ー 𝐈𝐈

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2; Día dos.

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ーAquí vamos de nuevo

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ーAquí vamos de nuevo.

Ririka murmuró para sí misma cuando llegó a la esquina con su cartel, ella no quería hacer esto, realmente no disfrutó de todas las miradas que recibió el día anterior.

Muchas personas comenzaron a cruzar la calle para evitarla porque pensaban que podría ser mentalmente inestable y estar dispuesta a quedarse ahí para ofrecerle abrazos gratis a extraños.

Una vez más Ririka evitó el contacto visual, odiaba esto. Éste fue sólo el segundo día, por lo que tenía cinco días más después de ese. Qué ridículo.

Tal vez debería haber hecho una apuesta con Kirari sobre cuántas personas la abrazarían. Después de todo, ella parecía estar segura de que alguien realmente lo haría. Ririka, por otro lado, sabía que nadie estaría lo suficientemente desesperado como para abrazar a un completo extraño en la calle de ésta manera.

Mientras estaba allí, la ojiazul desvió su mirada, tratando de no dejar que sus ojos permaneciesen en un lugar por demasiado tiempo. Una mirada prolongada le haría parecer espeluznante si mirase directamente a alguien o accidentalmente hiciese contacto visual.

« Eso haría esto mucho
más incómodo. »

Mientras cambiaba su mirada, Ririka vio a alguien al otro lado de la calle. Reconoció a la chica de ayer, era la rubia, la que se detuvo a mirarla durante unos minutos.

Ella lo estaba haciendo de nuevo.

¿Por qué siguió mirándola con tanta curiosidad? ¿Volvería a mirarla de esa manera otra vez? Pronto, la chica se alejó, dirigiéndose hacia donde sea que esté su destino.

Aproximadamente media hora después, Ririka se asustó cuando un oficial de policía se le acercó. Temía que iba a meterse en problemas por causar algún tipo de disturbio público. Sin embargo, el oficial simplemente pregunto por qué estaba haciendo esto.

Cuando explicó que era un castigo por perder una apuesta, el oficial se echó a reír y le dijo que se asegurase de no molestar a nadie. Ririka se sintió bastante aliviada cuando el oficial la dejó sola.

Unos veinte minutos antes de que las tres horas hubiesen terminado, Ririka miró hacia adelante y vio a la rubia al otro lado de la calle. Quien quiera que fuese, no se detuvo a mirarla ésta vez.

Tenía la cabeza colgada y los hombros caídos. Quizá estaba triste.

Entonces se preguntó por qué estaba así, algo debía haber sucedido en la última hora para abatirla, porque antes no se encontraba en ese estado emocional.

Cuando se le acabó el tiempo, regresó a casa otra vez.

ーTodavía hoy no hay abrazos. ー Le dijo a Kirari.

ー¿En serio? Oh, chica. Sigo esperando que alguien te abrace. ー Ella estaba realmente decepcionada de que Ririka no haya recibido ningún abrazo todavía.

ー¿Por qué quieres que la gente me abrace?ー Ririka dejó el cartel junto a la puerta principal y se quitó los zapatos.

Su gemela meneó las cejas. ーPuedo imaginarme la expresión de tu cara cuando un extraño te abrace.

ーTú eres extraña. ー Dejó escapar un profundo suspiro, sabiendo que mañana iba a ser tan embarazoso como hoy.

 ー Dejó escapar un profundo suspiro, sabiendo que mañana iba a ser tan embarazoso como hoy

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✧ 𝙝 𝙪 𝙜 𝙨 ; 𝘮𝘦𝘢𝘳𝘪𝘳𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora