Capítulo I: La típica vida de un adolescente

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Muchas personas se preguntan si la vida de un adolescente es genial y es la etapa más bonita después de la pubertad y la infancia, créanme no todo es color de rosa. Ah por cierto soy Anne, y aquí les va la típica historia de mi vida.

—Ring...Ring— Era ese sonido otra vez. El sonido con la que empezaba todas mis mañanas.
Poco a poco levantándome, con la flojera que tenía, pues ya sabía que era un día como los demás. Me metí a la ducha como siempre y demoré lo que siempre exageradamente logro demorar sin pensar en nada y solo yo, hasta que...

—Baja a desayunar Anne — Escuché desde mi cuarto, la misma voz que todas las mañanas logro escuchar, la voz de mi padre. Me puse en marcha a bajar las escaleras de mi casa y fui a la cocina a coger una manzana, pero alguien dijo:

—Desayuna Anne —La voz de mi padre, otra vez.

—No finjas preocuparte por mí — Conteste y tire la puerta al salir de la casa.

Caminaba hacia la escuela, como siempre me encontré en el camino con mi mejor amigo.
—Hey, Anne—La voz de casi un grito que escucho todas las mañanas al ir a la escuela, tenía que ser Mark.

— Hola... Mark... Uff—Conteste como siempre ocultando lo que en realidad me pasaba.

—Adivino... ¿Tu papá? —Preguntó el todo preocupado.

—Sí, no aguanto ver que solo finge preocuparse por mí, como si no supiera que...Ash...Mejor hablemos de otra cosa— Respondí, aun sabiendo que Mark seguía preocupado.

—¡Ahí está el autobús!¡Corramos Anne! — Dijo en aquel acercamiento de un autobús con un fuerte grito. Ambos corrimos y nos acercábamos más mientras que el autobús paraba y Mark mostraba su sonrisa.

Al subir al autobús veía todas las miradas puestas en Mark, para mí no era algo nuevo, solo escuchaba:
— ¡Mira ahí está Mark!—Aquella voz de mujer emocionada al verlo.

— ¡Ash! Que suerte tiene ella—Decía la chica que se sentaba adelante de mí.

Mark es el popular de la escuela, es guapo e inteligente, pero lo que más lo resalta es su hermosa sonrisa, créanme, si no fuera su mejor amiga lo seguiría todo el día. Pero a pesar de que es muy hermoso y popular en la escuela, nunca le gusta ninguna chica.

—¿En qué piensas? — Me preguntó Mark

—En nada, nada, jajaja. —Respondí riéndome.

El autobús seguía su rumbo, rumbo a la escuela, mientras que como todos los días en aquel autobús me dormí en el hombro de Mark, tan suave y tan cálido, que me hace sentir esa fortaleza y confianza en mí mejor amigo.
Al llegar a la escuela, inmediatamente nos bajamos del autobús y Mark fue el centro de atención, mientras que yo con la cabeza agachada y atrás de él, me escondía.

Empezábamos a caminar, paso por paso, con las miradas en nosotros y no por mí, todos miraban a Mark, como siempre, el chico ídolo. Pero de pronto me dirigí hacia la izquierda y con la cabeza hacia abajo seguí caminando, sin rumbo, sin dirección, pero no sabía que:

— ¡Ash! Que rayos...— Reaccioné de manera inesperada al chocar con alguien.

—Lo siento, te ayudo a recogerlo. — Respondió aquel chico nuevo y desconocido que no miraba.

— No te preocupes— Respondí con un tono tímido, mientras que poco a poco subía mi cabeza y ahí fue donde lo miré, su mirada, sus ojos, e incluso su sonrisa eran perfectamente encantadoras, ahí fue donde me quedé exactamente muda y silenciosa en la profundidad de su mirada.

¡Tu maldito orgullo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora