Escucho al profesor atentamente en su explicación sobre Historia Social cuando agobiado, soltó un suspiro y dió por finalizada la clase.
-Vayan, pero no olviden no faltar la clase que viene que hablaremos acerca del trabajo final.-dijo agarrando sus cosas rápido para huír.
Lentamente junté mi lapiz y birome, los metí en mi bolso y esperé a que el amontonamiento de gente termine de salir del establecimiento.
Mis pasos son lentos, no tengo apuro para llegar a casa, al fin y al cabo, no quería salir esta noche. Me dirijo en dirección al camino largo de casa. Nunca contè donde vivo, ¿cierto?
Mi vida ronda en torno a la ciudad de Riverside, a pocos kilómetros de Las Vegas. Nací en Seattle, y cuando mis padres se separaron, con mamá vinimos aquí por trabajo. Desde entonces, es nuestro hogar.
Las calles de Riverside son tranquilas, pero no dejan de tener sus problemas.
Sumida en mis pensamientos, no me doy cuenta que hace dos calles atrás, una moto deportiva negra estaba siguiéndome. Mis pasos los hago mas lentos, quizás es mi imaginación.
La moto se acerca al costado izquierdo de la calle, donde estoy caminando.
Dios mío se acerca mi final.
Ese hombre, se levanta el vidrio del casco, sus ojos marrones intensos se hacen notar, me miran de arriba a abajo, analiza cada parte de mi cuerpo.
Ese momento se me hizo eterno, me paralicé, no me dió miedo pero si me generó algo extraño, no desifro qué es.
La moto acelera, y de un momento a otro no la volví a ver.
No entiendo que pasó. Mi corazón vuelve a latir, y apuro mis pasos para llegar a casa mas rápido.Giro la llave y antes de dar el segundo giro, me abren la puerta.
-¿¡Dónde haz estado?! Tienes que prepararte, ¡llegaremos tarde!- ruedo los ojos, a veces extraño mi soledad.
Hannah, a veces no te quiero tanto.
Mira su celular que estaba sonando, y rueda los ojos.
-¿en serio?, cualquier cosa y ya, no hace falta tanta elegancia, okey, estoy yendo-cuelga y me mira- Leo no sabe que ponerse, tengo que ir a su casa, hugh, a veces saber de moda no es algo bueno.- río por mis adentros y cierro la puerta tras ella. Podía prepararme tranquila sin que nadie me dijera qué ponerme.Miro la hora 21:33, genial, dos horas para prepararme. Entré a la ducha, y me tomé mi tiempo para hacer mis cosas. Salgo en toalla, y me paro en frente del ropero pensando qué ponerme.
¿Cómo me visto? ¿Formal o informal? Quizás sea elegante, quizás no.
Pongo en mi lista de reproducción algo de Ed Sheeran, me gusta escuchar música tranquila.
Comienzo a revolver entre mi desastre y encuentro un vestido rojo al cuerpo, mmmh elegante.
Sigo buscando, opté por un pantalon de cuerina, y un top de estampado de vaca. Me coloco las vans, pero algo me dice que Han o Leo me van a hacer cambiar mi calzado. Internamente me quejo por tener amigos tan insoportables. Busco entre las botas, y encontré unas texanas blancas sin taco. Genial.
Sigo por mi cabello, el cual tengo largo, lacio y oscuro por lo que solamente un peine me bastó en terminar mi look.
Un poco de rimel, labial rojo y listo. Solo llevaré mi celular asi que no pienso en buscarme un bolso de mano.
La puerta de mi hogar se escucha, por lo que supe que los chicos ya habían venido a buscarme.
Gritos me esperan en el primer piso.
-Heeey, llegaron antes- digo desde las escaleras, miro mi reloj 22:55.
Mi mesada estaba adornada de botellas con alcohol.
¿Sobreviviré hoy?
-No puedo creer.-Dice Han con su celular en mano.-¡la fiesta está comenzando! ¿Cómo me veo?- hace de mi living una pasarela para mostrarme su vestido blanco al cuerpo, y su cabello desordenado en ondas playeras.
-Wow Han; estas bellísima, a quién quieres impresionar hoy?- Hannah era conocida por su lujuria, le encantaba coquetear con chicos, su hermosa sonrisa y carisma la ayudaban a hacerlo, nunca se le escapaba uno.
-Ha Ha, que graciosa. ¡Ty será mío esta noche!
-Pf, eso no pasará si me mira primero- se levanta Leo del sofá, y hace lo mismo que Han.
Leo viste una camisa estilo hawaiana negra con blanco, y unos jeans con rotura negros, y obviamente sus converse.
Mis amigos eran hermosos. Luego estaba yo, que hago lo que puedo.
-Bueno Lía, no te quedas atrás. ¡Que cuerpazo amiga!- esbozo una sonrisa y me siento en el sofá.
A emborracharme.Subimos alegres al mini-cooper, Leo me preocupaba, había bebido pero aún así, no podía dejar de reirme.
-Y cuando lo agarre...PAPASITO, no querrá ver a otra mujer- Leo y yo, largamos una carcajada.
Comenzamos el viaje, pusimos algo de electro para ambientarnos y seguimos bebiendo en el auto. Una larga y obscura calle nos inunda, Leo conduce a ciegas, y ahora sí, logré preocuparme.
Doblamos en una esquina, y gente comenzó a salir de todos lados. Este antro abandonado no estaba tan abandonado, jóvenes de entre los árboles salían a la fiesta, dónde la música se escuchaba por demás.Entramos a la vieja disco, caras desconocidas inundan el lugar. ¿Dónde nos habíamos metido? Hasta parecía que nos habíamos arreglado de más.
-Chicos, olvidé los cigarros en el auto, vuelvo enseguida.-Leo asiente, y salgo del lugar.
Cuando estoy llegando a la calle, 5 motocicletas deportivas de colores, se detuvieron. Una en especial, me puso los pelos de punta, la de color negro.
Una sensación extraña invade mi cuerpo nuevamente.
La gente que estaba alrededor desapareció.
¿Dónde estaban todos?
Apuro mis piernas para llegar rápido al auto, cuando una rama tropieza con mi pié. Auch.
Siento el césped y la tierra en la cara, se me cierran los ojos lentamente.
Estoy muerta.
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Exsilium
SpiritualLía, una joven de 22 años de edad, se ve sumergida en una nueva parte de su vida; donde dejará de ser espectadora de novelas y se verá envuelta en el papel de protagonista principal. ¿Qué sucedería si todo lo que alguna vez negaste se presenta en l...