Silencioso tormento.

001 - Silencioso presente.

Sentada en su tocador, escuchó los gritos de su madre y salió de su trance frente al espejo. Al bajar las lujosas y amplias escaleras, su madre en un exquisito vestido amarillo, aún le esperaba para partir.

Se dirigía a una de las fiestas más importantes de su familia, una celebración anual por todas sus riquezas.

Eleonor bajó de su carruaje junto a sus padres, observó detenidamente la ostentosa estancia pasando lista de todos sus familiares y amigos de sus familiares los cuales lucían excelentes trajes que a simple vista se notaría que eran muy costosos.

Para cualquiera eran una familia perfecta por el simple hecho de tener tanto dinero, pero la realidad sólo la veía Eleonor, y es que todas estas personas no dudarían en clavar una daga en el pecho de quien tienen al lado solo por su tan preciado dinero.

Eleonor al ser la única discapacitada de la familia los chicos la veían como un blanco fácil y vulnerable para adquirir sus riquezas, y aunque no pudiera articular palabra no significaba que fuera una completa idiota y esto era algo que ellos, cegados por el capricho, no podían darse a entender; al sumarle el echo de que era completamente hermosa, solo piensan en someterla para arrebatarle hasta su alma; algo que claramente seguirán solo pensando, ya que ella jamás lo permitiría, por otro lado, sus primas sólo le envidiaban por ser la más hermosa y rica de la familia, todas excepto una, el único miembro de la familia al cual no aborrecia como a los demás, su prima y única amiga cercana, Eleanor, o 'Ela' como de cariño le llamaban.

Ambas chicas eran extrañamente parecidas físicamente, contaban con características muy similares, tez blanquecina, caras de un aspecto cual muñeca de porcelana, curvas que acorde a su aún menor edad delienaban a par su cuerpos. Aunque contaban con dos pequeñas diferencias, mientras Eleonor tenía una cabellera corta negra y sombría, Ela contaba con una larga cabellera rubia y luminosa; los ojos de Eleonor eran de color azul opaco mientras que los de Ela eran de un azul centellante.

- ¡Elo! - exclamó su prima al verle llegar.

'Elo' como diminutivo cariñoso a Eleonor, al ser éste original por parte de su querida prima, se le hacía agradable.

- He estado esperando lo que llevo de noche a que vinieras, que alegría verte - continuó seguido de brindarle un cálido abrazo.

Eleonor le devolvió el abrazo, no le gustaba el contacto físico de las personas pero en esto no se incluía a Ela, después de unos segundos ambas se separaron.

- Ese vestido azul es muy hermoso y del color oscuro de tus ojos, luces muy bonita - aclaró Ela con una sonrisa.

Elo atinó a pensar lo mismo, ya que su prima portaba un vestido de un azul claro muy refinado así que respondió con una sincera sonrisa.

- Vamos al jardín tengo que contarte algo.

Una vez en el amplio jardín ambas se sentaron al borde de una de las fuentes con cuidado de no mojar su vestimenta.

Ela empezó a hablar entusiasmada, Eleonor al no poder hacer lo mismo escuchaba aunque muy atenta a cada palabra, pasando así unas horas juntas como de costumbre.

En un determinado tiempo recogían flores para hacer lindas diademas, una para la otra, pero un chillido de emoción por parte de Ela le hizo apartar la mirada del arbusto.

- ¡Thomas has venido! - exclamó corriendo hacia el chico recién nombrado.

- Luces resplandeciente esta noche, mi dulce Ela - respondió tomando una de sus manos para depositar un beso en sus nudillos.

Eleonor observó silenciosamente airada la escena, la simple presencia del chico le irritaba.

Thomas era el primogénito de un amigo de sus padres y su propósito era acortejar a Ela, tenía mucha competencia pero por alguna razón que desconocia por completo había acaparado la atención de Ela. No solo le disgustaba por su conducta fingida de príncipe azul, sabía a la perfección que su propósito era entrar a la familia más prestigiada de la localidad, tener grandes cantidades de dinero y una esposa bonita para presumir como trofeo.