𝐎𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐄𝐝𝐠𝐞. [𝘨𝘢𝘺]

Malas Ideas.

Eran cerca de las dos de la mañana y Jesse estaba cansado. Más cansado y aturdido por el sueño de lo que nunca había estado en su vida, lo que decía algo, ya que definitivamente había estado despierto por más tiempo con algunos atracones de cristal. Con amargura, atribuyó su agotamiento a su temporal sobriedad. No había exactamente tiempo para fumar una pipa mientras Walt estaba sobre su hombro y exigía que cumpliera con el horario cada dos segundos.

Habían estado cocinando en turnos sin parar durante las últimas diecisiete horas, y sin importar cuál fuera la ridícula cuota de Walt, Jesse no estaba dispuesto a comenzar otro lote antes de desmayarse. Necesitaba dormir toda la noche, no las tonterías de las poderosas siestas de las que él y Walt habían estado tomando desde que se fueron y se instalaron en medio de la nada.

El cascarrabias en cuestión estaba durmiendo en el otro extremo de la casa rodante, habiendo puesto el catre a su tamaño completo antes de acomodarse a un lado, esperando que Jesse se uniera a él cuando terminara de cocinar. Obviamente, a ninguno de los dos le había gustado mucho esa idea, y hubiera sido una mentira si Jesse hubiera dicho que no se sentía completamente asfixiado por la presencia de Walt en la casa rodante, dormir junto al tipo seguro que no iba a aliviar la situación. Pero Walt valoraba la eficiencia por encima de la comodidad, y Jesse estaba demasiado cansado para quejarse y era demasiado quisquilloso para dormir en el suelo.

Con un profundo suspiro, apagó todas las luces de emergencia e hizo todo lo posible por sentarse en su lado del catre tan silenciosamente como pudo. Todo sería mucho menos incómodo si Walt se quedara dormido, roncando y tosiendo de vez en cuando en lugar de quejarse abiertamente de que Jesse estaba acostado junto a él. Realmente no necesitaban abordar lo tremendamente incómoda que era toda esta situación.

La tos preocupó a Jesse, aunque no lo admitiría. Walt no era una persona que roncara fuerte, diablos, no era peor que Badger o Skinny Pete, por lo que Jesse no había estado demasiado preocupado por tener que dormir con eso, pero la tos era brutal. Sonidos fuertes y horribles de traqueteo, y jadeos sofocantes en busca de aire. Todo le recordaba demasiado a los últimos días de Ginny, así que Jesse trató de no pensar demasiado en ello. Lo cual era algo imposible cuando Walt tenía otro ataque cada diez minutos.

La suerte hizo que Walt comenzara a toser de nuevo, justo antes de que Jesse perdiera su última pizca de conciencia. Solo que esta vez, su tos no se apagó y se convirtieron en ronquidos, si no que empeoraron. Todo el catre tembló cuando Walt se atragantó, balbuceó, y de repente su respiración se volvió errática: se había despertado.

En un esfuerzo por ser cortés, Jesse se quedó completamente quieto, esperando a que pasara. Se daban la espalda, por lo que no es como si Walt estuviera tosiendo en su cara, pero aún así, era imposible ignorar los sonidos. Siguieron haciéndose más y más ruidosos, y la respiración temblorosa de Walt no aliviaba la ansiedad de Jesse. Lentamente, se dio la vuelta en el catre, la preocupación se apoderó de él.

Ni siquiera estaba seguro de lo que estaba haciendo, hasta que su mano se extendió sin rumbo fijo, colocándose entre lo que parecían ser los omóplatos de Walt. Sin pensar, Jesse le dio una palmada en la espalda, esperando que fuera algo reconfortante, prácticamente en piloto automático recordando todas las veces que había ayudado a Ginny a superar un momento difícil.

La columna vertebral de Walt se puso rígida bajo el toque con un movimiento brusco, como si Jesse lo hubiera presionado con un hierro ardiendo para marcar al ganado. Jesse retiró la mano rápidamente, dándose cuenta de que había cruzado algún tipo de línea. Pero no se atrevió a darse la vuelta, no cuando Walt todavía estaba luchando por respirar. No pasó mucho tiempo antes de que volviera a toser, cada ruido era más horrible que el anterior.