Hidden; Draco Malfoy |Traducción|

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Contenido maduro.

-Pero te follaré, como la última vez.-

-Y todo lo que tienes que hacer es rogar por ello.-

-No lo haré. -Navy trató de convencer a Draco mientras se paraba detrás de ella. Sus manos se clavaron en su cintura mientras se elevaba sobre la chica borracha, pero en el fondo.

Navy sabía que era ella misma la que necesitaba ser convencida.

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Él la inmovilizó profundamente entre las sábanas mientras se elevaba sobre ella.

Los ojos de Navy rodaron hacia la parte posterior de su cabeza en el segundo que sintió su mano frotando su vagina un tembloroso aliento escapó de su garganta ante el poder que su mano tenía sobre ella.

El poder que él tenía sobre ella.

Ella no quería hacer esto.

No quería engañar al chico amable que amaba, pero había algo en Draco, esta noche, en particular, que era tentador más allá de toda explicación.

-Esta maldita vagina. -respiró pesadamente en su oído, un gruñido ronco rasgó su voz mientras frotaba su pene contra ella.

-Esta maldita vagina. –

Draco estaba drogado. Estaba loco, pero a ella no le importaba, porque ella también.

La píldora que le había dado antes había obrado su magia. Su cabeza se nubló en el polvo cuando él se mordió el labio inferior, sus caderas se movieron contra las de él en pura emoción.

La música de la fiesta que se desarrollaba fuera de la puerta destrozó la habitación amortiguada, las luces que se deslizaban a través de las grietas de la madera iluminaban la piel pálida encima de ella perfectamente.

Nunca lo había visto tan cerca antes.

Él era familiar, pero ella nunca había mirado al chico, respirando con dificultad sobre ella como lo hacía ahora.

Él se inclinó hacia atrás, recorriendo su cuerpo con la lengua mientras avanzaba, saboreándola de todas las formas imaginables. -Estás tan mojada para mí, ¿no?. –

Navy asintió con la cabeza desde su posición acostada, las manos frías la agarraron por las rodillas, arrojándolas sobre sus hombros, acercándola a él.

-Maldita puta. –

Se estremeció ante eso.

Navy nunca había sido manejada de la forma en que Draco la cuidaba en este momento, y eso la hizo empaparse, aún más,

La forma en que le hablaba, la forma en que la tocaba era áspera, impía, peligrosa.

El rubio hundió la cabeza entre sus muslos, chupando la tierna piel mientras él gemía ante el dulce sabor de ella, cómo su piel era tan suave como parecía ser seda, su piel enrojecida contra sus labios hizo que sus ojos se pusieran en blanco, la forma en que sus muslos apretados en cada centímetro que besaba, lo mataba de hambre,

La deseaba.

Navy era de Theodore, pero ya no.

Los dedos de Draco rasgaron la ropa interior negra, provocando que un jadeo recorriera su garganta mientras lo hacía, pero no se molestó.

No tuvo la paciencia para quitárselos. Desde que la vio entrar por la puerta de su casa hace unas horas, quiso arrancarle el vestido y quiso arrancarle la lencería del cuerpo.