-Jeno, cariño, necesito tu ayuda -canturreó el rubio cuando por fin pudo interceptar al otro chico de mandíbula afilada que dejaba resaltar algunas marcas de lesiones, Jeno rodó los ojos conociendo perfectamente ese tono y las intenciones que había detrás.
-Si tiene que ver con Jaemin, estoy fuera.
-Vamos, necesito a alguien que distraiga a Ten hyung... -Renjun se puso de puntillas susurrando lo siguiente en el oído del más alto con una sonrisa pícara-... Creo que Nana está enamorado de mí.
-Claro que no ¿por qué lo estaría? Ni siquiera te conoce -las palabras fueron casi escupidas con violencia; algo que el pelinegro no podía identificar con certeza estaba comenzando a molestarlo a medida que hablaba y Renjun contestaba con seguridad.
-Claro que sí, es algo en sus ojos. Está enamorado de mí y yo de él. Anda, cariño, ayúdame con Ten -se colgó de su brazo sabiendo que podía ejercer una dulce presión en Jeno de aquella forma.
-Estás loco.
-También tú -no era que el rubio se sintiera ofendido por las palabras del otro. En realidad, le daba igual, pero eso no significaba que perdería la oportunidad de recordarle a Jeno que ambos estaban en las mismas. Llevó su índice a su mejilla deslizándolo hasta su clavícula señalando el camino que seguían los rasguños y cortes en la piel del contrario, heridas que él mismo había puesto ahí-. Ah, entiendo, estás celoso.
-No. -mintió con descaro apretando su mandíbula por instinto, le daba rabia ver cómo Renjun se encaprichaba así de fácil con ese extraño que ni siquiera lo conocía como él.
El más bajo se cruzó de brazos fastidiado por no haberse salido con la suya a la primera, tendría que usar aquella estrategia más atrevida que sabía que funcionaría. Poniéndose de nuevo en puntas para alcanzar el rostro del contrario, le robó un delicioso beso.
En automático las manos de Jeno viajaron a la pequeña cintura del rubio añorando esa sensación. No era la primera vez que probaba esos labios traviesos que no demoraban ni un segundo en aventurarse en su boca divirtiéndose con ella de forma salvaje. Para él era el paraíso. Para Renjun era un juego sumamente entretenido.
-¡Ey, niños, saben que eso no está permitido aquí! -la alarmada voz de Ten se acercaba con rapidez, logrando que los chicos se separaran cortos de aliento. Renjun le regaló a Jeno una mirada cómplice y se relamió aún deleitándose con el sabor de Jeno en su boca.
-Lo siento, hyung. Fue mi culpa, yo comencé el beso.
-Jeno. Sabes que las muestras de afecto de ese tipo entre pacientes están estrictamente prohibidas... -el tailandés continuó su sermón pero ya ninguno de los jóvenes escuchaba. Como el pelinegro se había echado toda la culpa, el regaño estaba siendo dirigido hacia él y el enfermero casi daba completamente la espalda a Renjun. El menor hizo una discreta seña para que el rubio se fuera y Renjun aceptó gustoso mandándole un beso por el aire sin que Ten se enterase al tiempo en que se apresuraba a escabullirse de la escena. Su táctica funcionó perfectamente.
Ahora debía encontrar a Jaemin.
No fue muy difícil localizarlo, los caminos del espacioso lugar estaban enteramente despejados, de modo que pudo divisarlo desde lejos andando ligero entre el verde césped. Aceleró el paso ya con una ancha sonrisa adornando su rostro impaciente por encontrarse con el chico atractivo.
-Te encontré, Nana. Debiste avisarme a dónde irías para que yo no perdiera tiempo buscándote. Jeno se encargó de Ten, así que ya nadie está vigilándonos ahora... -eran muchas palabras para que Jaemin le siguiera el paso, de lo que estaba seguro era que algo en su interior se removió de gusto cuando vio al rubio acercarse -... Pero no respondiste mi pregunta ¿Vienes conmigo?
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I Didn't Plan My Life Like This ||NoRenMin
FanfictionEn la vida hay subidas y bajadas, por supuesto. Pero cuando un diagnóstico tan duro como 'Trastorno bipolar' o 'Trastorno límite de la personalidad' entra en la conversación. Esas, son una peligrosas subidas y bajadas. Renjun, Jaemin y Jeno son tan...