Capitulo 3

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Hermione siempre había sido curiosa.

Desde pequeña, desde que tenía memoria, siempre se había maravillado por lo grande que era el mundo y sus infinitas posibilidades. Su mente era inquieta, y no podía evitar preguntarse el porqué de cada cosa. Esto incluso aumentó más cuando conoció el mundo mágico.

Su curiosidad la impulsó a aprender, estudiar y practicar, convirtiéndose poco a poco en la mejor, una joven modelo; para bien o para mal.

Con el tiempo algunos empezaron a considerarla una genio, incluso una niña prodigio. Ciertamente era un halago, pero Hermione no entendía cómo ser una joven dedicada se traducía a ser una genio. Más de una vez se paralizaba ante los problemas, le costaba pensar fuera de la caja y habían hechizos que le tomaba horas perfeccionar.

Era extraño, todo había empezado por su simple deseo de aprender. Utilizar sus conocimientos para crear algo nuevo y comprenderlo. Para ella, el mundo a veces era duro y confuso, por eso terminó refugiándose en las historias e ideas.

Crear... Todo parecía estar mucho más claro cuando hacía esto. Era lo que hacía cuando estaba sola, cuando se sentía perdida. Le daba paz y felicidad; había descubierto que eso era lo que quería hacer con su vida.

Por supuesto, esto se terminó convirtiendo en un conflicto para ella.

Ella tenía una mente brillante y tenía que usarla para beneficiar a la sociedad. No había tiempo que perder en ideas tontas. Más de una vez tuvo un conflicto con sus padres cada vez que mencionaba este asunto.

Aun eres muy joven, ya cambiarás de opinión.

Existen muchas mejores opciones.

No puedes desperdiciar tu talento de esa forma.

Más de una vez se había callado con el fin de evitar problemas. Tal vez tuvieran razón, y lo mejor era dejar sus ideas en un simple pasatiempo.

O al menos eso pensó durante mucho tiempo, hasta que un día descubrió que no tenía que ser así. Ir en contra de la corriente no era imposible, mucho menos un sueño lejano. Muchas personas a su alrededor podían hacerlo, incluso las más cercanas a su ser.

¿Ustedes hicieron todo esto? —Preguntó Hermione viendo los distintos sortilegios de Fred y George aquella noche hacía unas semanas.

Por supuesto. A ver, ¿lista para maravillarte Hermione?

Tantas cosas increíbles... Y pensar que ella siempre se había limitado a sí misma.

En el fondo tenía que admitirlo, admiraba demasiado a los gemelos Weasley. No importaba la situación, su edad o el desánimo, siempre lograban sacarle una sonrisa a los demás. Era como si convirtieran lo imposible en posible.

Lo había descubierto aquella noche. A pesar de lo inusual de la situación, por primera vez se sentía... Cómoda. Como si alguien la entendiera. Tal vez por eso no pudo evitar darle su apoyo. A fin de cuentas, Fred y George eran las personas que más admiraba. Si ellos perdían los ánimos, ¿qué le quedaría a ella?

Por un momento recordó su conversación.

Tienes que hacerlo. No por ella, pero por ti. Cree en lo que haces y cree en lo que vales —Le había dicho ella a Fred.

¿De dónde había salido eso? ¿Estaba dirigido a él o a ella misma? ¿Tal vez a ambos? No tenía idea.

De todas las personas jamás pensó que hablaría sobre aquello con Fred Weasley, pero bueno, el destino era impredecible. Tal vez por eso ahora no podía hacer otra cosa más que huir cada vez que lo veía.

Creo En Ti  «FredxHermione»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora