Pausa de siete días

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Beast Boy se disponía a pensar en el regalo del día 4 cuando el chico notó a Raven paseando por los pasillos. No la podía ver ya que una enorme puerta de acero se interponía entre ellos dos pero sabía que era ella por sus pasos. A pesar de que ella podía volar, cuando estaba nerviosa caminaba de lado a lado. 

—Hey Rae Rae, ¿todo bien? -abrió la puerta para ver que efectivamente era Raven.

—¿Huh? –se paró y lo miró– ¿Te he despertado? Perdón. 

—Nah, tranquila. Estaba... Jugando a videojuegos. –fue lo que le vino a la mente– Pero en serio, ¿qué te ocurre?

—Nada, ¿por? -mintió.

—Sé que me ves como un niño infantil pero puedo escucharte. 

A ella le sintió mal que pensara eso pero ella lo decía y pensaba muchas veces.

—No es nada sólo que... Estoy cansada. 

—¿No puedes dormir?

—No es eso... –su mirada estaba perdida– Sólo que estos días he estado recibiendo cosas y no estoy muy bien como para ello, ¿sabes?

Ella ya sabía que algo tenía que ver su amigo verde pero prefería no pensarlo.

—¿Te molestan mucho esos regalos? Digo, no sé de quiénes son pero he visto cosas... -rió tontamente evitando llamar la atención erróneamente.

—No quiero sentirme querida Gar. Sé que suena fatal pero tengo mis razones para ello...

La cara de tristeza de Beast Boy inundó cualquier felicidad que pudiera tener en ese momento.

—Rach, sé que no me sé toda tu historia y no te pido que me la digas pero... Todos necesitamos cariño. -sonrió tiernamente.

Ella lo miró y, como si fuera Hotel Transilvania, se pudo notar ese chin en sus ojos iluminados.

—Lo siento, debo irme. Para no molestar. -dijo evitando esa mirada de ojos verdes.

—Oh bueno. Si necesitas algo ya sabes a que animal llamar. -dijo haciendo una mueca de victoria.

—Te has cargado lo bonito Bestia. -remarcó la última palabra y se fue con una sonrisa.

Quizás estaba molestando a su amada con esto pero él la quería y quería que supiera que tenía a alguien con ella pasara lo que pasara.

Esta vez Beast Boy pensó que lo mejor era hacer un parón de diez días sin darle regalos, sólo apoyarla y dejarle su aire.

...

En estos días ellos mantenían una amistad muy bonita y Beast Boy seguía siendo igual de idiota cuando estaban todos juntos pero por la noche él intentaba motivar a Raven con charlas con té viendo la televisión.

Star los miraba con cariño —aunque ellos no lo sabían— y los chicos estaban orgullosos de la pequeña madurez del chico bestia. 

Por suerte todo marchaba bien y, aunque faltaban regalos cursis, ella estaba mejor y él también (podía dormir hahah).

Pero esto no iba a durar todos los días. 

Raven iba a comenzar a recibir regalos a partir de mañana, día 10 de febrero. 

Sólo quedaban cuatro días para el mejor regalo y más adorable que había hecho nunca el chico verde.
Se venían grandes días de diabetes.

¡Hey!
Sólo quería avisar que las siguientes actualizaciones, como la de hoy, van a ser más tarde debido a que tengo trabajos que me ocupan toda la tarde.
Lo siento mucho.
Gracias por leer.♡

Intentando conquistarte |BBRaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora