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— La amaba aún con sus defectos, la deseaba aunque no tuviera el mejor cuerpo de todos. Son como polos apuestos pero a la vez congenian a la perfección, saben que no deben de quererse pero...quieren probar lo prohibido, después de todo, siempre son uno mismo al final del día.
— Por un demonio Yeri, ¿Podrías dejar de leer en voz alta ese estúpido libro?. Tengo tarea que terminar. — Con poca paciencia dijo la castaña.
— ¡Por Dios, T/N! ¿Que es ese vocabulario?, ¿Quieres que vengan y vean qué haces la tarea a última hora?. — Fingiendo indignación para luego cerrar su libro y ponerlo en la mesa de su asiento.
La contraria solo rodó los ojos, sabia que ella la amaba pero quería molestarla en este momento tan irritante para sí misma, ni muerda tendría una F en la tarea y que su madre le hiciera un gran regaño. Sin más término después de unos cortos 15 minutos.
— Listo, ¿Vamos a comer? — dijiste para cerrar aquel cuaderno y guardarlo en tu mochila.
— Pensé que nunca lo dirías, acabas de quitarme 15 minutos de mi receso, eso no es justo Jeon. — Se puso de pie como al igual su mejor amiga y salieron de el aula para ir a comer.
Tenían la costumbre de caminar con las manos entrelazadas y la escuela no era la excepción. Mientras tenían una charla entre risas sobre porque Yeri siempre escogía a su no media naranja.
Por otro lado el miedo la consumía...
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Dio un gran eco cuando su espalda espasmo contra la pared de el baños, inmediatamente la pobre sintió dolor horrible en aquella parte, inmediatamente tan solo ver que una de ellas se acercaba a su delgado cuerpo de manera demandante, está solo bajo la mirada...pero no pudo ya que está la agarra de la camisa sujetándola y acercándola a su rostro tan fuerte que ya se podía presentar las lágrimas acumuladas en sus ojos.
— Y ahora...¿Que castigo tengo que darte?. — pregunto con inocencia fingida la más joven de ellas mirándola fijamente a sus ojos.
— L-Lo siento, prometo que a la próxima si les daré el dinero. — una oleada de un sentimiento de frío dio en su cuerpo, pero esta era del miedo por lo que se iba a venir. Se supone que estaba haciendo todos los recados de ellas pero esta ves no pudo.
— ¿Mhg? ¡Te estoy diciendo cual es el castigo que debes recibir, no sobre tus estúpidas excusas! — para así soltarla tan fuerte que no pudo controlar el equilibrio y calló a el piso haciendo que tuviera un pequeño raspón en su rodilla derecha.
— ¿Que esperabas? ¿Que te perdonamos y tengamos piedad de ti y te fueras sin haber sufrido las consecuencias? — La más bella entre ellas dijo desde arriba.
No podía evitarlo, pero se sentía tan inferior...
Sin previo aviso, la chica de voz dulce y linda la agarro de los cabellos con brusquedad hasta arrestarla contra su voluntad hasta uno de los cubículos y dejar la puerta abierta para que la que faltaba en darle su merecido haga el trabajo más duro.
Así fue que frente de aquel inodoro, con fuerza metieran su cabeza a el agua de esta que no era nada cristalina. Sentía que se ahogaba ya que ni había tenido un aviso previo sobre esto, al sacarla de la taza del inodoro con fuerza la botó a una esquina de el estrecho cubículo.
Maldita sea el día que vine a esta escuela. Pensó la que ahora recibió una gran patada en su rostro por la de las dos mechas rubias.
— Ay no, miren la herida que ahora tiene en la mejilla...que asco — continuó la anterior chica...Jennie. En eso sintió que ella se acerco a su rostro, tan cerca que podía escuchar y sentir su caliente respiración en su rostro ahora sangriento. — Hay un corte en tu labio...¿Bebería limpiarlo con mi boca?
De fondo escuché la risa de ellas.
— No digas tonterías — dijo Jisoo algo burlona por lo que había dicho esta.
Mientras que la que estaba frente mío hacíamos contacto visual tan intenso que juro que sentía que penetraba tanto. Para luego darme una pequeña sonrisa como decir "¿Viste como te golpee?".
— ¿Ya? Lo hicimos, vámonos, tengo pretendientes que atender luego en este baño. — Lisa para sacar el cigarrillo que se encontraba detrás de su oreja.
Así fue que esta se separó de mi sin antes darme una patada en el estomago que hizo que tosiera varias veces.
Vi como ellas salían del cubículo y luego por la puerta del baño, dejándome aquí con un gran dolor, sin más una de ellas se quedó de espaldas de mi y dejó muy claramente
— No cierres las ventanas de tu habitación está noche, ¿Quieres?. — Rosé.
"Soy muy dulce pero a veces me enojo"
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