Dos: Soft Kageyama

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El partido se hacía cada vez más pesado para el pequeño cuervo del Karasuno, era el segundo día del entrenamiento de concentración y sabía que podía contar más los partidos perdidos que los ganados. A comparación del día anterior que estuvo lleno de errores por parte de todos hoy era diferente, habían progresado al menos un poco y lucia como si Hinata fuera el único que no lo había logrado. El nuevo ataque rápido no había funcionado para nada a pesar de haber estado entrenando tan duro todo este tiempo. 

Durante el último partido del día Kageyama se había contenido, eso lo hacía molestar demasiado, le hacía pensar que se estaba rindiendo en intentar progresar, que no confiaba en el y creía que no era necesario molestarse en practicar tanto en algo que no funcionaría. Ya habían pasado 3 semanas desde aquella pelea que los había desincronizado tanto, era incómodo y practicar juntos lo era aún más. Era tiempo de su entrenamiento libre y tenía que sacar todo ese enojo, hacerle saber a Kageyama que no se rendiría por nada del mundo.

-¡Oye Kageyama!- su grito resonó en todo el gimnasio, se encontraban solos en ese lugar y por alguna extraña razón su corazón comenzó a latir de forma acelerada, no sabía si era la adrenalina o porque de un tiempo para acá se ponía así al estar cerca de Kageyama. Fuera lo que fuera era algo muy extraño

-¿Qué es lo que quieres?- Kageyama no gritó de regreso, simplemente contestó y volteo la mirada, no quería hacer contacto visual y eso hizo arder la sangre del pequeño. Ahora no solo se estaba conteniendo si no también estaba evitándolo

-¿¡Qué fue lo que pasó en el partido de hace rato?! CREES QUE NO SOY CAPAZ DE REALIZAR ESE ATAQUE RAP...

Hinata paró en seco, tenía tomado a Kageyama de la camisa y sus caras se encontraban frente a frente a la altura del pelirojor, la adrenalina que traía consigo le había nublado la vista  y no tenía idea de en que momento había recorrido el camino de la puerta del gimnasio hasta donde se encontraba Kageyama.

-¡Estaba preocupado por ti! ¡Me contuve inconscientemente!- el de ojos azules soltó un grito que resonó de igual forma en todo el gimnasio, sus miradas estaban conectadas y a Hinata le pareció haber visto un leve sonrojo de su parte- Estoy entrenando muy duro para ti, para que podamos hacer ese ataque rápido. Tu me pediste que no me contuviera así que no lo haré 

-Kagey...- El pequeño estaba pasmado, su corazón latía mucho más fuerte que antes y le costaba organizar sus palabras 

-¡Pero por el momento solo estorbas!- El mayor soltó el agarre del chico y lo arrastró hasta las puertas del gimnasio- Así que no tiene caso que entrenemos juntos ahora. ¡Así que largo!- dicho esto Kageyama lanzó al pequeño fuera del gimnasio y cerró las puertas.

Hinata no comprendía del todo pero algo en el le decía que eso era lo mejor, así que el tenía que esforzarse el doble para no perder contra Kageyama, así fue como salió corriendo hasta el gimnasio en el que las estrellas del Nekoma y el Fukurodani estaban entrenando, no perdería contra "el rey de la cancha" y de eso estaba seguro.









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