vuelta

15 0 0
                                    

Crezco sin sentido por una tela que mis brazos atrapa.
He vivido y sonreído cuando ni siquiera tragaba.
Quisiera haber nacido con otro estilo, no sólo con lo que tocaba.
Quisiera haber sido el niño perdido que entre mares se encontraba.

Nuevos caminos, nuevos mares y ríos, en un planeta que en mi mente se hallaba.
Nuevos amigos, nuevos seres vivos.
Ninguno bueno porque siendo canallas experimentaban.

Camino sin vida, vacío, en un pasillo lleno de heces y gritaba.
No tenía ni voz, pero mi corazón frío sin pálpitos ni ganas me suplicaba,
que por favor parara,
que por favor ganara,
que no me rindiera,
que continuara.

No hablo de Dios.
No hablo de infierno.
Hablo de historias narradas por mi mundo interno.

Y realmente lo siento,
lo cierto es que hasta a mí me miento,
creo en el sol que sonríe a 4 vientos.
Y no estoy solo, sé que hay más así,
pero no es para mí ver el desierto lleno de lamentos.

Ya no sé reír, ni con el aroma de rosas,
las sogas ya no son mis sombras,
son mi consuelo y anhelo el momento en que mi suelo sólo se rompía hacia dentro.
¿para qué fingir?

No sé que está pasando,
no sé con quién estoy hablando,
sólo estoy conmigo en este momento.
Y ya sé que estas ahí,
pero yo no nací para hablar con el resto.

Poesías de una nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora