Teoría de dos factores.

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Segunda parte de "Puente Colgante."

Se obliga a no enviar mensajes de texto hasta el día siguiente, cuando todo lo que realmente quiere es que el Sr. White venga esa misma noche y le joda el cerebro. Es extraño lo raro que se siente al pensar eso y querer eso. Nunca antes se había interesado por los chicos, y menos por los estúpidos profesores de química que actuaban como idiotas la mayor parte del tiempo.

Hace algunos meses le habría dado una paliza a alguien si éste le hubiera dicho que sería homosexual por el maldito Sr. White de entre tantas personas, pero aquí está, con mariposas en el estómago porque está esperando no parecer muy desesperado por enviarle un mensaje de texto al tipo. Él agradece a Dios que hoy es domingo, porque eso significa que el Sr. White no tiene trabajo, así que cuando envía un mensaje de texto en algún momento de la tarde, preguntando si quiere venir, la respuesta que recibe es: "¿Cuándo?"

Acuerdan una hora a partir de entonces y Jesse se siente como un adolescente nervioso que espera tener sexo por primera vez. Es un poco patético si es honesto consigo mismo. Simplemente se sienta y espera, con su pene medio duro solo por saber lo que va a pasar si se sale con la suya, y tiene que chuparse el pulgar para no perder el control. Planearlo es diferente, reunirse en un lugar que no sea la casa rodante, una caja pequeña, estrecha y caliente. Es como si lo estuvieran convirtiendo en algo real, en vez de ser un sueño febril en el calor del desierto.

Se aclara la garganta y siente como el dolor todavía sigue ahí. Su voz casi le había fallado cuando llamó a sus tres amigos convertidos en empleados, se sentía quebradiza, áspera y casi muerta.

Por suerte no le preguntaron nada acerca de eso, porque no había pensado en una buena excusa. Una parte de él se pregunta si al Sr. White le resultará sexy escuchar su voz jodida, porque el tipo parece muy estricto a veces, pero Heisenberg debió de haber venido de alguna parte. Tal vez está reprimido en secreto o algo así. Si ese es el caso, Jesse estará perfectamente feliz ayudándolo a disfrutar de su lado íntimo más salvaje.

Cuando escucha un golpe en la puerta, casi se sale de si y trata de no parecer demasiado desesperado cuando abre la puerta y tira al Sr. White hacia adentro.

"Hola a ti ta-" Es todo lo que logra antes de que Jesse cierre la puerta, lo empuje contra ésta y comience a besarlo. El Sr. White gime de sorpresa contra su boca y le devuelve el beso durante unos minutos, sus amplias palmas lo sostienen y lo manipulan.

Sus labios duelen deliciosamente después de que ayer le follaran la boca sin piedad. El áspero vello facial y la contundencia del Sr. White arden y se siente tan jodidamente bien que Jesse no puede evitar jorobarse contra él para tratar de calmar la ardiente necesidad de estar más cerca.

Sus labios se abren cuando el Sr. White echa la cabeza hacia atrás. "¿Es esto lo que quieres de mí?" Una mano llega hasta su espalda baja y el Sr. White empuja un muslo contra su entrepierna mientras la mano en su trasero lo obliga a avanzar. Jesse gime y no puede dejar de restregarse contra su pierna, pero sí, en realidad no es lo que quiere, así que se obliga a negar con la cabeza y se aparta. La falta de contacto es exasperante, pero se muerde el labio para concentrarse.

"Entonces, ¿Qué es lo que quieres?"

Jesse coloca sus brazos alrededor del cuello del Sr. White y los dirige hacia su colchón que está tendido en el suelo, con las sábanas desordenadas. Cuando llegan, Jesse le da un beso rápido y le susurra: "Acuéstese."

El Sr. White lo mira, mira al colchón y luego lentamente se quita los zapatos y se acuesta en el colchón. Jesse se agacha y se sienta a horcajadas sobre la cintura del Sr. White, inclinándose sobre él para besarlo un poco más. Se siente tan diferente a cualquier persona a la que haya besado antes, no es que haya besado a otro hombre, sin incluir esa vez que él y Badger se habían drogado tanto que se habían besado en su sofá, riendo y sonriendo en la boca del otro. La sensación del vello facial era honestamente mucho más caliente que cualquier otra cosa, de lo que el Sr. White realmente tenía derecho de ser, pero lo que sea. Él se entrega.

𝐎𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐄𝐝𝐠𝐞. [𝘨𝘢𝘺]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora