-Rodrigo, Rodrigo...-escuchó su nombre en la lejanía- .Rodrigo...-Volvió a escuchar, abrió los ojos. No estaba muy seguro de dónde estaba y quién le hablaba-. Rodrigo, ¿estás bien?―Una preocupada María preguntó al ver su cara.
―¿María?―No entendía nada. Se llevó la mano a las sienes, la cabeza le iba a explotar ¿Qué haces aquí?―Sorprendido se tocó el pecho, solo entonces se dio cuenta que estaba vestido. Como pudo abrió los ojos y miró alrededor. No había ni rastro de la playa, y peor aún, Malena no estaba por ningún lado.
-¿Trabajo aquí, recuerdas? ―María le acarició la cabeza―. Si es que no descansas lo suficiente. ¿A qué hora has llegado? ¿Has descansado algo en el fin de semana?
―¿Fin de semana?―La cara de Rodrigo mostró absoluto estupor―¿Qué dices de fin de semana? Hoy es viernes.
―¿Viernes?―Incrédula respondió María―Rodrigo, cariño, ¿estás bien? ¿Estás en condiciones de trabajar hoy, no hubiese sido mejor haberte tomado el día libre?
―Sí...Sí...Estoy bien―respondió sin entender nada―. Me quedé adormilado, solo es eso―No estaba convencido de sus palabras, no comprendía que solo hubiese sido producto de su imaginación, las sensaciones habían sido demasiado reales para solo haber sido un sueño.
―¿Seguro?
―Sí, de verdad. Ahora me tomo un café y ya.
―¿Entonces hago pasar a Malena?
―¿A Malena?
―Sí, Malena Rodríguez.
-¿Malena Rodríguez?
-Rodrigo, comienzas a preocuparme. ¿Quieres que le explique todo yo?
―No...No...Yo puedo...
―¿Necesitas algo de tiempo?
―No, de verdad que no.
―Entonces, ¿la hago pasar o necesitas unos minutos para intentar ser persona?
-Sí, claro. ―contestó sin estar seguro de nada.
―¿Claro qué? ―No pudo evitar una burlona sonrisa en los labios.
―Hazla pasar pero, primero dame un par de minutos, por favor.Rodrigo se levantó de su asiento, sus ojos buscaron a Malena al otro lado de la cristalera, su sonrisa se le coló en la piel. Durante un par de minutos no apartó la vista de su sonriente rostro hablando con María. No entendía nada, la situación se escapaba de su comprensión. ¿Qué había pasado con el fin de semana? ¿Cómo era posible que el último recuerdo fuera el de ellos desnudos en medio del mar y, sin embargo, no hubiese pasado nada de eso?
«¿Qué demonios ha pasado? ¿De verdad todo ha sido un sueño? ¿Habré tenido algún tipo de premonición? Joder, no comprendo nada. ¿Cómo es posible que no fuera real? ¿De verdad no hubo cena, ni vino, ni playa...? ¿Qué día de la semana dijo María que era hoy? ».
―Lunes― Sin terminárselo de creer dijo al ver la fecha en el móvil.
Rodrigo se acercó a la cerrada puerta, sus ojos se encontraron con los de Malena, ella le dedicó una sonrisa, él abrió la puerta y la invitó a pasar. El aroma de su perfume inundó sus fosas nasales a su entrada, cerró los ojos para disfrutar de su olor, ella lo miró de reojo y tomó asiento, tal y como él le había indicado.
―Hola―Lo saludó con una amplia sonrisa que hizo brillar sus ojos.
―Hola―dubitativo respondió―. ¿Eres Malena, no? Malena Rodríguez―Aquella pregunta dejó atónita a Malena. No pensó que se tomara tan en serio su petición. ―. Yo soy Rodrigo.
―Ya...―Le fue del todo imposible no reír.
―Perdona, ¿me puedes decir qué es tan gracioso?
―No sé, la situación, habíamos dicho de hacer cómo si nada hubiese pasado pero no creí que lo llevaras hasta este extremo. Perdona―se disculpó Malena viendo la cara de Rodrigo. ―, lo siento, ya me pongo seria.
―No, perdóname tú a mí, hoy no estoy al cien por cien.
―Ya lo veo...
―¿Entonces nos conocemos?
―¿Me lo estás preguntando en serio?―Malena no pudo disimular la sonrisa. Su cara de confusión le provocaba ternura―Creo que no deberías volver a beber.
―Beber...Perdido, cada vez entendía menos. Minutos atrás creía estar con ella en la playa, sin embargo, ahora que la tenía sentada frente a él estaba completamente confundido. No era capaz de recordar nada fuera del mar, no sabía en qué momento habían salido de él y mucho menos qué había pasado con los últimos dos días.
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Al final del trayecto
ChickLitDurante cinco años Rodrigo soñó con la chica con la que cada mañana coincidía en el metro camino a clase. Jamás se atrevió a decirle nada, solo osó a devolverle la sonrisa cuando sus miradas se encontraban en medio del abarrotado vagón. ¿Quién le ib...