Capítulo Cinco

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Finalmente todas las cosas estaban en su lugar y era momento de partir. Los Kim subieron al auto que los llevaría al lugar donde se llevaría a cabo la reunión. Detrás de ellos iba un auto con equipo de seguridad extra aparte de BeomGyu y JiHoon, quienes iban con los líderes.

JiHoon iba en el volante con TaeHyung como copiloto. Atrás BeomGyu y un YeonJun a medio morir. El último estaba excesivamente cansado; tenía un sueño del demonio y no tardó en acomodar su cabeza en el hombro de su amigo. Había sido un error ir a aquella fiesta ese día, pero es que había olvidado por completo la junta y ahora las consecuencias estaban ahí.

Escuchó un suspiro por parte del joven sentado a su lado antes de sentir la mano de éste acariciando su cabello, causando que el sueño lo invadiera aún más. Si había algo que lograba relajarlo a tal punto que se quedaba dormido, definitivamente era aquel gesto.

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—SooBin, vámonos. Tenemos que llegar por YeJi antes de la reunión.

TaeMin entró a la habitación del chico después de tocar tres veces. Al ver a su hijo de aquella manera no pudo sentirse orgulloso; un pantalón de mezclilla cubría sus piernas mientras que una camisa blanca formal hacía lo mismo con su torso, sobre ésta un suéter color caqui oscuro el cual le daba un aire más formal y elegante; lista en la cama se encontraba una gabardina unos tonos más clara que el suéter. El omega suspiró, en parte porque no podía creer lo maduro que se había vuelto su pequeño y en parte por lo orgulloso que se sentía de que fuera su hijo. SooBin aspiraba a ser un gran líder pues ya era una buena persona.

—Papá, ¿Sucede algo? –la voz de SooBin fue la que sacó a TaeMin de su ensoñación.

—Nada, sólo te decía que ya teníamos que irnos, YeJi debe estar esperándonos.

Habló con voz queda y se acercó a su hijo tomando el cuello de su camisa y arreglandolo para que se viera en su lugar. 

—Es poco probable –escuchó una risa por parte de su padre. —pero ya estoy listo, sólo debo tomar la gabardina. –SooBin se acercó a su padre un poco más para poder depositar un suave y dulce beso en su frente.

El menor era demasiado alto, más que su padre alfa. Por lo que hacer ese tipo de gestos con su padre omega o su pequeña hermana era más que sencillo para él. Se separó del omega y fue a tomar la gabardina, ofreciéndole después el brazo a su padre, quien lo tomó y comenzó la caminata hacia la salida de la mansión.

TaeMin no podía creer lo mucho que habían crecido sus hijos, especialmente SooBin, no solo en estatura, sino que su madurez era demasiada para alguien de su edad. El hombre pensó que, al igual que YeJi, SooBin iría de fiesta en fiesta y tendría a omegas, betas y tal vez alfas esperando por su atención, pero no había sido asi. SooBin resultó ser muy tranquilo en todos los sentidos, claro, teniendo como punto de comparación a su hermosa hija quien era casi todo lo contrario al azabache. Soltó un suspiro y recargó su cabeza en el brazo del más alto; definitivamente era un padre orgulloso. Ambos chicos aspiraban a ser grandes líderes, amigos y padres.

Llegaron a donde MinHo -el líder de la manada y esposo de TaeMin- ya esperaba por ellos, una sonrisa dibujandose en su rostro al ver a su amado del brazo de su cachorro. ¿Quién habría imaginado que algún día sería así y no al revés? Siendo SooBin cuidado por el omega, qué irónica era la vida.

—¿Están listos? –preguntó el mayor una vez ambos hombres estuvieron con él.

TaeMin asintió suavemente con la cabeza, soltándose del brazo de su hijo para ir la los de su destinado, envolviendo sus delicados brazos alrededor del cuello de su alfa, dejando un suave beso en sus labios. SooBin no pudo evitar enternecerse ante aquella linda escena, deseando tener en un futuro algo así.

Run Away || SooJun || OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora