Día en el que Earth sabría si seguirá su sueño o se amargaría durante el resto de su vida. Earth estaba temblando y con sudores bien grandes y chorreantes, sus padres estaban detrás de su hijo que miraba fijamente el ordenador esperando impacientemente la lista de la compañía.

Tres, dos, uno, y la lista cargó, Earth empezó a buscar con su mirada su nombre escrito por algún lado de esa lista, le daba igual ser el primero o ser el ultimo de la lista, él, lo único que quería era aparecer. Pero después de mirar por muchos minutos se dio cuenta de que su nombre no estaba en esa dichosa lista, y que tendría que pasar su vida entera en una panadería del siglo catorce.

No dijo nada, apagó el ordenador y esquivó a sus padres para poder encerrarse en su habitación de por vida, una vez que cerró la puerta, se permitió llorar hasta que no tuviese lágrimas ni fuerzas para sacar gota de su cuerpo. Todo su esfuerzo, su dedicación, y su pasión por ser cantante se habían esfumado en cuestión de segundos, y saber que ya no iba a ser feliz, le dolía el triple.

Sus padres estaban fuera esperando en la puerta de su habitación, sabían que dolía muy fuerte el hecho de ser rechazados por algo que te apasiona, y más si su vida laboral estaba en juego, pero una promesa es una promesa para ellos, y estaban dispuestos a prohibirle todo lo que estaba relacionado con el baile y la música, no más practicas, no más ensayos, y no más canto. Todo para su hijo se habría acabado.

-Hijo, abre la puerta ¿quieres? Tenemos que hablar.-la madre suspiraba.

-No, mamá, no voy a abrir.-dijo entre lágrimas desde dentro de la habitación.

-Si no abres tu, abro yo chico.-Su padre estaba empezando a cabrearse y él lo sabía, pero que más da. Ya da igual todo para él, ya no importa nada ni nadie.

-Ya dije que no voy a abrir papá-se alejó de la puerta porque sabía lo que venía, y efectivamente su padre tiro la puerta abajo de una patada, para luego entrar a la habitación con su mujer.

-Hijo...No nos gusta verte así, pero la vida hace las cosas por algo, la vida sabe que estarás mejor aquí.-Empezó la madre-Asi que de a partir de hoy, no tendrás clases de baile y ensayos de voz, tampoco habrá coro ni canto ¿entiendes?-preguntó la madre acercándose a su hijo, que llevaba en lágrimas desde que la puerta había sido derribada.

-Si mamá.-Estaba rendido y sabía que ya no podía hacer nada, solo quería llorar y más llorar, porque de a partir de hoy le habían arrebatado su felicidad y comodidad en el mundo. Todo había sido derribado con tan solo una lista.

-Tu padre arreglará la puerta ¿si? Y mañana empiezas en la panadería.-Sus padres salieron de la habitación. A veces pensaba si de verdad le querían, si de verdad les importaban su felicidad o sus sueños, a veces se preguntaba si de verdad aquello que hacían podría ser llamado "padres".

[...]

Una llamada le había sacado de la cama, era del CEO de la empresa. Earth no pensaba en cogerlo a si que dejo que sonara hasta que este se apagara y cortara la llamada. Pero el móvil inmediatamente volvió a sonar y el mismo nombre aparecía en la pantalla, así que con cero ganas cogió el teléfono y respondió.

-Earth, las listas están amañadas. Tu pasaste a la última audición pero acabo de revisar las listas y tu no apareces, no lo entiendo,-dijo Kao nada más su llamada fue respondida.

-P'Kao, no estoy para boberías.-suspiró.

-No son boberías como tú piensas, hablé con los jueces por si alguno cambio de opinión, pero nadie te había cambiado, porque tú fuiste el primero que entro de echo.-

-Básicamente me estás diciendo que si soy parte de la empresa, y no lo vi porque alguien amañó las listas ¿no es así?.-preguntó Earth.

-Básicamente, si.-

-¡Te amo Kao!-grito Earth,-E-Es decir...B-Bueno, tú y-ya me entiendes...-tartamudeo al darse cuenta de lo que había gritado.

-Yo también Earth.-dijo y se oyó un pitido. ¿Su ahora jefe le había dicho que lo amaba? ¿Había escuchado bien?...Bueno, no era momento para eso, así que inmediatamente bajo las escaleras, volvió a coger el ordenador y miró las listas de nuevo, y efectivamente ahí estaba su nombre, el primero de la lista de hecho. Ósea lo había conseguido.

-Hijo, ¿que haces?-pregunto su madre.

-Mamá que si me aceptaron, nada más las listas fueron amañadas y por eso yo no aparecía.-Earth hablaba emocionado. Lo había logrado.

-No.-dijo el padre después de mirar a su mujer para así hablar.

-¿Q-Que?-Earth dejo de sonreír.

-He dicho que no. Una promesa es una promesa, así que ya no se te está permitido ni bailar ni cantar.-le dijo su padre con una voz de mando.

-P-Pero... E-Es m-mi sueño, no me lo podéis quitar.-empezó a llorar, de nuevo.

-Pero nada, sube a tu habitación, que mañana empiezas a trabajar-Earth se harto de esas personas que se hacían llamar sus padres, estaba harto de que no pudiese hacer lo que le viniera en gana con su vida, estaba harto de ser controlado como una marioneta.

-No.-salió corriendo, pero no a su habitación, salió por la puerta principal, deseando no volver nunca a ese lugar. Si, una promesa es una promesa, pero el quería ser feliz y libre, no alguien encerrado de por vida en una panadería porque es lo que los padres piensan que es mejor. No, ya no, ya no pensaba ser ese chico que siempre tenía que hacer caso a sus padres. Ya estaba harto.

Se paró en una calle que no conocía, y en ese momento se paró a pensar que no tenía sitio ni donde dormir ni donde pasar el día y tampoco tenia un centavo, ya que lo único que tenía encima era su móvil y su carnet de identidad. Pensó llamar a sus amigos, pero después pensó que Fluke estaba de viaje con su novio, y Sammy estaba en Paris con su familia por la boda de su hermana, ósea, no tenía a nadie. Hasta que se le ocurrió la brillante idea de llamar a su jefe, quizás el podría hacer algo. ¿No?

-¿Earth?-dijo la otra línea.

-¿Podría quedarme en tu casa a dormir? Es una larga historia.-preguntó amablemente, pensaba que iba a ser rechazado pero...

-Claro, dime dónde estás, y me cuentas.-dijo su jefe.

-Gracias. Te debo muchísimas.-agradeció.

dreams come true. -KAOEARTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora