𝙤 𝙣 𝙚

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Corre, corre; corre hasta que tus patas no puedan más, hasta que tu corazón amenace con salir de tu pecho, hasta que tu respiración comience a ser irregular; corre para salvar tu vida, para dejar atrás todos tus calvarios, para deshacerte de todo el desasosiego, para escapar de tu familia, para alcanzar la libertad; y no dejes de correr por tus metas, por tu sueños, por los deseos más egoístas de tu corazón, para cambiar el futuro y contradecir al destino.

Akaashi corría como alma que lleva el diablo, cambiando su aspecto de humano a zorro. Tras él había varias personas que querían convertirle en su pareja, que querían esclavizarle dentro de una construcción a la que llamarían "hogar" y obligarle a concebir hijos en contra de su propia voluntad.

El clan de los zorros poseía una tecnología avanzada, sin embargo no ocurría lo mismo con su forma retrógrada de pensar, de tratar a omegas como él y no dudar en denigrarles, reducir sus derechos y propasarse con ellos. Esto se podía observar en, por ejemplo, la -rudimentaria- tradición que poseían. Esta consistía en 24 horas de caza en las que se dejaba a los omegas esconderse a lo largo y ancho del amplio bosque, dándoles un margen de 2 horas para esconderse, después de aquella cantidad de tiempo los alfas salían en su búsqueda, quedándose con el híbrido que quisieran pero con una condición; solo estaba permitido atrapar a un omega. Tras esta captura, el alfa se podría quedar con el omega por dos días completos, haciendo lo que él considerara, mas después de aquel lapso de tiempo, el omega debía ser liberado a menos que éste quisiera quedarse con el contrario. El rango de edades para participar era desde los 14 en los omegas y desde los 13 en los alfas, ya que al tener más capacidades que los demás podían comenzar antes.

Akaashi era un zorro blanco de una familia de renombre del clan. Además de ser codiciado por la fortuna y posición de sus parientes, también era anhelado por su característico color, ya que era el único animal con pelaje níveo de la aldea. Había estado participando por seis años. Seis años de calvario en los cuales fue reprendido por no dejarse cazar por un alfa prestigioso y evitar a cualquier ser de esa procedencia, seis años en los que había sido capaz de idear un plan para así escapar del nefasto futuro que le ofrecía quedarse bajo la represión de su padre. Y por fin era libre.

Llegó en su forma humana a lo que parecía ser un pequeño pueblo y arrastrando los pies sobre la fina capa de nieve que cubría la zona, cansado como nunca cayó inconsciente frente a una humilde cabaña de madera que desprendía un agradable olor a carne.

Llegó en su forma humana a lo que parecía ser un pequeño pueblo y arrastrando los pies sobre la fina capa de nieve que cubría la zona, cansado como nunca cayó inconsciente frente a una humilde cabaña de madera que desprendía un agradable olor a carne

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Kotaro se preparaba para ir a por leña mientras dejaba la comida ya hecha en la olla sobre la chimenea, tenía vitrocerámica, pero la chimenea conservaba mejor el calor. Calzó sus botas tras ponerse unos gruesos calcetines, empuñó su hacha y decidido, abrió la puerta para enfrentar el frío invernal que hacía fuera, pero fue grande su sorpresa al ver que bajo su porche había una persona tirada, con los labios azules y la piel fría. Se asustó, se asustó mucho, mas después de dos minutos consiguió relajarse y pensar de manera fría. Cargó con el menudo cuerpo de su porche y lo introdujo en su cálido hogar. Lo metió dentro de la cama y se desnudó, ya en ropa interior se colocó a su lado ofreciéndole calor corporal e intentando recordar lo que su abuela le había enseñado para estos casos.

hybrid - bokuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora