.

Alex se incorporó refunfuñando para refutarle a su compañero de piso.
- Claro, a nosotros nos mandas al cuarto pero tú y Vegetta si pueden hacer sus cosas hasta en la cocina - Dijo haciendo un gesto de asco.

Los orbes del más alto se abrieron desmesuradamente, abrió la boca para contraatacar al menor hasta que la pequeña risa de su pareja atrajo su atención.
- Pero no te rías, subnormal... - Le reprendió a este.

- Pero si tiene razón, Doblas... Ya déjalos quedarse aquí y mejor ven conmigo - Masculló el azabache.

Fargan se levantó eufórico - ¡Si! Hazle caso a triple siete

- Sí, si... Mejor ya váyanse a comer el morro en su casa - Agregó el oficial de baja estatura

- Opino lo mismo que ellos - Espetó el albino uniéndose a la conversación - Igual así tienen las cosas más sencillas para mañana

Rubius parpadeó confundido.
- ¿Mañana? ¿Qué hay mañana?

Vegetta deseó ahorcar ahí mismo a su mejor amigo, Willy al darse cuenta de que le estaba por arruinar la sorpresa al azabache fingió absoluta demencia.
Al final el peliteñido terminó desistiendo de hacerlo hablar.

- ¿Entonces vendrás conmigo, Doblas? ¿O prefieres quedarte a ver el trío que se montan? - Indagó el ojimorado con diversión viendo como los susodichos ya estaban en su propio rollo.

Rubius se estremeció apartando la mirada de sus amigos - Bien, iré contigo... Pero sólo porque quiero evitarme algún trauma con ellos - Accedió finalmente mientras tomaba su abrigo y las llaves del departamento.
Así ambos bajaron hacia el auto del azabache.

Luzu al verlos llegar soltó un lastimero quejido, Vegetta lo observó con una ceja arqueada.
- Si Rabis va con nosotros entonces déjame en otro lado Vegettoide... Tengo turno temprano y realmente quisiera poder dormir, pero sé que teniéndolos a ambos en la habitación de a lado no podré hacerlo.

- Eh eh... Respeta - Pidió el peliteñido con las mejillas coloradas - No sé por quién nos tomas, Luzu

Vegetta soltó una pequeña risa antes de preguntar lo importante.
- ¿Y en dónde te dejó entonces?  - Inquirió observando a su amigo por el retrovisor.

Luzu rápidamente le mostró la pantalla de su móvil - Aquí

Vegetta suspiro tras ver la dirección - Está bien, te dejaré ahí - Murmuró encendiendo el auto.
Luzu sonrió en respuesta e internamente el azabache se preguntó quién sería el tal Auron con el que se quedaría, y por qué su amigo nunca lo había mencionado.

𝕂𝕖𝕖𝕡 𝕞𝕖 𝕚𝕟 𝕪𝕠𝕦𝕣 𝕞𝕖𝕞𝕠𝕣𝕪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora