Un voto Saiyajin

Lo que pasó en Namek se queda en Namek

Atención ⚠️⛔️ esta historia está clasificada con contenido adulto, éste capítulo contiene escenas eróticas con alto contenido sexual (también conocido como Lemon), que pudieran perturbar la sensibilidad de algunas personas, si no te gusta este tipo de contenido o eres menor de edad, FAVOR de DETENER la lectura ahora. Leer bajo su propia responsabilidad.

Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

Nunca tuve mucha fe en el amor o en los milagros,
nunca quise que mi corazón lo aceptara.
Pero nadar en tu mundo es algo espiritual,
Vuelvo a nacer cada que pasas la noche aquí.
Porque tu sexo me lleva al paraíso. Sí, tu sexo me lleva al paraíso. Y eso se nota, sí... Porque me haces sentir como si me hubiesen cerrado las puertas del cielo, por mucho tiempo... - Locked out of heaven, Bruno Mars.

El saiyan estaba fascinado con la débil terrícola, ella no era más que una pequeña cosa debilucha, pero ahí estaba coqueteándole a la muerte, apostando todo como si no le importara absolutamente nada. Y eso lo excitó más, todavía más.

Dio un lengüetazo sobre los labios entreabiertos de la mujer, su dulce respiración salía sofocada. Se notaba que estaba muy, muy excitada.

Su cara estaba ampliamente sonrosada, y no solo ésta, todo su cuerpo había tomado un color rosáceo como si ardiera, sus suaves y voluptuosos senos se bamboleaban eróticamente al compás de su respiración rápida.

Comenzó a bajar, rozando con la punta de su nariz todo su cuerpo, bajando por su delicado cuello, inhalando ese delicioso aroma que la hembra destilaba en esa suave transpiración que estaba teniendo.

Siguió bajando, rozando delicadamente con la punta de la nariz, las suaves curvas de sus senos, mientras escalofríos recorrían el cuerpo de la mujer y la respiración se agitaba cada vez más.

Siguió bajando con ese leve roce, cuando escuchó la alarmada y agitada voz de la mujer protestar:

—¿Pero qué es lo que pretendes?, ¡Quedamos que sólo sería un beso en los labios!

Decía, sumamente excitada por todo lo que estaba sintiendo, tratando de modular la voz para que no se le rompiera en ningún momento.

El saiyan detuvo su lento avance, a la altura de su vientre bajo, alzó la obscura y penetrante mirada, para cruzar sus dominantes y fieros ojos con la azul y transparente mirada oceánica que reflejaba la tormenta, la tempestad que se desataba en el interior de la hembra.

Miró como tenía las pupilas tan dilatadas que el negro de éstas casi consumía el azul del iris de esos ojos provocadores. Sonrió malévolamente mostrando los caninos en una sonrisa fatal, de un predador a punto de dar el golpe de gracia a su cautiva presa.

—En efecto humana me comprometí y tu aceptaste que yo te diera un beso en los labios... — Su voz era un susurro cargado de deseo, que irradiaba la peligrosidad del saiyan mientras sonreía – Sí, ambos lo acordamos, te daré uno beso en los labios... pero nunca dije en cuáles...

Fue todo lo que el saiyajin con una malévola sonrisa dijo antes de acomodar su cabeza a la altura de la entrepierna ahora abierta de la mujer, mientras sus pupilas se dilataban y era él ahora quien respiraba agitado anticipando, saboreando el sabor de ese delicioso manjar que ahora degustaría...

Tan pronto él soltó esas palabras, el corazón de Bulma latió desbocado, se supo perdida cuando de pronto lo comprendió, hicieron acuerdo, pero como todo demonio la dejó creer que ella tenía el control, la hizo firmar un contrato en blanco y nunca se detuvieron a aclarar los detalles en torno de ese beso... lo sabía, estaba perdida.