Capitulo XXIII

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Shikamaru pensó que estaban mintiendo, ahora se encontraba mirando la pantalla de su computadora, tenía más de quince correos con deberes e informes para lo que quedaba de clases en el mes de diciembre y era cierto que el único momento en el que pudieron salir de su habitación fue para retirarse. En las noticias aún no se hablaba de lo sucedido, pero cuando dejo el lugar ayer se dio cuenta de que estaba bastante tranquilo a comparación de como su padre se lo había pintado.

Su padre aun no regresaba y su madre lo estaba mimando al punto de servirle una cantidad exorbitante de comida, el no quería hacer ese montón de deberes e informes, les había echado una ojeada apenas llego, pero cinco horas después solo era eso, mirarlos sin más.

Estaba preocupado. Sakura no había dejado de llorar en el camino por Sasuke, Ino se preguntó a donde habrían enviado a los de Suna y el mismo se dio cuenta que Tayuya no volvió a aparecérsele ni siquiera a la distancia. ¿habrían venido sus representantes por ella? - Y tu... - Shikamaru miraba los ejercicios que Gaara les había dado días antes a su unidad de estrategas para resolver, en aquella hoja Temari había garabateado lo que creía que era el resultado de un problema, su letra era femenina y llena de muchas curvas. - ¿estarás bien?

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El aroma a hierbas y flores le picaba la nariz, era como si todo el lugar estuviera siendo tragado por un matorral de rosas. Cada ventana, esquina e incluso el exterior estaba cubierto por hierbas y flores, para alguien de Suna era sorprendente encontrarse con algo así en su pueblo apenas y se encontraba césped y llega aquí y le presentan un paraíso para abejas, quizás por la poca costumbre su nariz no había dejado de molestarla, le picaba y no dejaba de estornudar en cada oportunidad. - Lo que más me preocupa. - Dijo la bonita señora de ojos miel y cabello rubio. - Es que seas alérgica a las flores.

- Oh gracias. - Temari recibió él te de color rojizo con galletas y lo coloco en la mesa que estaba al lado de la cama. - Buenos días.

- ¿Dormiste bien? - La mujer tenía un cabello lacio y rubio a la altura de sus hombros, sus ojos eran grandes y llenos de pestañas con un inusual color caramelo, el lugar pulcro y decorado de brotes se adaptaba a su personalidad y su look. - Mi hija siempre reacciona igual cuando llega a casa, pero si pasan más de dos días y sigues estornudando tendremos que llamar a un doctor. - Desde que llego la mujer siempre la miraba así, sus ojos se cubrían por una fina capa de brillo y sus labios se apretaban, tragaba saliva y luego sonreía, Temari podía asociar cualquier estado con esa expresión, enojo, incomodidad, lastima, pero definitivamente no era halago. - ¿trajiste ropa? ¿quieres que te consiga algo? - Temari estaba a punto de responderle, pero la mujer continúo hablando. - Solía comprarte ropa a ti antes que, a Ino, ella era muy pequeña aun y tu no dejabas de crecer. - Temari la miro confundida ¿qué quería decir con eso? ¿porque le tenía que enviar ropa? De camino a este lugar lo único que recibió de Baki fue un "obedece" apenas y pudo refutar.

- Lo siento...

- Ay claro. - La señora negó con una sonrisa. - Se supone que no podíamos decirlo. - Ella se sentó en la cama, justo al lado de Temari mirándola fijamente mientras esos ojos miel se llenaban de un brillo. - Sabias que cuando naciste... fui la única que estuvo ahí. - Temari abrió los ojos como platos. - ¿Era agosto no? - La mujer asintió segura de su recuerdo. - Tu padre estaba trabajando y yo fui a visitar a Karu, pero decidiste nacer ese día, así que Baki y yo corrimos como locos al hospital. - La mujer soltó una carcajada. - Ni siquiera llevábamos ropa, éramos unos tontos que apenas tenían veinte ¿cómo se supone que íbamos a saber sobre bebes? - Cuando la mujer sonreía Ino se reflejaba en ella... ¿acaso no la odiaba Ino? ¿porque su madre...? - Rasa se molestó tanto cuando lo descubrió. - Temari sintió como algo se hundía en su pecho ¿era ella la culpable de la muerte de el suegro de esta mujer? ¿amiga de su madre? ¿la mujer quien la vio nacer? Tenía que salir de aquí, con razón la miraba de esa forma, con razón Ino apenas había salido de su habitación el día de ayer, con razón su padre le sonreía incomodo ¿porque Baki creía que era buena idea mandarla aquí? sentía que quería llorar. - ¿Como...- Dijo la mujer llamando su atención, Temari alzo el rostro apenada, quería irse. La mano cálida de la señora cubrió su mejilla, Temari retrocedió con sorpresa, pero en cambio se asentó allí y la miro con cariño. - ¿cómo has estado Temari? - En este punto los ojos vidriosos de la señora se habían quebrado, las lágrimas corrían por sus mejillas y su nariz comenzaba a sonar en cada respiración. - Eres igual a ella... - la mano se paseó entonces por su cabello, los ojos verdes de Temari miraban con intriga a la mujer. - ¿Como están tus hermanos? Nunca los conocí...

- Perdón. - Temari aparto la mano del rostro de la señora. - Yo... es que...

- Entiendo. - La mujer tranquilizo su curiosa mano en su regazo y suspiro. - Supongo que debes estar sorprendida, me deje llevar.

- Lo siento.

- No, no. - Ella se puso de pie. - Por favor come, me he pasado de la raya. - La nariz y ojos de la Yamanaka estaban volviéndose rojos al punto de lucir preocupantes, quizás se debía a su clara piel o su edad. - Solo me puso feliz verte. Estas tan grande, la última vez que te vi fue usando ese vestido azul que te compré.

Temari sabía cuál era, lo había usado tantas veces que el día que no le quedo lloro tanto, le pidió a Gaara que lo usara, pero aquello termino en una pelea. - Shikaku me mostro una foto, te veías tan linda.

- Oh... - Temari sintió su voz quebrarse, estas personas eran así cuando ellos habían hecho tal cosa; en este punto era lógico Gaara y Kankuro siempre vestían ropa básica, Baki les compraba pero Shikaku era el único que traía con el vestidos y lindos zapatos haciéndola lucir como la favorita a los ojos de sus hermanos; aun cuando eran hijos de una importante familia estuvieron escondidos para su seguridad, el estado les retuvo el dinero y bienes y apenas hace algunos años ese juicio había sido a favor de ella y sus hermanos, Vivian de donaciones y de Baki, que aunque lo odiara escuchando hoy por primera vez que estuvo inclusive en su nacimiento la hizo sentir egoísta, el al igual que esta desconocida tenían que haberla querido mucho... a su madre.

Academia Sannin Y La Escuela Nocturna. SHIKATEMA FANFICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora