Capítulo I.

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Mis amigas vinieron a mi casa para festejar mi cumpleaños, aunque me insistieron en ir a una fiesta y me convencieron... sólo porque iría Jason.

¿Quién era Jason?

Era uno de los chicos más populares del colegio. Lo sé, cliché. Pero no era como todos (otra vez cliché), él era amable y muy dulce, eso me atrajo de él. Al saber que iría a esa fiesta no me negué a ir.

Me arreglé muy bien para la ocasión, mi hermana me prestó un vestido bastante bonito de color azul, mi color favorito. De maquillaje iba bastante natural, corrector, rimel y labial.

Al llegar a la mansión, donde sería la fiesta, pude notar el increíble olor a cigarrillo mezclado con el alcohol. Digamos que no era fan del cigarrillo y menos del alcohol, me producía nauseas.

—Quita esa cara de asco. —bromeó Lincy.

Reí y negué con la cabeza.

Ingresamos a la gran mansión y el olor era mucho más fuerte que afuera. Podía ver a las personas en su propio mundo, otros se encontraban besándose en un rincón, otros subiendo a las habitaciones, y otros pidiendo más tragos. La gente bailaba al ritmo de la música, otras sólo se tambaleaban y bueno, algunos estaban tirados en el suelo debido a los efectos del alcohol, y quién sabe qué más.

—Iré por unos tragos, ¿te traigo agua, Diane? —preguntó Jessie.

—Sí. —le agradecí y se fue.

—Bien, ¿por qué no buscas a Jason? —preguntó Lincy guiñando un ojo.

—No creo que sea lo correcto. —dije, al mismo tiempo que me arrepentía de haber venido. Estaba nerviosa

—Bromeas, ¿verdad? —preguntó Lincy.

—Es que no soy su tipo. —dije.

—Ni siquiera sabes cuál es el tipo de chica que a él le gusta, no mientas Diane, te conozco. —dijo riendo.

Odiaba eso de ella. Que me conociera más de lo que yo me conocía.

—Está bien, si lo veo le hablaré. —dije rindiéndome.

Sólo obtuve una sonrisa victoriosa por parte de Lincy. Jessie volvió con un par de bebidas y una botella de agua para mí, reí en mi interior al notar que era la única sin una bebida alcohólica. Seguí a Lincy y a Jessie por la pista de baile, nos detuvimos y comenzamos a bailar.

—Diane... ¿el que viene ahí no es Jason? —preguntó Lincy mientras reía.

Mi corazón comenzó a latir rápido y ni siquiera me había dado vuelta para confirmar que en verdad era Jason.

—Hola chicas. —oí a mis espaldas. Era Jason, reconocía su voz.

—¡Jason! —Jessie lo saludó alegremente.

No podía voltearme. No quería. Sabía que me pondría más nerviosa de lo que ya estaba. No era experta en hablar con chicos, por si no lo habían notado.

—Diane. —llamaron a mis espaldas.

Me rendí y volteé.

—Hola. —lo saludé con una sonrisa.

—Nosotras vamos a buscar más bebidas. —dijo Jessie mientras llevaba a Lincy arrastrándola.

Maldecí por dentro.

—Feliz cumpleaños. —dijo Jason.

No pude evitar sonreír, se había acordado de mi cumpleaños.

—Gracias. —sonreí.

—Oh, esto es para ti. —dijo mientras buscaba algo en el bolsillo de su pantalón.

Era un collar con la inicial de mi nombre, una D.

—No era necesario, Jason. —no pude evitar sonreír.

—Sí, sí que lo es, Diane. —respondió mientras me colocaba el collar.

—En serio, gracias. —no podía dejar de sonreír.- es hermoso.

Y de pronto sentí vibrar mi celular. Opté por no contestar, quería disfrutar este momento.

—¿Harás algo mañana? —preguntó Jason.

Nuevamente mi celular vibró.

—No, no haré nada. —dije ignorando mi celular.

Y nuevamente vibró.

—Tengo que contestar, tal vez sea importante. —le dije.

Asintió y me dirigí afuera para poder oír mejor.

—¿Hola? —respondí a la llamada.

—Diane, ¿cómo estás? —preguntó mi madre.

—Bien, ¿ustedes? —pregunté.

—Bien, sólo quería saber si te encontrabas bien. —dijo.—no te molesto más. —escuché su risa del otro lado.

—No me molestas mamá. —reí.—
cuídense.

—Tú también, Diane. —oí su voz preocupada.

—No te preocupes. —hablé.—te quiero.

—Y yo a ti. contestó y luego finalizó la llamada.

Entendía el porqué de la preocupación que tenía mi madre, era normal.

Volví adentro y Jason seguía en el lugar donde lo había dejado.

—Lo siento, mi madre estaba preocupada. —le hablé.

—No te preocupes. —sonrió.—voy por algo de beber ¿quieres algo?

—No, no te preocupes. —le sonreí.

Jason fue a la barra por su bebida. Me sentía incómoda pero no por Jason. Era algo más.

Recorrí la mirada por toda la casa, tenía un gran candelabro en el centro del techo, era realmente hermoso. Bajé la mirada hacia el patio y pude ver como un hombre de unos veinte estaba observándome. Me sentí bastante incómoda al ver que él no despegaba la mirada sobre mí.

—Diane. —oí a Jason llamarme.

—¿Si? —pregunté.

—Que si quieres bailar conmigo. —dijo riendo.

—Oh. —dije viéndolo, tenía su mano extendida para que yo la tomara.

Volví a mirar hacia el patio y el hombre ya no se encontraba allí.

—¿Ocurre algo? —preguntó Jason.

—No. —le sonreí y tomé su mano.

El tacto era suave, tomó mi mano como si fuera de cristal, con cuidado y cautela. Sonreí como tonta al notar eso. Al ver sus maravillosos ojos mis nervios desaparecieron.

La verdad es que no sabía bailar bien, pero sabía disimular. Jason tomó mi mano, hizo que girara en mi lugar y luego me apegó a él.

¿Recuerdan que dije que al ver sus maravillosos ojos mis nervios desaparecieron?

Bueno, ahora estoy muriendo de nervios. Mi corazón no deja de latir.

Jason se acerca lentamente hacia mí y me besa.

OH POR DIOS.

Sus labios son suaves y van al compás de los míos. Él me toma de la cintura y yo de su cuello, apegándonos más el uno al otro.

Sentía que estaba en el paraíso (¿estaré exagerando?). Nos separamos y no pude evitar mirarlo a los ojos. Jason sonrió mientras acariciaba mi mejilla.

—Eres hermosa. —dijo sonriéndome.

No pude evitar sonreír. Este, sin duda, había sido el mejor cumpleaños.




EsquizofreniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora