Capítulo Siete

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—Hyung.

YeonJun se quejó por lo que era tal vez la vigésima vez desde que había despertado de su sueño. A veces TaeHyung se preguntaba por qué seguía llevándolo a las reuniones; después recordaba que era porque su pequeño e irresponsable hermano sería, en un futuro no muy lejano, el segundo al mando y olvidaba por completo ese tema.

—Por favor. –alargó la última palabra la cuál sonó aún más lastimera de lo que se había estado proponiendo durante el tiempo que había estado quejándose. Tenía hambre, mucha y aún le dolía la cabeza.

BeomGyu no estaba mejor, sin embargo no podía ni debía quejarse, sabía bien que estaría en un serio problema si lo hacía; después de todo su trabajo la noche anterior había sido controlar a YeonJun pero le había salido el tiro por la culata. En su defensa, YeonJun podía ser muy persuasivo, más si de alguna travesura se trataba.

TaeHyung, rendido, pidió a JiHoon que llegaran a la cafetería más cercana. Apretó con su pulgar e índice el puente de su nariz en un gesto de exasperación, el cuál era muy recurrente cuando su hermano menor estaba en aquel modo de cachorro mimado. Simplemente no podía creer lo inmaduro que Jun podía llegar a ser, aunque tampoco tenía razones para regañarlo de más, siempre cumplía con cada una de sus obligaciones como futuro líder... A excepción del ser más reservado, no ir a fiestas, ni causar polémicas. De ahí en más, era un chico bastante responsable.

El pelinegro vio a través del retrovisor al omega menor, suspirando al verlo con una disimulada sonrisa triunfal al saber que irían por algo de café y comida. Tratando de ignorar el ligero malestar que su lobo y él habían comenzado a sentir en cuando traspasaron el límite de su territorio, debía convencerse de que todo saldría bien

.

SooBin acompañó a YeJi hasta el interior de la cafetería, dónde Kai ya aguardaba por ellos junto a HoSeok, quienes fueron de inmediato a ver qué sucedía con la chica.

Ninguno de los mellizos dijo nada más que se había mareado, de seguro por la fiesta a la que había ido la noche anterior. No era porque no confiaran, sino porque no querían preocupar más de la cuenta, aquél era un día muy importante y no tenían la energía para echarlo a perder.

—Dos capuchinos vainilla, por favor. Y una dona glaseada. También un café negro, por favor.

Pidió el pelinegro al cajero quién tomó la orden y asintió con la cabeza. YeJi estaba ya sentada en uno de los sillones del local, con su cabeza en el hombro de SeokJin quien se había bajado poco después de ellos. SooBin los alcanzó y tomó asiento a un lado de su hermana comenzando de inmediato a jugar con su mano y concentrar su aroma para ella.

Realmente no tardaron mucho en tener su orden, por lo que Jin fue a recogerla, allí aprovechó SooBin para poder hablar con su hermana.

—¿Quién es la persona del mensaje? –preguntó al instante.

—No lo sé, SooBin, si así fuera, ¿No crees que ya habría hecho algo al respecto?  –espondió con un ligero tono de molestia antes de suspirar. —Perdón. –susurró tristona. —Sé que sólo quieres ayudar. Pero de verdad no tengo idea de quién es.

El mayor suspiró y se puso a pensar. ¿Sus amigas? Imposible, RyuJin estaba completamente enamorada de ella y JiSu era su mejor amiga de toda la vida, además de que podía ver cierto brillo en su mirar que a veces le hacía pensar que reflejaba algo más que amistad. Podía ser alguna de las chicas que besó, tal vez le habían reconocido y por eso habían hecho eso.

Qué estresante era no poder ayudar a su hermana.

Suspiró y se enderezó un poco, quitando a su hermana de su hombro con gentileza, era hora de irse.

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⏰ Última actualización: Aug 23, 2021 ⏰

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