Capitulo 11 "Encuentro"

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Hola! siento las faltas de ortografía, este capitulo no esta editado lo lamentoooooooo :(  Y es extremadamente corto, tambien lo siento por eso :l Subire pronto, lo juro.

Gracias por leer!

Saludos :)

Coni

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-No me grites- chilló mamá mientras salía de su habitación. Papá camino detrás de ella con cara de preocupación.

-No te he gritado-

Ella se dio vuelta encarandolo. Llevaba una taza de café en la mano, en cualquier momento la tiraria furiosa al suelo, o en la cara de papá. Yo estaba en el pasillo moviendo unas cosas dentro de mi pieza después de haber sacado todo fuera, decidida a botar todo lo que ya no servía.

-Oh claro que lo hiciste, pero esta discusión se ha acado, tengo trabajo que hacer- se dio vuelta y bajó a la cocina.

Papá me sonrio y se devolvio a su cuarto dejando la puerta cerrada trás él.

Eran cerca de las cuatro de la tarde. Una vez que tuve todo ordenado me vesti para salir a trotar. Peine mi cabello con una coleta, me vesti con un poleron ancho y pantalon de buzo.

-Voy a salir a trotar- grite desde la entrada.

Al principio solo camine a un lado de la calle, dejando que el aire puro entrara y saliera por mis pulmones sin agitarse. El sol calentaba sin quemar y la brisa corria agradablemente, era un dia hermoso. El maicillo sonaba debajo de mis pies cuando mis zapatillas tocaban la tierra. Las hojas de los arboles se mecian lentamente, me sentia extremadamente tranquila y relajada. Espere a llegar a esquina para ponerme en marcha realmente, no habia salido a caminar.

Luego de media hora me detuve para dar un descanso de cinco minutos, estaba cerca de casa, tal vez caminaria de vuelta. No tenia animo para seguir trotando.

Un perro de color blanco con manchas negras me movio la cola cuando pase frente a una casa blanca, tenia el porton abierto y el perro estaba sentado en el centro de la entrada. Le hable mientras daba suaves palmadas en mi pierna llamandolo.

-Hola bonito- lo acaricie en la cabeza y detrás de la oreja. Se quedo quieto moviendo la cola pidiendo mas cariño.

-Se llama Gos- dijo Matt mirandome desde su patio delantero.

-No sabia que vivias aquí- dije alejandome del perro.

Su voz me desconcerto por unos segundos. Pensé que despues de lo que había pasado la semana anterior en la discoteque nuestra relación era solo un bonito recuerdo. Su tono era frío y duro, todo lo amable y cariñoso se habia ido.

-Pensé que salias por las mañanas- murmuró ignorando mi comentario.

-Aveces-

La incomodidad era palpable, pase mis dedos temblorosos por mi pelo para ponerlo otra vez en su sitio y guarde mis manos en el bolsillo de mi poleron.  Matt estaba de pie en el jardin, vestido con unos jeans y una polera roja, mirando distraidamente cualquier cosa que no fuera yo. Una reja blanca de nos mas de un metro de altura nos separaba. Gos dejo de moverme la cola y se recosto sobre el suelo cuando noto que yo no le estaba prestando atencion.

-Tengo que irme- si nadie iba a decir nada no tenia sentido quedarse, solo serviria para volver todo mas complicado de lo que ya era.

-¿Tu y Josh sigen juntos?- habia dado un par de pasos cuando su pregunta me detuvo.

No queria responderle. ¿Qué cosa buena podria salir de eso? Yo no iba a correr a sus brazos y él no iba a pedirme que lo hiciera, sin importar lo que dijera. Me sentia como si diese vueltas en circulos, sin rumbo, sin destino. Ciega, chocando con mis propias inseguridades y temores, cargando un enorme baul de sentimientos sellado con un candado, incapaz de encontrar la llave correcta para dejarlos salir.

-¿Importa?-

-Supongo que no- respondio encogiendose de hombros y desviando la mirada. Ese no era el Matt que conocia, tan resigando, tan indeferente. Me hacia sentir terriblemente perdida verlo así, sin saber que hacer para ayudarlo, porque aunque creia que la solucion estaba en mis manos, no era algo que yo pudiesa cambiar. Mi corazon se lo habia ganado alguien mas.  

-Adios- dije.

Él no respondio. Yo regrese a casa.

Josh me llamo por telefono un par de horas mas tarde, queria verme. Pasaría por mi a eso de las ocho. Lo cierto era que no sabia si salia con él porque queria o por obligarme a olvidar lo mucho que Matt me estaba afectando.

-Te ves hermosa- dijo luego de besarme en los labios.

Me sonroje y subi a su auto.

-Solo ando vestida con lo normal- respondí. Yo no era hermosa.

-Tu siempre te ves preciosa, da igual lo que vistas-

-¿A dónde iremos?- pregunté.

-A un sitio-

-No eres muy preciso- dije. Sonrio.

-Tu eres muy preguntona, no voy a decirte-

Solte una pequeña risita y fije la vista hacia adelante. Los arboles pasaban a nuestro alrededor volviendose solo una mancha. Tomo en desvio hacia la carretera, supuse que el lugar quedaba lejos. Guardamos silencio gran parte del camino, Josh tarareaba el cd de Coldplay que habia puesto y yo las reproducia en mi mente mirando hacia un costado.

-Casi llegamos-

-¿Dónde vamos?- insisti.

-Rindete porque no pienso decirte- puso sus ojos sobre los mios y puso su mano sobre mi rodilla descubierta. Le sonrei y me aceque para besarlo, él me correspondio con delicadesa, mas de la que deseaba.

Avanzamos por un largo camino de tierra marcado por enormes arboles movidos suavemente por el viento. Llegamos hasta lo que parecia ser una enorme casa de color mostaza en las pardes y marcos de madera en las ventanas, tenia una gran puerta en la entrada.

-Cenaremos aquí- apagó el motor y volvia a mirarme.

-Pero yo estoy toda desarreglada- me queje.

-No iba a pedirte que te vistieras formar sabiendo que te complicarias, me gusta verte siendo tu misma-

Me conocia tanto. Mi corazon se inflo dentro de mi pecho. ¿Qué mas podia pedirle? Era un amor sincero, me amaba como yo era, no queria cambiarme y no espera que yo fuera nadie mas, solo yo, simplemente Grace. Eso era mas de lo que habia imaginado que algun dia tendria, era mucho mas de lo que habia pedido cuando comenzamos a estar juntos. Me habia desvalorado a mi misma porque creia que el valia mas que yo, que yo debia ser lo que el quiseria que fuese, lo que él dijera que necesitaba. Pero ahora, cuando miraba sus ojos llenos de cariño al fin entendia que estaba tan equivocada. No era justo odiarme a mi misma por no ser suficiente.

-Te amo- dije en susurro.

-Lo se nena, yo tambien-

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