Esto no es real, no lo es, no lo es, claro que no.
—¿Oye?—Se me acercó.—No debería sangrar tanto...—Quitó mi mano con el papel de mis labios lentamente, mientras yo seguía sorprendida y sin decir nada.—Deberías venir preparada a este tipo de fiestas, yo lo hago.—Sonrió y sacó de su bolso un pequeño paquete de algodón, y una botellita de alcohol.
Debería dignarme a hablar o se va asustar.
—Ah...Bueno...Es la primera vez que vengo a algo así.—Dije mirándola como si fuese un fantasma.
—¿Viniste sola?—Estaba echando alcohol en el algodón.
—No, con mi...¿Compañera? —Hablé confundida.
—¿Y dónde está ella?—Sonrió y se acercó a mi para curarme la herida que tenía en el labio.
—La perdí de vista.
—Me pasó igual. Pero tranquila, vamos a buscar a mis amigas y a la tuya.—Puso el algodón en mi labio y yo solté un quejido pequeño, ardió mucho.—Si te relajas ni lo sentirás.—Hablo con su amable y tierna expresión.
—Okey.
—¿Cómo te llamas?—Aún concentrada en mi labio inferior.
—Me llamo Lisa.—Hablé nerviosa evitando demostrarlo.
—Que bonito nombre, yo soy Jennie.—Me miró a los ojos por un segundo.
—Lo sé.—Dije sin pensar.
—¿Ah sí? ¿Nos conocemos?—Me regaló una hermosa sonrisa.
—No...Es que...Lo sé, sé que mi nombre es bonito.—Miré hacia el costado.
—¡Ahh! Vale.
Nos quedamos calladas, ella concentrada en curar mi herida y yo concentrada en ella, si, estaba mirando hacia otro lado pero cada cierto tiempo la miraba.
De un momento a otro, tiró el algodón en un pequeño tacho de basura y se acercó a mi lentamente.¿Que hace?
¿La empujo?
¿La beso?
¿Sé besar?
¿Le pego?
¿Me voy corriendo?Por "instinto" le pegué en el brazo que estaba estirando hacia mi cara, a lo que ella gritó como una niñita pequeña.
Nos quedamos mirando unos segundos y no tardó en hablar.—¿Que fué eso?—Dijo mirándome asustada.
—Lo siento...¿Que ibas a hacer?—La miré seria/asustada.
Ella se acercó haciendo una tierna expresión de furia y me sacó sangre que había quedado cerca de mi labio.
—¿Que pensabas que haría?—Se dió vuelta para lavarse las manos.—Tengo novio, veo que tú también, por tú reacción, y me gustan los chicos.—Terminó con sus manos y volteó a verme.
Lo que dijo fué realmente estúpido, pero aún se veía linda.
—¡Pensé que ibas a golpearme!—Dije nerviosa, sin mostrarlo.
—¡¿Por qué lo haría?!
—¿¡Yo que sé!? No te conozco.—La miré a los ojos.
—Eso se nota. Ven, salgamos, hay que buscar a nuestras amigas.—Habló muy tierna, intentando parecer enojada.
Me tomó la mano sin nada de cariño y salimos, a penas en la puerta del baño fué empujada y yo solo me acerqué a ella sin saber que decir o hacer.
—No eres muy amable, ¿Verdad?—Me miró mal.
—Lo siento.
—Ven, vamos a tener que ir más juntas o nos vamos a perder también.—Sin cierto permiso dado, tomó mis manos e hizo que rodeara su cintura, para luego ella hacer lo mismo solo que un poco más arriba.—No te sueltes por nada.
Esto me da miedo, me pone muy nerviosa, y a la vez me hace sentir bien.
De un momento a otro pasamos de estar discutiendo en un baño a correr abrazadas por la cintura en una fiesta.
La conozco hace unos minutos y ya hizo mi noche algo más interesante que lo normal, pero no me gusta salir de mi zona de confort.
Cada vez me despegaba más de ella por los nervios, hasta que lo notó.—¡Deja de moverte y concéntrate en buscar entre la gente!—Apretó mi cintura más fuerte hacia ella, quedando aún más juntas que antes. Se nota que no se pone igual de nerviosa que yo.
Los segundos se hicieron minutos, y los minutos parecían horas.
Hasta que sacó el papel de enojada para hacer una expresión como si hubiese visto al mismísimo diablo, dejando de correr y abriendo los ojos como dos lunas llenas.—Lisa.—Dijo aún con su preocupante expresión.
—¿Que? ¿Por qué frenas?—Dije sin hacer ninguna expresión.
—El...Vestido.—Habló tartamudeando.
—¿Que tiene?—Iba a bajar la mirada para observar su vestido.
—¡No mires!—Gritó demasiado fuerte levantando mi cara con sus manos.
—¿Que tiene el vestido?—Levanté un poco la voz.
—¡Que se rajó, Lisa! ¡Tengo las tetas afuera!—Explotó tiernamente otra vez.
Dios, ¿Que quiere que haga? ¿Le presto mi vestido o que?
Solo la quedé mirando.
—¡Santo cielo! ¡Apoyate más y no corras!, ¿Tengo que decirte que hacer?—Me empezaba a dar miedo.
—De acuerdo, de acuerdo.—Me acerqué más y me apoyé para que no les diera exhibición gratis a las personas que estaban ahí.
Esto es incómodo, ¿Cree que somos mejores amigas o que?
—No podemos seguir así, vayamos a la puerta, ahí enviamos mensajes, al menos mi compañera sé que estará bien.—Le dije poniéndome un papel de líder encima.
Ella lo pensó unos segundos, pero asintió.
—¿Tienes idea de dónde queda la puerta al menos?—Me miró asustada.
—Tú deberías saber eso, eres la que tiene más experiencia...En las fiestas, en escoger tallas vestidos veo que no.—No fué un chiste.
—Lo siento por eso.—Tenía una expresión que parecía morir de vergüenza, y se lo merecía. No me gusta estar apoyada en su pecho siendo que recién la conozco, ni que la conociera de toda la vida me gustaría.
—Esto es un horror, me debes la vida y más.—La miré mal.
De la nada siento que me dan una nalgada que me hizo olvidarme hasta mi edad, del dolor y de la indignación.
—¡¿Que te pasa?!—Grité lo más fuerte que pude, acercándome de golpe al imbécil irrespetuoso.
—¡Lisa!—Me gritó Jennie, claro, la dejé exhibida por un segundo.
Del susto e impulso, agarró mi brazo llevándome hasta ella de nuevo, solo que esta vez demasiado cerca.
Tenía sus ojos contra los míos, al igual que su nariz, y los labios a menos que centímetros, podía sentir lo agitada que estaba ella, de tan cerca que la tenía.
¿Que está pasando?
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Ta' potente, nos vemos mañana o simplemente pronto, espero les haya gustado y sigan apoyando, baii.
(No se olviden de darle a la estrellita¡!<3)
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Wait for you. ||JenLisa.
FanfictionUna miembro de la policía más seria y oculta en todo el mundo, LaLisa Manoban con sólo 23 años era una de las mejores entre todos los oficiales. Estaba ahí porque su bisabuelo materno había llegado a ser el líder de estos, por lo cual todos sentían...