mashed heroes .

𝕸𝕳𝟰．𝙡𝙤𝙨 𝙢𝙪𝙚𝙧𝙩𝙤𝙨 𝙮 𝙡𝙤𝙨 𝙥𝙚𝙧𝙙𝙞𝙙𝙤𝙨

❛ 𝗁é𝗋𝗈𝖾𝗌 𝗍𝗋𝗂𝗍𝗎𝗋𝖺𝖽𝗈𝗌, 
⠀𝙘𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙘𝙪𝙖𝙩𝙧𝙤: 𝙡𝙤𝙨 𝙢𝙪𝙚𝙧𝙩𝙤𝙨 𝙮 𝙡𝙤𝙨 𝙥𝙚𝙧𝙙𝙞𝙙𝙤𝙨.

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Con calma, aléjate despacio sin movimientos bruscos para no asustarlo.

En la oscuridad su corazón latía tan fuerte que parecía dar vueltas golpeando las paredes de su cabeza, empujando los ojos fuera de sus órbitas, las pulsaciones retumbaban en su sien, era insoportable. Solo podía diferenciar la gigantesca silueta de la bestia a dos patas que perfectamente podía medir más de dos metros. Aquellos irises dorados perforaban a Lyuda, parecían atravesar su cuerpo por completo, se sentía como un disparo en la frente.

Arrastró los pies hacia atrás con miedo hasta de tragar saliva o siquiera respirar, de un zarpazo podía rebanarla en pedacitos. Completamente sola, todos habían salido corriendo en distintas direcciones y no parecían volver, nadie le iba a ayudar en ese momento. Sus ojos se humedecieron, haciendo la vista un poco borrosa.

¡GRAAAGH!

De repente rugió tan fuerte que provocó un pitido en los oídos de la chica, tirándose a cuatro patas estaba dispuesto a despedazar lo que fuese que estaba enfrente.

Las lágrimas saltaron al percatarse del peligro mientras le daba la espalda y echaba a correr tan rápido como sus piernas cansadas le permitían. No era capaz de controlar su respiración, se mezclaba con gemidos y sollozos desesperados debilitando su resistencia. Si no respiraba correctamente no llegaría muy lejos.

Tras unos pocos minutos sentía haber recorrido el bosque entero con un cosquilleo en las rodillas doblándose sin poder aguantar más, pero la bestia no se quedaba atrás en ningún momento y estaba a un solo centímetro de alcanzarla.

一 ¡AAAGH! 一 la impotencia le pudo y gritó con toda la rabia, no le quedaban fuerzas, era imposible huir de un animal así. 一 ¡No puede ser! ¡No!

Sus ojos volvieron a humedecerse ante el pensamiento de su muerte, iba a morir despedazada. Todo se volvió borroso, no pudo ver con claridad unas raíces sobresalientes de la tierra y su pie quedó enganchado haciendo que caiga de bruces. Juraba notar como su corazón dejaba de latir.

Sin embargo, ese no parecía ser su final.

Tomó por sorpresa a la bestia que no pudo predecir la caída y no tuvo tiempo de frenar, pasó por encima de la chica a toda velocidad sacándole algunos alaridos de dolor al pisar su brazo, parándose a unos metros de ella.

No entendía si eso era una ventaja o más bien todo lo contrario.

Logró recomponerse aunque tambaleándose de un lado a otro mientras la bestia estaba desconcertada, solo le quedaba tiempo para hacer lo primero que viniera a su cabeza. Comenzó a escalar un árbol que parecía ser lo suficientemente alto, no tenía ni idea de si aquel animal era capaz de hacer lo mismo pero era su única opción al no poder correr más. Clavó sus dedos en la coraza del roble y subió hasta poder alcanzar la primera rama, uno de sus pies resbaló pero se había sujetado a tiempo. El animal llegó a raspar la pierna colgante pero aún así no fue suficiente para tirarla al suelo.

Se impulsó con los brazos entre quejidos de dolor y subió un par de ramas más hasta estar segura, luego se sentó apoyando la espalda contra el tronco. Todas sus extremidades temblaban exhaustas, apenas podía ver algo pues todo le daba vueltas.

El roble crujía y se tambaleaba levemente por las embestidas del animal mientras la mente de Lyuda daba vueltas.

一 ¿Ya he estado aquí?

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Corría a una velocidad vertiginosa como un poseso, pareciera que en vez de correr sus largas piernas daban enormes saltos. Estaba aterrado sin embargo al echar la vista hacia atrás se dio cuenta de que nadie ni nada en absoluto lo estaba persiguiendo.

Paró de golpe para recuperar la tranquilidad, apoyó las manos sobre sus rodillas sintiéndose un poco ridículo. Miró al cielo nuevamente, no era consciente de las horas que habían pasado desde que entraron, la luna estaba a medio camino y Alexei no tenía nada. Todo el plan se había ido al traste.

Maldecía en susurros dando pequeñas vueltas en la zona nervioso, esto ya no servía de nada si no lograba reencontrarse con los demás.

一 ¡Ey!

Una vocecita chillona que reconoció enseguida lo sacó de sus pensamientos, eran las mismas criaturas voladoras de antes. No le provocaban de los mejores presentimientos, no confiaba en sus buenas acciones después de la aparición de aquella sombra. Algo de aquella vez no encajaba.

Las criaturas comenzaron a revolotear a su alrededor soltando risitas que le ponían todavía más de los nervios.

一 ¿Oye, porque saliste corriendo como un cobarde? 一 empezó a hacer preguntas con un tono irritante, lo mismo hizo la segunda.

一 Si nadie te perseguía, tontito.

Frunció el ceño ante aquellas palabras, comenzaba a molestarse.

一 Pobre, todavía se cree que puede seguir con su plan estúpido.

¿Cómo sabían de su plan? Retrocedió lentamente, daban vueltas y no paraban de hablar, de burlarse de él, lo estaban mareando.

一 ¿Que te vas a poner a llorar?

一 ¡Ya callense! 一 gritó histérico con todas sus fuerzas, elevando los brazos para agitarlos en el aire y espantar a esas criaturas. 一 ¡AAA!

Seguía gritando hasta quedarse sin aliento, sentía un vacío en sus pulmones y no pudo evitar encorvarse de rodillas sobre el suelo, hiperventilando con las manos temblando descontroladamente. Tenía los ojos tan abiertos y perdidos que hasta daba miedo, respiraba con la boca con un rastro de saliva cayendo por su barbilla.

Distintos montones de pensamientos se solapaban el uno al otro, no era posible centrarse en una sola cosa, su cabeza era un completo caos en ese momento. Nada estaba saliendo según lo planeado.

De reojo pudo ver como una de las hadas se acercaba al bolsillo de su chaqueta, del cual sobresalía aquella fotografía antigua que recogió en el refugio. Estaba a punto de agarrarla pero Alexei de un manotazo la mandó lejos sin importarle el posible daño que podía causar, estaba enfurecido. Las risas y burlas habían parado, todo se sumió en un silencio inquietante que solo era satisfactorio para el chico, su cabeza comenzaba a enfriarse y los pensamientos se despejaron, para cuando levantó la vista aquellos seres molestos ya no estaban por ningún lado.

No demasiado lejos pudo ver un árbol tambaleándose, quizás era uno de sus acompañantes y no todo estaba tan perdido. Solo necesitaba algo de tranquilidad.

Bajó la mochila de sus hombros sintiendo un enorme alivio, su espalda se habría doblado en dos en cualquier momento por todo el peso exagerado de los preparativos. Con tranquilidad sacó distintos elementos necesarios, dejándolos con cuidado sobre una tela sucia; varias varillas finas, cuerdas, un cuenco ornamental y algunos objetos más. Por último, una preciosa herramienta afilada con distintas formas decorando el mango, llegando hasta la mitad de la cuchilla.

Lo único que se escuchaba en el lugar era el sonido metálico de sus utensilios chocando entre ellos.

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me disculpan el retraso,
el temporal y el mental
también ah
tenía mucho trabajo
y muchas cosas en
mente...
cosas como hange zoe y
levi ackerman mmm

一 atte. lama.