Reyes Volturi

Capítulo Treinta y Nueve

Cuando abrí los ojos, se veía diferente, todo estaba más claro y definido, podía ver las partículas de polvo flotando en el aire y las más pequeñas partículas saliendo de la pintura del techo. De repente escuché lo que sonaba como un martillo perforando mi cabeza y busqué la fuente, me gire para ver a un humano que estaba siendo retenido por Caius. Antes incluso de que dijera algo, estaba sobre el hombre chupándolo hasta dejarlo seco, la sangre sabía mucho mejor que cuando estaba embarazada, era casi como una droga. Nunca quise parar, pero finalmente se quedó sin sangre, tiré al hombre al suelo y busqué a más solo para ver a Caius arrojarme a una mujer a la que inmediatamente agarré y la drené. Cuando terminé con ella, finalmente estaba saciada, todavía podía sentir un ligero hambre pero este ya no me cegaba. Miré a las personas que maté con un ligero horror.

"No te preocupes Carissima, no eran inocentes" aseguró Caius antes de que pudiera enfadarme demasiado.

Inmediatamente estuve en sus brazos una vez que me di cuenta de que estaba aquí, metí la cabeza en su cuello y comencé a olerlo. ¿Po qué diablos huele tan bien? Olía bien antes, pero literalmente quiero nunca dejar de olerlo, se me hace agua la boca.

Se rió de mí antes de decir "Es el olor de un compañero, es uno de los mejores olores del mundo" dijo mientras se inclinaba hacia mí y metía su cara en mi cuello, simplemente envolví  mis brazos alrededor de él y lo acerqué de forma imposible hacia mí. Hizo un sonido de disgusto "Carissima, ahora eres mucho más fuerte que nosotros" dijo con un gruñido, aflojé un poco mi agarre, pero no dejé la comodidad de sus brazos.

"¿Dónde están tus hermanos?" le pregunté en su cuello.

"Están con los niños" dijo simplemente.

Inmediatamente salté de sus brazos y comencé a ir a la torre. ¿Cómo había podido olvidarlo? Mis bebés, ¿Dónde están? Debo de encontrarlos. Inmediatamente recogí los aromas de mis otros dos compañeros y corrí hacia ellos antes de que Caius me agarrara del brazo para detenerme.

"Debes controlarte, no puedes perder el control con ellos" dijo en un tono autoritario, lo fulminé con la mirada.

"NUNCA les haría daño" dije con un gruñido en mi tono, inmediatamente él se suavizó.

"Lo sé Carissima pero no me arriesgaré, debes de estar tranquila antes de verlos, sé que nunca los lastimarías intencionalmente pero no conoces tu propia fuerza y si no estás calmada puedes ponerlos en peligro" me explicó, asentí y me calmé tratando de calmar mis instintos.

Una vez que me tranquilicé, corrimos hacia la torre y fue realmente divertido "Podría acostumbrarme a esto" dije con una sonrisa dirigida a Caius.

"El efecto desaparece después de uno o dos años y simplemente se vuelve normal" me dijo antes de tomar mi mano y ofrecerme un apretón tranquilizador, reduje la velocidad cuando llegamos a la puerta y de repente estaba aterrorizada por alguna razón. ¿Y si no soy una buena madre? ¿Y si no siento nada? ¿Y si no me quieren?, estaba llena de inseguridades. De repente, todos se apresuraron a alejarse cuando yo estaba en los brazos de mis otros dos compañeros que abrieron la puerta para llegar a mí.

"Mia cara eres perfecta, no creas cosas así, todo estará bien" me dijo Aro mientras yo estaba concentrada en la nueva sensación de hormigueo de finalmente experimentar el vínculo de pareja completo.

"Te hemos echado mucho de menos mi amore" dijo Marcus mientras acariciaba mi cuello, el momento fue interrumpido repentinamente por un grito agudo en la habitación.

Cuando escuché a mi bebé, inmediatamente corrí hacia ellos solo para detenerme en la cuna de donde venía el llanto. Vi la cosita más hermosa que jamás había visto, tenía los ojos azules y cabello castaño y la carita más linda que me dio ganas de besarla por todas partes, le sonreí antes de alcanzarlo y tocar su mejilla lo más suave posible, inmediatamente dejó de llorar y me sonrió con un pequeño puchero que me hizo desmayar antes de levantarlo y acercarlo a mi pecho mientras lo abrazaba susurrándole cosas dulces a mi bebé.