ー 𝐕

448 85 1
                                    


5; Día cinco.

. . .

Hoy no se veía bien

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hoy no se veía bien.

Ririka le había preguntado a Kirari si podía quedarse en casa ese día, pero le habían negado.

Quería quedarse porque estaba bastante nublado, parecía que iba a llover. Cuando se destacó en la esquina, no había mucha gente fuera, la mayoría de las personas probablemente se quedaron adentro para evitar la inminente lluvia. Después de aproximadamente una hora, la vereda estaba bastante desnuda.

Los coches aún pasaban, pero nadie caminaba.

Sólo quería darse por vencida e irse a casa cuando sintió que las primeras gotas de lluvia caían sobre ella. La lluvia seguramente no perdió el tiempo, algunas gotas se convirtieron en una ligera llovizna. La llovizna se convirtió en lluvia constante.

Poco después, se convirtió en un fuerte aguasero.

La ojiazul se estaba empapando.

Bajó la mirada, y suspiró, sosteniendo el cartel cerca de su pecho, como si su cuerpo pudiese protegerlo un poco de la humedad. No se hizo evidente que no estaba sola hasta que la fuerte lluvia dejó de caer sobre ella, pero siguió atacando todo lo demás.

Levantando la vista para mirar hacia arriba, Ririka se encontró un gran paraguas negro sobre su cabeza. Mirando a un lado, se sorprendió al ver ahí a la chica rubia.

Incapaz de salir de su estado de sorpresa de inmediato, los ojos de la albina observaron la apariencia de la rubia ahora que estaba tan cerca y no al otro lado de la calle. Ella era un poco más baja y bastante delgada, su piel ligeramente bronceada. Sus ojos ámbar brillaban como el sol, pero estaban levemente rosados.

¿Estaban sus ojos irritados? ¿Se acababa de despertar? ¿Había estado llorando?

ーSi sólo vas a seguir mirándome, me iré porque es algo incomodo. ー Advirtió la contraria.

Ririka volvió a la realidad y rápidamente desvió la mirada.

ーLo siento, no quise mirar fijamente.

En silencio se aclaró la garganta, tratando de pensar en algo que decir.

ー¿Que te trae por aquí bajo la lluvia?

La rubio suspiró suavemente.

ーTú, en realidad. ー No iba a inventar una excusa para estar ahí en ese momento. ーTe he visto aquí varias veces y pensé que podrías estar aquí otra vez. Pensé que sería agradable y te traería un paraguas.

La albina miró a la rubia más baja de nuevo y levantó las cejas en cuestión. ー¿En serio? ¿Me trajiste éste paraguas?

ーBueno, sí. No creas que voy a estar acá contigo todo el tiempo. ー Las mejillas de ella se tornaron de un color rosado, probablemente avergonzada por haber hecho un acto tan amable por alguien que siquiera conocía. ーMe devuelves mi paraguas más tarde. ¿Estarás aquí mañana?

ーEspera, ¿Estás hablando en serio?ー Ririka se quedó estupefacta. Ésta extraña le prestaba su paraguas.

Qué amable.

ーSí, hablo en serio. Ahora responde la pregunta. ー Ella parecía estar un poco cansada, como si sólo quisiese acurrucarse en la cama y dormir por el resto del día. ー¿Estarás aquí mañana?ー Repitió.

Ririka sostuvo el cartel con una mano y envolvió los dedos de su otra mano alrededor del paraguas, tomándolo con suavidad. ーSí, estaré aquí.

ーTe veré mañana entonces. ー La de ojos amarillos salió de abajo del gran paraguas, dejando que la lluvia cayese sobre ella.

ー¡Espera!ー Ririka realmente necesitaba saber. ー¿Cómo te llamas?

Ella miró de nuevo a Ririka por encima del hombro. ーSoy Mary.

ーMary... ー Le gustó cómo sonaba. ーSoy Ririka.

La rubia se metió las manos en los bolsillos.

ーTe veré mañana, Ririka.

Con el paraguas dejado a ella, la peliblanca le observó alejarse bajo la lluvia torrencial.

ーMary... ー Dijo en voz baja aquel nombre una vez que estuvo sola de nuevo.

Qué buena persona.

Qué buena persona

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

. . .

✧ 𝙝 𝙪 𝙜 𝙨 ; 𝘮𝘦𝘢𝘳𝘪𝘳𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora