prólogo

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Era una noche oscura de diciembre, hacia bastante frío. Un chico corría de otro, estaban jugando a las atrapadas o algo así, uno de los chicos era castaño y el otro era pelirrojo. Ambos individuos se veían felices, los dos reían, el lugar donde se encontraban era el patio de una linda casa con decoraciones navideñas. Cuando el pelirrojo estaba apunto de atrapar al castaño vió como este se caía por un barranco, el pelirrojo trató de tomar su mano pero lo único que logró fue caer junto a él. Lo último que vió fueron los ojos azules del castaño y después de eso todo se tornó borroso hasta caer inconsciente.

Harry despertó rápidamente del sueño y tocó su corazón el cual estaba bastante agitado por el susto, no era la primera vez que soñaba con algo así. Siempre eran en lugares y tiempos diferentes pero lo que los unía era que en todos estaban esos chicos que al final siempre caían por ese barranco, pero algo había en ese sueño que hacía que fuera diferente. Harry pensó por unos minutos tratando de recordar el color de esos ojos pero fue inútil.

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El joven Louis estaba en su habitación haciendo lo que más le fascinaba que era dibujar, está vez no había hecho boceto y tampoco sabía con certeza lo que estaba dibujando. Lo único que hacía era dejar que su corazón guiará a sus manos, a veces daba pinceladas suaves y delicadas otras veces solo esparcía la pintura con sus dedos.
Cuando creyó que ya había terminado se alejó de la pintura para observarla, lo que estaba plasmado en esta era una persona... ¿un chico tal vez? al aparecer eso era, se quedó durante unos minutos observando a la persona que había pintado. Estaba tan atento que no se enteró cuando su madre entro a su habitación y tampoco se hubiese dado cuenta si está no lo hubiera sacado del trance en el que estaba.

— Es bastante lindo, ¿Quién es? – Louis volteó hacia su madre y levantó sus hombros dando a entender que el tampoco sabía, lo cual hizo que Jay soltará una pequeña carcajada — Venía a decirte que bajarás a cenar, hoy tu padre cocino lasaña. – Lou le regaló una sonrisa y asintió, después de eso Jay fue a la puerta de la habitación para salir e ir a la cena.

Louis dejó los pinceles a un lado del cuadro y se quitó el mandil que usaba siempre para no mancharse con pintura, fue hacía la puerta de su habitación con la intención de salir pero en vez de eso volteó a ver por una última vez la pintura.

Se recargó en el marco de la puerta y desde ahí empezó a analizar la pintura, era un chico que conocía estaba casi seguro, pero no sabía donde lo había visto antes o el porque lo había dibujado solo sabía que lo había echo.
Empezó a observar cada detalle que le había puesto, el chico tenía el cabello de un color naranja casi rojizo y tenía unos hermosos ojos de color esmeralda. Louis inconscientemente sonrío, se hubiera quedado ahí durante años observando la pintura pero la voz de una de sus hermanas diciéndole que ya bajara a cenar lo interrumpió de sus pensamientos, bajó con su familia pero no sin antes volver a mirar por unos segundos más a su pintura sin sacarse de la cabeza aquellos ojos que parecían un par de hermosas esmeraldas...

¿Te he visto antes? |l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora