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JaeMin aún no carburaba bien lo que le había dicho su madre.

No le molestaba, pero le confundía.

RenJun podría atraerle más eso no significaba que él podría llegar a su vida para irrumpirla justo de la manera en que su madre lo estaba planeando.

Na podría ser atosigante al momento de querer algo para él, en este caso a RenJun, sin embargo eso no significaba querer vivir en su hogar todos los días y meses que le quedaban para terminar la universidad.

No sería incómodo para él, en lo absoluto, más bien pensaba en la forma en que podría sentirse RenJun, sería insólito que de la nada un intruso entrara a su casa, aunque bueno, JaeMin no era ningún desconocido pero él pensaba que todos tenían sus rutinas de vida diaria y eso tal vez podría reprimirle al chino.

Había tenido una discusión con su madre acerca de ese tema, de que cada quién tenia su propia vida y no quería privar la de RenJun. JiEun le puso un montón de excusas, un ejemplo sería diciendo que según Huang se la pasaba trabajando casi todos los días así que no tomaría tanto en cuenta su presencia en el departamento.

Igual le sumó el pretexto de... ¿Quién iba a pagar por él en casa de RenJun? ¿Iba a vivir de mantenido ahí o qué? Para eso mejor se la pasaba en su casa.

Pensó que su madre lo meditaría y ¡Bingo! Pero no fue así.

Luego le agregó el hecho de que podría vivir solo y así "independizarse" en la otra residencia que su madre tenía -como dueña- en Seúl.

Ahí fue cuando JiEun mencionó que dicha residencia era la que RenJun le pagaba en modo de renta desde que se independizó.

Eso fue algo de lo que JaeMin nunca se enteró y sin duda le sorprendió, bueno al menos viviría de a gratis bajo el techo de su propia madre pero lejos, en sí era solo eso y JaeMin de verdad pensaba que era exageradamente estúpido.

Por otra parte su madre pensaba que tal vez cuando su hijo fuera más maduro con el tiempo decidiría irse de la casa que RenJun rentaba y buscar una para sí mismo, su única obligación sería estudiar y ser vigilado más de cerca por RenJun.

JiEun con el paso del tiempo se dio cuenta de que todo el dinero que JaeMin le pedía eran para sus extraordinarios, ¿qué chiste así? Se suponía que iba a la universidad y este no le daba su mínimo esfuerzo.

Así que esa sería una lección.

— Quiero que igual sepas que... —JiEun entró a la habitación de JaeMin quien preparaba sus maletas con algo de ropa, tampoco es que se fuera a llevar todas sus cosas pues no se la pasaría todo el tiempo ahí, sábados y domingos vendría a visitar a su madre.

Habían pasado dos días después de su charla.

— ¿Hay más? —inquirió irritado.

— Si llegas a irte a algún extraordinario, ve enterándote que yo no te lo pagaré, ya no más. —avisó amenazante.

— ¿Qué? ¿Y cómo los pagaré? —bufó molesto.

— De eso se trata, que evites tener extraordinarios JaeMin —regañó— ¿Qué crees que tus exámenes valen 3 dólares? Son caros, no jodas. —dijo ahora molesta y se salió de la habitación.

Bueno, ahora igual tendría que buscarse un trabajo. Tal vez a eso se refería su madre cuando le decía sobre aceptar la realidad cuando no exista alguien que lo mantenga, a lo mejor sí debía aguerrirse a los desafíos que le pondría la vida.

— ¡JaeMin baja! ¡Ya llegó, Junnie! —aquel apodo que JiEun le tenía a RenJun desde que eran pequeños era un poco empalagoso, eso o estaba celoso porque su madre no le tenía puesto ningún seudónimo a él.

Bajó sus maletas, una con ropa y otra con utensilios necesarios.

Se acercó a su madre para abrazarla y despedirse fingiendo llorar.

— Déjate de ridiculeces, JaeMin. —palmeó la espalda de su hijo y lo apartó.

— Algún día te arrepentirás de echar a tu hijo. —conminó incorporándose.

Fue hacia la sala siendo empujado por su madre encontrándose con RenJun circunspecto.

— Vámonos —dio media vuelta y salió de la casa—. Adiós señora Na. —dijo volteando su cuerpo hacia la casa ausentándose. Recibió un ademán de manos como un adiós por parte de JiEun quien estaba sacando a empujones a JaeMin de la casa.

Sacó sus maletas y las metió en la cajuela de la BMW X5 de Huang. Pues, ¿de qué trabajaba para tener una camioneta así?

La cerró y volvió hacia RenJun.

— Te ves tan chiquito a lado de la camioneta. —carcajeó señalando a RenJun y al automóvil al mismo tiempo.

— Cállate. —rodeó el vehículo para luego ingresar al piloto y JaeMin al copiloto.

— Todo es tu culpa. —soltó una vez entró.

— Sí, yo también me arrepiento de haberle contado a tu madre sobre la plática que habíamos tenido, solo buscaba un poco de ambiente —pausó encendiendo el motor de la camioneta—, no pensé que decidiera esto de la nada —suspiró—, al fin y al cabo no es mi casa. —se encogió empezando a conducir.

— Pero la rentas, no debiste permitirlo. —observó fijamente a RenJun. ¿Por qué es tan malditamente atractivo?

— JaeMin, no es mi casa, tu madre podría sacarme en el momento que ella quiera —comentó—, a parte, dijo que me descontaría la renta si te dejaba vivir conmigo —sonrió—, y vivo solo.

— ¿En serio? —el mayor asintió— ¿Por qué? Si la casa es grande.

— Me gusta vivir así, sin que nadie moleste. —aquello había parecido una indirecta pero no le puso importancia.

JaeMin ya ni siquiera lo estaba escuchando, ahora se lo comía con la mirada, es que a pesar de ser tan pequeño en estatura era tan candente, era eso o simplemente le tenía ganas.

— Deja de clavarme tu mirada. —pidió entre dientes.

— ¿Cómo le haces para verte tan sexy conduciendo? —preguntó casi logrando que RenJun frenara en seco, pero no lo hizo por seguridad.

Carraspeó su garganta nervioso y trató de normalizarse para seguir manejando tranquilo.

— Supongo viene en mi gen. —alardeó.

JaeMin decidió dejar de molestarle y sin más se dirigieron hacia la residencia.

reversus    [renmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora