Protective | l.h (Segunda Temporada)

4. Dibujando pesadillas

__________ Wells.

Lo miro algo tímida, aún apenada por mi forma de actuar hace unas horas atrás. Él sonríe despreocupado, como si en realidad no fuera para tanto. Seguramente le han dicho lo inestable que he estado esta semana, y tal vez ya se hizo una idea de cómo me encontraría. De todas formas, estoy algo avergonzada. Actué como una completa lunática, pero no creo que no se puede esperar nada más de una persona que apenas duerme. Todas estas pesadillas jugaron con mi mente a tal punto en que no sé si estoy soñando o si estoy despierta y alucinando. Y tuve miedo cuando lo vi porque, hace semanas atrás, también lo vi en la calle, pero no era él de verdad. Era el Luke de mis pesadillas, el que intenta lastimarme. Recuerdo haberme emocionado muchísimo, pero luego, cuando vi que la sangre comenzaba a brotar de su pecho, sabía que estaba teniendo una alucinación.

Él me contó todo lo que pasó después de que todos creyeran que estaba muerta. Y se me partió el corazón al saber lo mal que se había puesto él. Me dijo que no pudo actuar de otra forma, porque él me había perdido y se sentía vacío. Pero ahora que estaba de nuevo conmigo, no me dejaría ir.

Me di cuenta de cuánto le importo, que me ama. Y yo lo amo a él.

He estado hablando con Luke por un par de horas. Le he contado sobre cómo logré sobrevivir aquel horrible día, cuando ya estaba comenzando a creer que estaba muerta y luego, de la nada, alguien me levantó del suelo y me sacó del lugar. Y no recuerdo mucho lo que sucedió ese día, pero sí recuerdo haber despertado en un hospital. No me percaté jamás de cuánto tiempo estuve en el hospital, ni tampoco importó demasiado. Casi un mes después, cuando Zach me dijo que debía llevarme con mi familia, estaba aterrada. Para ese entonces, yo ya tenía pequeños sueños confusos. Él y un amigo me llevaron a Londres de vuelta. Y me acuerdo de que estaba fuera de mi casa, con Zach, escondidos, y vi a muchísima gente entrando y saliendo. Todos con esa mirada vacía, penosa. Vi a mis abuelos, a mis tíos, primos, amigos... Todos ellos llorando. Vi a Alexia, abrazando a Stella y llorando como jamás la había visto llorar. Vi a Ashton, hablando con Nathan y soltando lágrimas como un niño pequeño. Estaba muy asustada como para salir de mi escondite, no sabía qué pensar, hacer o decir. Sólo quería huir de todo lo que me recordara los malditos días que pasé desde que toda la locura había comenzado, y eso fue lo que Zach me ofreció. Volvimos a Australia. Él me alojó en su casa y su familia me aceptó como si yo fuera parte de ella. Y así pasaron meses, algo así como medio año, y empecé de nuevo.

—Así que eso fue lo que pasó —murmura él, después de haber escuchado toda la historia —. Zach te salvó —vuelve a murmurar, tomando mi mano y acariciándola levemente —. Todavía no lo puedo creer —dice, soltando una risa algo apagada.

—Me sentí terrible al saber que había dejado a tanta gente creyendo que estaba muerta —digo, cabizbaja —. Me sentía muerta por dentro.

—A veces el miedo y al confusión te hacen tomar las decisiones incorrectas, pero eso no quiere decir que no puedes arreglar todo —dice, y entonces lo observo directamente a los ojos —. No es tu culpa, sólo estabas demasiado asustada.

—Supongo... Pero me gustaría volver al pasado y no haber sido tan cobarde, tal vez estaría con mi madre ahora, tal vez no hubieras desperdiciado tanto tiempo en mí...

—Lo importante es que ahora nos tenemos de vuelta, ¿recuerdas? —dice, recordándome lo que le había dicho antes. Asiento y sonrío de lado.

—Tal vez deje de tener pesadillas ahora que por fin estás conmigo —digo, esperanzada.

—¿Hace cuánto tienes estas pesadillas? —pregunta.

—Desde que me recuperé y salí del hospital, pero no eran pesadillas, sólo sueños confusos, como ya te he dicho —le recuerdo, por lo que él asiente y espera a que siga contándole —. Tuve esos sueños por dos meses. El tercer mes comenzaron a ser más frecuentes, y luego el cuarto se convirtieron en pesadillas, pero casi no las tenía.