Capítulo 8

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Y yo...

Yo los quiero aquí más que a nadie

Sobre todo a ti, Fred

Por favor, no me dejen sola en este lugar

De repente, antes de que pudiera seguir dándole vuelta a sus pensamientos, el sonido de una lechuza golpeando la ventana le hizo regresar a la realidad.

La joven enseguida reconoció a Errol, la lechuza de la familia Weasley. En su pico llevaba nada más y nada menos que:

¿Una vociferadora?

Ay no, esto no podía ser nada bueno.

—Ay no, no no no, eso sí que no —dijo Fred mientras sacudía la cabeza —. Es tu turno de escucharla George. La de la última vez casi me deja sordo, no quiero imaginar cómo será esta.

George rodó los ojos, pero no parecía tener algún problema respecto a lo que decía su hermano.

—Vale, pero la próxima será tu turno, ¿entendido?

—Esperen un momento —intervino Hermione sin comprender —, ¿acaso te piensas ir así sin más?

—Eso mismo —respondió Fred mientras se encaminaba hacia la puerta. Lo peor es que ni siquiera se atrevía a mirarla a los ojos —, creo que si escucho otra de esas me volveré loco, ¡así que nos vemos!

—¡Fred, espera!

Pero no hubo caso, en menos de un segundo el joven abrió la puerta y se fue dejándola con las palabras en la boca.

Hermione parpadeó varias veces, procesando lo que acababa de pasar.

Fred Weasley acababa de irse sin dirigirle la palabra, apenas y le miró al momento de irse... ¿Tan molesto estaba que ni siquiera podía decirle adiós? ¿Así sería cuando terminara el año? ¿Él se iría y no volvería a verlo más?

De repente, sintió una extraña sensación de pesar en su pecho, como si la realidad la hubiera golpeado de la nada; la simple idea le parecía horrible.

Pero antes de que pudiera darle más vueltas al asunto escuchó a George soltar un suspiro, sacándola de sus pensamientos.

Oh, había olvidado por completo que George tenía una vociferadora en sus manos.

—¿Vas a abrirla? —preguntó Hermione acercándose y sentándose a su lado.

Él asintió con amargura. Lo cierto es que nada bueno podía salir de dicha carta.

—Veamos que tal. Esperemos que no sea tan mala como la anterior.

Con cuidado y mucha lentitud, George abrió la vociferadora.

Y por supuesto, los gritos no se hicieron esperar:

¿QUÉ DEMONIOS FUE LO QUE HICIERON?

¿HASTA CUANDO CON USTEDES DOS? SIEMPRE LO MISMO, APENAS Y PODÍA LEVANTAR LA MIRADA DE LA VERGÜENZA AL ENTERARME ¿CUÁNDO VAN A PENSAR EN SU POBRE MADRE? ¿CUÁNDO APRENDERÁN? TODOS SUS HERMANOS HAN SIDO EXCELENTES ESTUDIANTES, EXCELENTES MAGOS. PODRÍAN HACER LO MISMO POR UNA VEZ, EN LUGAR DE DECEPCIONARME FRENTE A TODOS...

Y la vociferadora siguió y siguió por quién sabe cuánto...

Sobra decir que Hermione perdió la cuenta de cuantas veces la Señora Weasley llamó a los gemelos una decepción o los comparaba con sus hermanos sin escrúpulos.

Y pensar que ella se quejaba de sus padres... Tal vez fueran demasiado estrictos y un poco sobre protectores, pero ellos jamás habían hecho algo como esto. Sin duda, esto era mucho peor.

Creo En Ti  «FredxHermione»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora