𝐎𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐄𝐝𝐠𝐞. [𝘨𝘢𝘺]

Mírate.

Segunda parte de: "¿Qué tan cerca estabas de él?"

Basado en el episodio: "Bug." (Temporada 4, Episodio 9)

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Su boca sabía a metal cuando llamó al Sr. White. Fue un momento de desesperación, claro, porque estaba aterrorizado por lo que le iba a pasar si iba a México y en ese momento el Sr. White era la única persona en la que podía confiar. Recordó a Saul por un momento. El Sr. White era la única persona en la que podía confiar de forma gratuita.

Todo el tiempo que Jesse había estado hablando, el Sr. White no lo había interrumpido ni una vez. En retrospectiva, debería haber sabido que algo andaba mal, considerando lo mucho que al Sr. White le encantaba interrumpirlo, pero aún no se había dado cuenta. Le había contado al Sr. White todo sobre Gus y su trato con el cártel para regalar su fórmula, sobre una guerra de drogas o alguna mierda así. Estaba un poco confuso sobre esos detalles en particular porque estaba demasiado ocupado estando nervioso y asustado para ese entonces. Se dio cuenta de por qué el Sr. White lo interrumpía tanto porque sintió que había dicho, como, un montón de estupideces y el Sr. White todavía no había dicho nada.

Prácticamente tuvo que torturarlo para que hablara, pero finalmente, el Sr. White comenzó a preguntarle si había visto a Fring, lo que realmente no tenía ningún sentido para Jesse después de todo lo que le acababa de decir, pero le dijo que no, como siempre, porque era más fácil mentir que lidiar con la ira del Sr. White. No es que esa particular forma de aliviar el estrés fuera tan desagradable, pero mentirle era mejor que después de la última vez que su barbilla y su espalada quedaron magulladas, lo cual era realmente difícil de explicar. Esta obsesión por Fring debe haber venido de alguna parte. Era como si estuviera tratando de castigar a Jesse por hablar con el tipo. Todas las preguntas se volvían incesantes y casi demasiado específicas ¿Cómo era posible que el señor White supiera que estaba en la casa de Fring anoche?

Antes de que pudiera siquiera intentar darse cuenta de eso, el Sr. White lo empujó, agarrando el paquete de cigarrillos del bolsillo de su chaqueta. Buscó el cigarrillo que contenía la ricina y vio que todavía estaba allí. Fue entonces cuando todo empezó a tener sentido. El señor White le había dado ricina un par de días después de que habían hablado sobre la situación de Gus Fring la primera vez, que había terminado con Jesse corriéndose con la cara pegada a la mesa de café. No se habían dado ni la mano desde entonces. No es que eso fuera algo que alguno de los dos hiciera regularmente, pero ambos eran bastante reacios a cualquier contacto ahora, casi como si no pudieran controlarse si lo hicieran. Jesse no se atrevió a matar a Fring. Simplemente no podía. Pero el Sr. White lo quería muerto con cada célula de su cuerpo y Jesse lo sabía. Era mucho más profundo que el miedo de que Gus matara al Sr. White, era personal de alguna manera.

"¿Dos horas y dieciocho minutos y no pudiste encontrar la manera de dárselo?" Preguntó, pero no era tanto una pregunta, era más como una acusación.

"Él nunca dejó de la habitación." Jesse intentó discutir.

"Tú, pequeña mierda mentirosa." Escupió. Jesse se alejó de él, tratando de no hacer nada estúpido, pero el Sr. White siguió hablando. "Tenías una cosa que hacer. Una cosa. Eso es lo único, debo agregar, que nos salvaría la vida y tú estabas allí, estabas en su casa." Se estaba poniendo cada vez más furioso y Jesse tuvo que tragar porque su garganta se sentía muy apretada. "Y no tuviste las agallas para hacerlo."

Jesse volteó para mirarlo de nuevo, finalmente se dio cuenta. "¿Dos horas y dieciocho minutos?"

"Nunca tuviste la intención de matarlo ¿Verdad?" Presionó el Sr. White, ignorando a Jesse.