Las mujeres vienen de la tierra y los hombres de Vegetasei

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Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

Sigo creyendo en tus ojos, simplemente no me importa lo que hayas hecho en tu vida.
Bebé, siempre estaré a tu lado. No me dejes esperando demasiado, por favor ven.
Sigo creyendo en tus ojos, no hay elección pertenezco a tu vida. Porque necesito amarte, un día serás mi bebé y volaremos juntos... Y volaré contigo... -L'amour Toujours, Gigi D'Agostino.

3 días antes, de esa terrible discusión, el saiyajin se hallaba como siempre entrenando furiosamente en su cámara de gravedad.

Bulma le había hecho actualizaciones a esta recientemente, poniendo escenarios más intensos y haciendo programas combinados que variaban aleatoriamente la gravedad de la cámara y la letalidad de los robots de entrenamiento, así como las simulaciones de planetas, lo que lo tenía muy emocionado pues estaba siendo bastante atractivo y productivo este nuevo tipo de entrenamiento.

Salió de la cámara para tomar un refrigerio, como se había encerrado a entrenar desde la madrugada, y en la emoción que tenía, se le pasó la hora del desayuno, ahora era pasando las 2 de la tarde y por lo general a esa hora, Bra y Trunks estaban en la sala de juegos de la niña practicando alguna actividad que Bulma le hubiese dejado a la chiquilla.

Usualmente su esposa se hallaba a esas horas en el laboratorio, y felizmente sus suegros andaban de viaje, últimamente desde que su hija había tomado completamente el control de la Corporación ellos se la vivían felices viajando alrededor del mundo, lo cual le agradaba mucho a él pues vivía en completa intimidad con su familia, que eran los únicos con los que realmente le agradaba pasar el tiempo.

Llegó a la cocina a paso sigiloso, no lo hizo por espiar a nadie, simplemente era su forma natural de andar, tantos años siendo un exmercenario lo dejaron con manías que jamás se podría quitar. Escuchó la voz de su mujer hablar por teléfono, supuso que no esperaba interrupciones a esa hora del día, y aunque su intención en un principio no fue el espiarla, la conversación rápidamente se había vuelto bastante interesante.

Bulma hablaba con Milk animadamente, desde que Gokú había sido revivido, la mujer de su amigo se había vuelto más alegre y la veía feliz, además ambas aprovechaban a quejarse y darse ánimos cuando sus esposos se pasaban de insensibles. No era como que quisieran cambiarlos, simplemente a veces solo necesitaban dejar salir su molestia cuando se pasaban de saiyajines y con su falta de tacto las hacían desesperar por sus pocas habilidades emocionales que acentuaban la brecha entre sus razas.

Su intención no era realmente escucharla, pero ella tenía el altavoz, y la conversación era interesante pues hablaban de él y quería saber qué tenía Bulma que andar contándole a la arpía esa sobre él.

Milk: ... Y otra vez descompuso el tractor ¡Lo hace a propósito!

Bulma: — Te entiendo Milk, pero al menos está intentando sembrar ja, ja, ja, si quieres, que traiga el tractor lo puedo revisar de nuevo, por cierto, ¿qué harás para San Valentín? esta vez sí pueden celebrarlo.

Milk: —Ahhh— se escuchó un suspiró. —Quisiera que él me invitara a una cena romántica, pero lo mejor que puedo hacer es programar yo la reserva, te digo Bulma estos saiyajines son unos brutos insensibles

Bulma: —Ja, ja, ja, siempre es igual, quien nos manda a casarnos con guerreros extraterrestres.

La risa fresca de Bulma, alegraba al saiyan, hasta ahora no había escuchado nada que realmente lo molestara. Y al menos veía que a su esposa no le molestaba saber que no podía esperar nada más de él, o eso pensó hasta que oyó la siguiente parte de la conversación.

Un voto SaiyajinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora