Capítulo Uno

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—¡MALDITA SEA, YEONJUN! –gritó su padre mientras entraba a la habitación de su hijo. El omega soltó un quejido por haber sido despertado mientras que el alfa a su lado se levantaba exaltado. —Tú. –señaló el hombre al alfa. —Fuera. Ahora.

El chico asintió un par de veces, asustado por la imponente presencia del alfa líder. Se levantó llevándose consigo la sábana que cubría sus cuerpos desnudos para poder ir a cambiarse. El mayor ahí resopló apretando el puente de su nariz y miró a su hijo.

—Te quiero en mi despacho en diez.

El mayor no dijo más, cerró de un portazo dejando al peliazul casi completamente solo pues el alfa con el que había dormido estaba en el baño vistiendose. YeonJun suspiró y se sentó en la cama, pasó una mano por su cabello y se quedó viendo por unos segundos a la nada hasta que una voz lo sacó de su trance.

—¿YeonJun?

—¿Ujum? –contestó éste aún algo perdido pero llevó su mirada a la del contrario quien ya se encontraba vestido.

—Uh, ya me voy... Te llamaré luego.

El omega arrugó la nariz al escuchar lo último, sinceramente ya se había aburrido de aquel chico, ¿Por qué siempre le llamaban la atención los que querían algo serio? Su forma de ser le recordaba al personaje que interpretaba Lily Collins en Editando al Amor, cuando ésta le dijo "Hueles a romance y buenas intenciones" a Logan Lerman. Él era igual, sin embargo le gustaba acostarse con los que despedían ese olor.

—No lo hagas. –vió al alfa que se mostró sorprendido ante aquellas palabras. El peliazul decidió continuar. —No eres mi tipo,  WooYoung.

—Yo... –estaba sin palabras. —Yo creí que te atraía, Jun. Quiero decir, tú me atraes.

—Sí, me atraes, pero no sentimentalmente. Sexualmente lo haces, eres bueno en la cama. –encogió los hombros mientras finalmente se levantaba. —Lo siento, pero no era mi intención que pensaras que podríamos llegar a ser algo.

—Bien. –WooYoung lo vió serio pero la expresión no duró mucho en su rostro. — Yo... Cualquier cosa que necesites, no dudes en decírmela. –habló nuevamente el alfa.

—Claro, gracias.

YeonJun caminó hasta el gran armario que más bien parecía otro cuarto y, de entre toda la ropa que tenía, tomó una camisa holgada, un pants y su ropa interior cuando salió del armario WooYoung ya no estaba.

El omega suspiró nuevamente, parecía que ese día iba a ser una acción que repetiría seguido. Fue directo a su baño donde tomó una rápida ducha saliendo con las prendas que ya había tomado del armario y salió de su habitación.

Antes de ir al despacho de su padre llegó a la cocina, se sentía hambriento. Una manzana verde fue su elección.
Llegó al despacho de su padre y golpeó la puerta tres veces, al escuchar que se le concedía el paso para entrar abrió la puerta y entró.

—Te dije diez minutos, no media hora. –fue lo primero que su padre le dijo una vez que estuvo sentado frente a él. —¿A qué hora regresaste?

—¿Dos...? ¿Tres de la mañana? –contestó en tono de pregunta. —No tengo idea. –encogió los hombros restándole importancia.

—¿Cuántas veces tengo que decirte, YeonJun, que...?

—Que los omegas no deben estar a altas horas de la noche fuera. –interrumpió el joven a su padre mientras rodaba los ojos.

El hombre suspiró exasperado.

—¿Y el alfa?

—Regresó conmigo.

Run Away || SooJun || OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora