𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐨𝐧𝐞.

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Historia basada en un roleplay, idea original, no adaptar.

Una inmensa sensación de rabia e ira recorría la sangre de Luzuriaga, padre de familia

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Una inmensa sensación de rabia e ira recorría la sangre de Luzuriaga, padre de familia. Y si todo salía bien, ex padre de familia.

Sus pies parecían arrastrarse, y la cojera que se cargaba en la pierna izquierda no ayudaba demaciado. En sus manos un galón con litros de gasolina, que junto con los fósforos en su bolsillo derecho llevarían a cabo aquel plan macabro. Con dificultad entró al condominio que para él estaba prohibido, más que un condominio, era solo un barrio de mala leche, rodeado de vallas y árboles en un intento de dar un mejor aspecto, junto a guardias de seguridad que se aseguraban de mantener la tranquilidad entre las familias, una de ellas, la familia Luzuriaga Vázquez, una madre y dos hijos, de bajos recursos pero protegidos por el tribunal. Algunos oficiales de policía rondaban el lugar, se aseguraban de que aquel hombre denunciado por violencia intrafamiliar no se acercara más de 500 metros a la mujer y cabeza de la casa.

Alejados un poco de sus vecinos, en aquella casa pequeña y de chatarra, los pequeños iban a dormir con su madre. Entre llamadas desconocidas y varias cartas que aludían amenazas de muerte y chantajes, la fémina temía lo peor. 

—Niños... recuerden que los amo, los amo con todo mi corazón, ¿os queda claro?

Ambos castaños sonrieron. Esas sonrisas de niño inocente, de un alma pura que no tenía ni pizca de idea de lo que iba pasar. Entre besos de buenas noches, se fueron a dormir felices aunque hambrientos.

Buenas noches, ma. Te amamos.

Miró la casa una última vez

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Miró la casa una última vez. Los recuerdos venían a él, pero no el arrepentimiento, no iba a echarse para atrás en este punto. 

"¡Papi, mira, pinté la pared con Luzu!"

"Amor..., ¿me ayudas con las maletas por favor?"

"Pappa, Pappa cárgame..."

Eran las voces en su cabeza otra vez, ¿o los recuerdos? Armar una casa era un suceso importante para cualquier persona, pero para aquel hombre frío, tener a esa familia fue su ruina.

"N-No vayas con los niños, hueles a alcohol."

"No me toques zorra, son mis hijos."

¿Había sido un buen padre? Claro que no, ni siquiera había intentado serlo y de ser así no lo hubiese logrado ni en un millón de años. Suspiró y sacudió la cabeza hacia los lados, con gruñidos fuertes. Su aroma a galosina se expandía por el pequeño barrio, alertando a la mujer.

La fémina rápidamente fue a por sus hijos, les despertó con una voz dulce que de a poco se quebraba, presa del pánico

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La fémina rápidamente fue a por sus hijos, les despertó con una voz dulce que de a poco se quebraba, presa del pánico. 

N-Niños, debemos escondernos, es un nuevo juego. —despertaron medio atontados por el amargo olor a frutilla de la omega, se frotaron los ojos para levantarse. Luzu se fue a esconder debajo de la cama, su madre y hermano fueron al armario de la habitación. Aquel aroma feo de galosina les hacía picar la nariz y no les gustaba del todo.

La ira se hacía cada vez más grande, y ya no lograba mantenerse cuerdo, con sus instintos actuando por él. Alrededor de la casa dió un par de vueltas, rociando la bencina completamente flamable, metió un poco por las ventanas hasta que decidió romper una para entrar a la casa. Uno de sus peores errores. La mujer se alertó, pero se quedó quieta y callada al igual que los cachorros. Una de las vecinas, amiga de la familia también se alertó, saliendo de su casa para hacerse camino al cubículo del guardia.

Se escuchó un fósforo frotarse a la caja y encender llamas de lo que sería el incendio, para luego prender otro, y otro, y otro, antes de escapar.

El humo invadió el techo de la vivienda, y poco a poco bajó hasta las narices de la mujer que de inmediato se alertó, carcomida por el miedo y sin saber qué hacer, salió del armario. El fuego se propagaba rápido y en segundos solo se pudo ver rodeada de llamas altas, calientes y agresivas. Tosió antes de buscar salidas, sin éxito.

—Manténganse agachados, niños... Cúbranse la boca y nariz c-con trapos y no se muevan por nada del mundo... Los amo.

No sabía que serían las últimas palabras de su madre, su amada madre, quien volvió con su hermano a su escondite y le dejó solo bajo la cama, bostezando pero con una inminente sensación de miedo que no le dejaba volver a quedarse dormido. Comenzó a toser, el humo y cenizas del lugar hacían que en su garganta reinara un profundo ardor y picazón, sin dejarle tranquilo en ningún momento, y comenzando a marearlo. Por único instinto dejó salir de su cuerpo un tímido aroma a naranja, pero se arruinaba por el miedo y dejaba de sentirse dulce, convirtiéndose en algo ácido y de mal gusto.

 Por único instinto dejó salir de su cuerpo un tímido aroma a naranja, pero se arruinaba por el miedo y dejaba de sentirse dulce, convirtiéndose en algo ácido y de mal gusto

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█▓▒░"𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐩𝐨𝐥𝐢𝐜𝐞𝐦𝐚𝐧"░▒▓█ || «Luzuborn»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora