Hospital y casa de Jason.
Desperté en una habitación blanca, con ropa que ni siquiera era mía, la habitación completamente blanca me daba mala espina. Ramos de flores ubicados en algunos sitios de la habitación. ¿Qué hago aquí, qué pasó? Me pregunté a mi misma. Pude notar que una persona estaba dormida en un sofá, él. Él estaba aquí y no era ese "él" que yo quería ver al despertar. ¿Cómo no identificarlo? Sabía bien como era él, por más que no pudiese ver su maldita cara. Dereck se encontraba recostado en un sofá durmiendo, ¿por qué mierda Jason no estaba ahí? Él tendría que estar ahí durmiendo en vez de Dereck, a Jason quería verlo dormir no a el. No quería ver al idiota que de alguna manera influyó en que me escapase de mi casa. Al menos mi padre podría estar aquí. Estaba tan sumida en mis pensamientos que no me había dado cuenta que estaba vistiéndome. Justo cuando me ponía mis vans el idiota se despierta.
-¿Qué haces?.- preguntó un somnoliento Dereck.
-Pos me visto. ¿O acaso eres tan idiota que ni de eso te das cuenta?.- miré a sus ojos, parecía confundido, sí era una indirecta que tal vez sería mejor que no entendiese.
-Hay algo más de lo que me tengo que dar cuenta, ¿no es así?.- bajó su cabeza y pasó sus manos por su cabello mientras este se alborotaba aún más.
-Vete. Quiero que Jason esté aquí.- abrió la boca para decir algo pero fue interrumpido por la puerta.
-Ya lo oíste Du, vete.- Jason entró por la puerta con cara de suficiencia, gracias a dios ya estaba aquí. Me paré de un salto y corrí a sus brazos aunque le tomó por sorpresa y demoró unos segundos en corresponderme lo hizo. Sentí un portazo y supuse que Dereck había salido por la puerta, pero... ¿Du? Nadie nunca le había dicho así. Tal vez antes eran mejores amigos y se pelearon. Normal.
-Alexa...- susurró Jason con su cabeza enterrada en el hueco que hay entre mi cuello y mi cabeza.- me diste tremendo susto.
-Perdón... pero no recuerdo nada, sólo que me escapé y me quedé en un hotel, luego todo es borroso.-
Luego de haber conversado de cosas sin sentidos me dijo que había estado dormida por un día entero. Horas después me dieron el alta, me rogó para que fuese a su casa ya que teníamos que hablar de algo serio. Eso me dejó helada. Aún así le dije que tenía que ir a buscar ropa a mi casa. Luego de estar en casa quise tomar un baño, pero me dirigió un rotundo y con la escusa de que lo que tenía que decirme era algo de suma importancia no lo hice, pero si le dejé claro que lo haría en su casa.
Llegamos a la puerta de la casa o mejor dicho mansión de Jason, normal. No me impresionó ya que era todo un chiquillo mimado. Lo raro es que en su casa no había nadie, eran las nueve y media así que subimos a una habitación para que tomase un baño. Dijo que era una de huéspedes pero que si esa no era de mi agrado habían tres más. Luego de mi hermosa ducha salí, un Jeans holgado negro, converse blancas y camisa negra; esa era mi vestimenta para hoy. Al salir de la habitación Jason estaba en el suelo sentado esperándome, también había tomado una dicha pero el muy hijo de su madre no tenía puesto su camisa. Os invito a imaginar a Jason sin camisa, en unos Jeans negros, con converse negras. Sus abdominales perfectamente marcados, su V perfectamente a la vista junto a su pelo revuelto y mojado hacían que mi boca se abriera como una "O".
-Ven.- dijo mientras se paraba, tomó mi mano y me llevó por el pasillo, varias puertas de maderas decoradas con detalles en dorado, pasamos una que tenía brillaría rosas y princesas. ¿Tiene una hermana?
Apreté su mano.-No sabía que tenías una hermana.- le dije con una sonrisa nostálgica, nunca tuve una hermana aunque siempre quise tenerla.
-Lo se, ehm...- se rascó la nuca nerviosamente.- ¿quieres conocerla?.- dios, se ve tan lindo nervioso.
-¡Claro!.- dije soltando su mano para aplaudir y dar pequeños saltitos en mi lugar mientras reía.
-Okey, pasemos, ya llegó, mientras tu te duchabas, por cierto demoras demasiado.-me sonrojé, siempre en decían eso mis padres pero nunca un chico.
Ya dentro de la habitación noté lo grande que era, no más que la mía, pero aún así era muy grande, una cama de dos plazas se encontraba en el medio de la habitación. Estantes con muñecos y osos en las le redes, baúles abiertos con juguetes y barbies dentro. Pero algo me llamó la atención un balón de fútbol, y una fotografía de una niña con Dereck y Jason. ¿Qué hacía Dereck ahí? Luego le preguntaría definitivamente. En un sillón calma se encontraba una hermosa niña de unos seis años escuchando música mientras leía un libro. Nos llevaríamos muy bien lo se.-Valery.- dijo Jason con un tono de voz dulce pero algo para que su hermanita pudiese escuchar. Ella levantó su cabeza, se quitó sus auriculares y dejó el libro. Todo rápidamente.
-¡Jason!- saltó en sus brazos mientras que su hermano la atrapaba y la giraba, ella reía al igual que él. Una enorme sonrisa se me formó en el rostro.
Valery vestía unos Jeans blancos y una camisa rosa al igual que sus zapatillas.-¡Princesa!- le dijo mientras la bajaba al piso.- ella es Alexa.- me señaló a mi.
-Hola preciosa.- le dije con una sonrisa, ella rápidamente corrió a mi y me dio un gran abrazo.
-¡Tienes una novia muy linda Jason!.- mi sonrisa creció aún más. Jason lo notó, sonrió con suficiencia.
-Valery, Alexa aún no es mi novia.- miró a su hermanita y luego a mi, no se quién de los tres tenía la sonrisa más grande. Jason se acercó a mi y pasó un brazo por mis hombros.
- Tengo que hablar con Alexa, mañana venimos a jugar contigo princesa.- Valery puso cara de perrito mojado, pero aún así Jason no cedió. Entramos en si habitación y corrí a acostarme en su cama, estaba muy cansada así que me hable de lo que quiera pero yo estaré acostada.
Se recostó a mi lado y me levantó para dejar su brazo bajo mi espalda así estábamos mucho mejor. No sabía si él me gustaba, pero si me atraía aunque no como Dereck. Me gustaba el físico de Dereck pero no su forma de ser ya que no lo llegue a conocer, pero Jason es una buena persona que tiene sus momentos. Además de ser un perfecto adonis. He notado como trata a las chicas y conmigo es diferente, desde que tomamos el helado él fue diferente, me trataba como a una amiga y no como a una más.-Tu cabello huele muy bien.- dijo enterrando su cabeza en mi cabello.
-G-gra-cias.- hablé tartamudeando y eso me enfadó, siempre sabía ponerme nerviosa.
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La suicida que se enamoró.
FanfictionCuando estaba al borde de la perdición el llegó, para demostrarle que hasta los suicidas se enamoran. Que puede ser feliz, que él le hará feliz. A pesar de todos los intentos de separarlos ellos siempre volverán a encontrarse y principalmente a enam...