Poisonous Rose (Larry Stylinson)

Capítulo 32

Capítulo 32

Dedicado a @ConnyStylinson @PartofJD @Monica0175

 (Siguiente dedicación a los usuarios de twitter que twiten cosas sobre la novela, obviamente con las palabras “Poisonous Rose” para poder encontrar los tweets.)

El rizado entregó el vaso de whiskey a Aldo y tomó asiento en el sofá frente al chico, al menos ya no se encontraban en la situación incómoda y hablarían de negocios.

—¿Dónde está Malik? —Preguntó el italiano mirando a su alrededor. Harry estaba algo ausente, no podía dejar de pensar en la manera por la cual Louis había dejado esa oficina, ni mucho menos en las palabras que le había dicho antes de irse. Realmente necesitaba ir con él y arreglar las cosas de una buena vez—. ¿Harry?

El rizado regresó a la realidad intentando ocultar lo preocupado que se sentía. —Oh, discúlpame. —Le dio una sonrisa falsa—. ¿Zayn? Bueno, en realidad no lo sé. —Se encogió de hombros—. No lo veo desde hace días.

Aldo elevó las cejas dando un sorbo a su vaso. —¿Qué quieres decir con eso?

—Pues, nada, sólo que Zayn está desaparecido desde hace días. Pero no creo que sea nada de qué preocuparse, seguro está teniendo una crisis existencial, por alguna razón no quería que mataran al oficial Horan.

El chico rubio comenzó a reír. —Bueno, si no lo hacíamos nosotros, cualquier otra organización lo hubiera hecho, ese irlandés se estaba metiendo demasiado en asuntos donde no debía. Creo que eso fue algo que le quedó claro al hombre que tomó su puesto, no ha hecho absolutamente nada que montar un circo y fingir que están a punto de encontrar a “los sicarios de las flores”, te apuesto que no tiene ni puta idea de quiénes podrían ser.

El rizado no estaba prestando atención a las palabras del chico, realmente su mente se encontraba concentrada únicamente en Louis. —Supongo… —Susurró sin darle importancia.

—Pensé que sería alguien más inteligente, por lo que me he enterado ese hombre es también el comandante de toda la brigada de Londres, me sorprende que no esté haciendo algo serio. Igual, no tardará en amanecer muerto, como todos los que se ocupan de ese puesto. —Hablaba con una sonrisa enorme en los labios, notó la ausencia de Harry, pues éste tenía la mirada totalmente pérdida—. ¿Qué es lo que ocurre, Harry?

Lo miró y rápidamente negó con la cabeza. —No, nada.

—¿Estás seguro? Te vez demasiado ansioso, pero en realidad cada que me encuentro contigo te vez así, ¿te molesta mi presencia?

—No. —Mencionó al instante y dejó salir un suspiro—. Lo que ocurre es que no me esperaba tu visita, eso es todo.

—Bien. —Se levantó del sofá bebiendo todo el líquido que quedaba en el vaso—. Entonces creo que lo mejor es que me vaya.

Se levantó rápidamente. —No, en serio, no hay problema. —Harry quería que se fuera, pero a ese chico lo tenía que mantener feliz si quería evitar meterse en problemas, Aldo podría serle de gran ayuda en un futuro.

—Prefiero verte cuando tengas cabeza para concentrarte en mí. —Lo tomó de la cintura y antes de que Harry pudiera reaccionar, había juntado sus labios, dándole un húmedo beso en cuestión de segundos. Se separó con toda tranquilidad y le dio una seña a su guardaespaldas que esperaba en una esquina de la oficina, sin hacer el más mínimo ruido—. Nos vemos después, me debes algo.

El rizado mantenía los ojos muy abiertos, quería darle un golpe por atreverse a besarlo de esa manera, y limpiar su boca para quitar cualquier resto de saliva de éste. —Sí. —Fue lo único que pudo responder, tragándose toda la rabia.