Capítulo 2

39 3 0
                                    

Penny

—¿Qué haces acá? —Dije susurrando casi sin aliento. No podía creer lo que mis ojos estaban viendo.

—¿Estas bromeando Penny? —Sus ojos se agrandaron en una expresión de sorpresa.

—No tienes que estar acá, no puedes estar acá. –Mi voz sonó dura, y apuesto a que mi cara estaba sin expresión alguna excepto la del horror.

—Te fuiste y nunca más supe de vos, ¿esa no es una razón para dar la vuelta al mundo solo para encontrarte? Parece que no me conocieras,  es como si estos treinta años te hayan cambiado

Sus palabras me dolieron, fueron como un golpe en el rostro inesperado. Podía ver el odio reflejado en sus ojos y en cada músculo de su cuerpo.

—No sabes por qué lo hice Joseph, y tampoco tienes que saberlo. Solamente huye, rearma tu vida. —Dije dolida aunque demostré firmeza, o eso quise hacer.

—Entonces dímelo, nunca hago lo que tengo que hacer. Tú no sabes lo que sentí cuando no te vi a mi lado, ni los años que pase esperándote. Explícame Penny, no puedo seguir viviendo de esta forma y me espera una eternidad más aún con vida.  —Sus palabras sonaron como una súplica y mi corazón se cayó a mis pies.

Era 1864, nos encontrábamos en Suecia persiguiendo a Laurence, el asesino de mi madre y de millones de vampiros más. Él era uno, pero vivía para matar a otros. Hay muchas leyendas sobre él, dicen que fue creado para matar; que a su esposa la mataron unos vampiros entonces busca venganza, y muchísimas más. Pero son solo cuentos, yo no sé si creer en ellos. A todo esto,  Laurence sabía que lo estábamos siguiendo por  la muerte de mi madre y en cualquier momento podía venir por nosotros. Todo sucedió una noche tormentosa, parecía que el cielo se caería abajo. Por debajo de la puerta del departamento en el que nos encontrábamos con Joseph dejaron una carta, esta decía “Mantén los ojos abiertos P, nunca sabes lo que está detrás de ti. O quien.” Las palabras de esa carta quedaron plasmadas en mi memoria. No podía poner la vida de Joseph en peligro, lo amaba tanto como para dejarlo si es que de esa forma él iba a sobrevivir. Por eso decidí irme, porque lo amaba lo suficiente como para tomar esa decisión. Él merecía algo mejor que yo y todas las mochilas que cargaba.

—Me fui sin decirte nada porque no fui lo suficientemente valiente como para afrontar la situación, y porque te amo Joseph.  ¿Crees que no sufrí al hacerlo? Pero te observe por muchos años, solo para saber si estabas bien. —Mis palabras fueron un popurrí de emociones, empecé a decirlas cargadas de amor y terminaron llenas de bronca y odio. Aunque no sé si ese odio era hacia mí, hacia él o hacia la situación. 

—Penny… No sé si estar agradecido por lo que hiciste, besarte, o zamarrearte para ver si reaccionas mujer. Sabes que por ti yo daría todo, incluso mi vida, no hay un segundo en el que dude sobre eso.

No pude evitar sonreír, y cuando menos me di cuenta él me estaba abrazando. Ahogué mi cara en su hombro e inhalé su aroma, el que tanto añoraba. Lo necesitaba mucho, tanto como para que este abrazo no terminara nunca. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 14, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sangre eterna. (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora